La marcha de hinchas de Peñarol y el nefasto antecedente de los Guardianes de Nacional

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Pancarta contra árbitros

TORNEO CLAUSURA

En 2019 la molestia con los arbitrajes estaba del lado de enfrente al de hoy, porque los que se sentían perjudicados eran los parciales tricolores.

En este 2021 es Peñarol el que se queja de los arbitrajes. Los hinchas están que trinan por las decisiones en la cancha y también por lo que ocurre en los escritorios, razón por la cual se están autoconvocando a una marcha en contra de la AUF cuando solo falta una fecha para finalizar el Torneo Clausura. Esto no es nuevo y habrá que poner las barbas en remojo, porque tiene una antecedente nefasto.

En abril de 2019, es decir hace tres años y siete meses, la bronca estaba del lado de enfrente. El sábado 20 de ese mes, Nacional había igualado 4-4 en el Capurro con Fénixpor la fecha 10 del Torneo Apertura con un arbitraje de Andrés Cunha determinante, porque anuló mal un gol a Matías Viña por una posición adelantada inexistente de Gonzalo Bergessio y no sancionó un tanto de tiro libre (el arquero sacó la pelota luego de haber cruzado la línea y no fue convalidado) anotado por Santiago Rodríguez.

El clima era más o menos similar al de hoy en Peñarol y faltaban dos fechas para el primer clásico en el Campeón del Siglo, el estadio aurinegro. Y explotó el viernes 26, cuando un grupo de entre seis y siete hinchas tricolores ingresaron al hall de la AUF y desplegaron una bandera con insultos, uno dirigido directamente a Darío Ubriaco, entonces presidente de la Comisión de Árbitros.

La consecuencia fue inmediata. Nacional marcó distancia de lo ocurrido y emitió un comunicado señalando su “más absoluto rechazo a las injuriantes expresiones realizadas contra personas e instituciones del referato uruguayo, que no representan la forma ni el sentir de las autoridades legítimas del Club Nacional de Football ni de la gran mayoría de la colectividad”. Pero lo más grave vino más tarde.

En forma urgente se reunió Audaf, el gremio de los árbitros, y decidió parar el fútbol, por lo cual ese fin de semana no hubo fútbol en virtud del clima de violencia reinante.

La movida se la adjudicó una agrupación de hinchas tricolores denominada Guardianes de Nacional, que al otro día pidió disculpas, mostró arrepentimiento, reconoció el error de la forma en cómo expresaron su molestia y terminó anunciando la disolución del grupo "por el daño causado al fútbol".

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