Tras 40 días de ausencia por lesión y otro tanto por estar convocado a la selección de Uruguay Sub 20, el viernes 14 de julio Mateo Ponte volvió a ponerse la camiseta de Danubio. El lateral había sufrido un desgarro en el cruce de cuartos de final del Mundial de Argentina Sub 20 con la Celeste el pasado 4 de junio y estaba al margen, trabajando en su recuperación, desde ese entonces.

Aunque el partido clásico entre Defensor Sporting y Danubio terminó con victoria violeta, Ponte estuvo feliz de volver a pisar el campo de juego con la Franja.

“Fue algo muy lindo, que estaba esperando. La idea era jugar contra Peñarol, estaba haciendo la recuperación y ya me habían dado el alta como para jugar. El martes de la semana previa al partido arranqué a entrenar normal. De tarde tenía la ecografía de control con Alejo Cruz y Rafa Haller. Fuimos y dio la casualidad que todavía tenía cuatro milímetros de desgarro y Alejo tenía dos, entonces se cambiaron todos los planes”, explicó el lateral.

Foto: Cortesía.

También reconoció que “hubo gente que se enojó”, pero que no fue su decisión retrasar su vuelta, sino el resultado del estudio.

Sobre el partido que jugó contra Defensor Sporting confesó: “Me sentí demasiado cansado. Me ahogaba mucho, pero sabía que iba a ser normal porque hacía un mes que no jugaba y una semana que entrenaba con el equipo. Pero ahora los partidos y las prácticas me irán dando rodaje”.

Ponte reconoció que en algún momento habló de que le hubiese gustado tener más rodaje en la previa al Mundial Sub 20: “Nunca digo que merezco jugar, pero sí tener más oportunidades. También entendí que el Rafa (Haller) pasaba por un buen momento y hay que respetar eso. Cuando llegué después del Mundial me dijeron que la idea era jugar los dos juntos, con Rafa como lateral y yo de volante. Pero justo se dio que llegué y Rafa se lesionó, entonces ahora es mi oportunidad de jugar de lateral que es a lo que estoy acostumbrado”, indicó.

Foto: Francisco Flores

En tanto, sobre los trascendidos y los dichos de Ignacio Ruglio sobre su posible incorporación a Peñarol, sostuvo que aún no sabe nada y que son temas que maneja su representante, pero que su intención no es seguir jugando en Uruguay sino emigrar: “Conmigo no se contactó nadie, hablan con mi representante Edgardo (Lasalvia). Me junté hace un tiempo con él para conocer cómo venía la mano y qué había sobre la mesa. El me comentó las ofertas que había y que estaban llegando, me dijo que había interés de los dos grandes de Uruguay, tanto de Nacional como de Peñarol”, indicó. Y añadió: “Ahora hay mucha repercusión, porque no sé si (Ignacio) Ruglio salió a hablar algo y me llueven los mensajes de conocidos. Yo no tengo idea de nada, mi idea es saltar al exterior y sino seguir mi carrera acá en Danubio. Supongo que se va a renovar mi contrato, porque es hasta diciembre”.

Ponte fue uno de los jugadores que levantó la Copa del Mundo con la selección Sub 20 en Argentina a pesar de no haber podido jugar los últimos dos encuentros con la Celeste.

“Para mí fue una experiencia inolvidable. Estar en la lista ya fue algo muy lindo, más allá de la lesión, que fue un tema aparte. Por suerte pude jugar la mayoría de los partidos y el título es algo que fue muy soñado, no solo para mí sino para todo el grupo”, confesó.

El diferencial del equipo fue la cohesión que tenía el grupo dentro y fuera del campo de juego: “Fue el mismo del Sudamericano. éramos un plantel muy unido siempre, desde el que jugaba todos los partidos hasta el que no. El Chelo (Marcelo Broli) en un momento dijo, que aunque Mateo Antoni no jugó ningún partido del Mundial, siempre estuvo con la mejor cara, entrenando y era el primero en festejar. Me parece que eso nos hacía especiales a nosotros y que los otros países seguro no lo tenían”, destacó.

Darwin Borrelli/Archivo El Pais

A falta de 15 minutos para terminar el encuentro entre Uruguay y Estados Unidos, Mateo Ponte sintió un dolor en el posterior: “Al momento que me tironeé, sentí que me desgarré, porque ya me había pasado y fue la misma situación, por eso me quedé en el piso un rato. Si era un calambre, no me iba a tirar tanto. Cuando me atendió el médico yo sentía que me dolía, pero cuando vi que no nos quedaban ventanas para los cambios, miré para la pantalla y faltaban muchos minutos más los descuentos. Como a nivel internacional nos pasó con Brasil que con uno menos nos comimos un 7 a 0, dije bueno me voy a quedar al menos para molestar, un poco incómodo pero seguí”, explicó.

Su objetivo estaba claro, no quería comprometer al equipo y quería ser, en la medida de lo posible, útil: “En el momento le pedí a Rodri (Chagas) para pasar a lateral-volante, porque yo no iba poder estar de lateral y después llega un momento que el Chelo me dijo que le cambiara al Lucho (Rodríguez) y me fuera para adelante. Me quedé ahí molestando para aguantar la pelota”, destacó.

Foto: Darwin Borrelli.

Vivió afuera la semifinal y final, pero no dejó de estar comprometido con el equipo: “Los últimos partidos los viví con muchos nervios, pero tranquilo que el grupo siempre respondía ante cualquier adversidad y sabiendo que yo estaba para lo que me precisaran. Aunque fuera alcanzar un vaso de agua, la pelota o lo que fuera, yo iba a estar ahí por si el grupo me precisaba”

Durante el Mundial, el lateral y algunos de sus compañeros de la selección juvenil - Randall Rodríguez, Sebastián Boselli , Facundo González, Fabricio Díaz, Anderson Duarte y Luciano Rodríguez- recibieron una noticia especial: el nuevo entrenador de la selección mayor, Marcelo Bielsa, quería que se sumaran a los entrenamientos de preparación para los amistosos con las selecciones de Cuba y Nicaragua de la fecha FIFA de junio.

La noticia los tomó por sorpresa: “Un día volvimos de la práctica y como era tarde no teníamos actividad hasta la cena. Llegamos y teníamos que bañarnos en el hotel y el Chelo nos dijo que había una reunión en ese momento y que teníamos que bajar. Nosotros no entendíamos porque no había nada programado. Entonces nos contó que Marcelo (Bielsa) lo llamó para ver si podía citar a alguno de nosotros a la selección mayor y él le dijo que sí”, reveló.

Leonardo Maine/Archivo El Pais

Y añadió: “Cuando salió la lista fue una locura, estábamos todos contentos, venían a la habitación de cada uno los gurises. Eso también habla del grupo que teníamos”.

Pero la noticia de la lesión fue como un balde de agua fría: “Después que me lesioné estaba muy triste, quería igual estar ahí y recuperarme con la selección porque quería sentirme parte del grupo, también. Entonces me llamó Jorge Giordano y me dijo que como estaba en la lista la idea era seguir recuperándome en la mayor y estar con los compañeros. Fue una experiencia muy linda, estar en la cancha, el vestuario y ver las prácticas de afuera”, concluyó.