Mathías Olivera: el consejo de Suárez, cómo es Alonso en la interna y por qué casi baja los brazos por la selección

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Mathías Olivera. Foto: Nicolás Pereyra.
Angel, Asteggiante

ENTREVISTA

“Había perdido la esperanza de poder estar en el próximo Mundial, pero mi familia me decía siempre que algún día me iba a tocar por mis condiciones. Me sostuvieron para que siguiera trabajando”, dijo.

Mathías Olivera (24 años) no puede disimular su felicidad. Está viviendo lo que esperó hace tanto tiempo: ser jugador de selección. La llegada de Diego Alonso como DT le abrió las puertas por primera vez de la mayor. El Tornado lo citó, lo puso de titular en los dos partidos de Eliminatorias y él la rompió. Fue figura y hoy está en boca de todos.

“Pah, la verdad que la vida me cambió mucho. Estoy viviendo algo increíble. Estoy muy contento y tratando de disfrutar. El celular me explota, es tremendo lo que mueve la selección. Mucha gente, pero además de mi familia y amigos, no paran de felicitarme”, contó a Ovación ya instalado en su casa del barrio Boadilla del Monte de Madrid donde vive con su novia.

Olivera se metió en la selección a falta de cuatro partidos para el Mundial, en un momento crítico, pero ya es uno más del plantel. Lo agregaron al grupo de WhatsApp y quedó en contacto diario con ellos. “Todos me dieron la bienvenida, algunos ya los conocía, pero te das cuenta que es un grupo unido y humilde. Eso es importante, me arroparon mucho desde el primer minuto”, indicó.

Durante su estadía en la selección, Olivera recibió principal apoyo de Diego Godín y Josema Giménez. Los zagueros fueron los que más se pegaron a él: “Todos me arroparon, pero obviamente que los defensas fueron los que más se me acercaron para darme consejos. No fue solo conmigo, a todos los nuevos nos dieron para adelante”.

Luis Suárez, por ejemplo, le dijo que “jugara tranquilo como en España” y que “no tenía nada que demostrar nada”, solo hacer lo mismo que en su club.

Mathías Olivera y Luis Suárez.
Mathías Olivera y Luis Suárez.

En la convivencia, no se hizo inconvenientes y fue a la segura en su debut para vencer la timidez. Compartió habitación con Mauro Arambarri, su compañero de equipo en el Getafe. “No hubo problema por el control remoto, lo conozco hace tiempo ya”, bromeó. Justamente Arambarri y Damián Suárez, también del Getafe, fueron importantes para su inserción en el plantel. “Me habían contado eso mismo que viví después, que era un grupo recontra unido y humilde. La verdad que me encantó el ambiente que hay. Apenas me convocaron les pregunté qué tenía que llevar, qué tenía que hacer”, dijo entre risas.

En la cancha, Olivera se estrenó de Celeste en una prueba de fuego. Uruguay necesitaba ganar para no perder el tren que lo lleve al Mundial de Catar y él respondió con creces. “Me sentí muy bien, más que nada cuando fueron pasando los minutos. Los primeros 15 en Asunción estuve un poco nervioso y ansioso, pero después que fue pasando el partido me empecé a soltar y a sentir cómodo”.

En las estadísticas que recogió el cuerpo técnico de Uruguay, el lateral fue el que más asociaciones exitosas consiguió en ambos partidos con Suárez (11 con Paraguay y 7 con Venezuela) y Federico Valverde (9 y 6). “Con el Pajarito nos entendimos muy bien y creamos varias chances. Nos conocemos de la sub 20. Y Luis es uno de nuestros jugadores más importantes… Hay que dársela”, aseguró.

Para su buen rendimiento, Olivera hizo hincapié en el gesto que tuvo con él Matías Viña, quien venía jugando en ese lugar de la cancha. “Estando en la misma posición, y que uno entra por otro, la gente puede pensar que uno se lleva mal, pero todo lo contrario. Matías es un crack como jugador, pero más que nada como persona. Lo conozco de hace tiempo. Cuando Alonso dio el cuadro y que yo iba a jugar, el primero en acercarse y darme aliento y consejos fue él. Es flor de persona”.

Uruguay celebra el segundo gol con los jugadores abrazados y Mathías Olivera entonando el grito de festejo. Foto: Nicolás Pereyra.
Mathías Olivera festejando el triunfo de Uruguay. Foto: Nicolás Pereyra.

El zurdo ya piensa en la última doble fecha con Perú y Chile. Pide ir “partido a partido” y aseguró que si puede elegir, prefiere clasificar contra los incaicos en Montevideo. “Con lo que viví el otro día, con el estadio lleno, me quedo con la fiesta en el Centenario”, remarcó.

Olivera está feliz. No hay respuesta que no termine sin una risa al final. Su tono bien uruguayo sigue vigente pese a las seis temporadas que lleva en España. “Estoy muy cómodo acá, la verdad que es una vida increíble, muy parecida a Uruguay por las costumbres, las comidas. Nos juntamos siempre con los uruguayos a tomar mate o comer algún asadito, vivimos todos cerca”, subrayó. Este último período de pases su nombre estuvo en la órbita del Napoli, pero seguirá en Getafe, al menos hasta mitad de año: “Mientras no se concrete nada mi cabeza va a seguir en el club, trabajando y tratando de rendir los fines de semana”.

"Alonso es un tipo sencillo, pero muy exigente"

Consultado sobre el nuevo entrenador de Uruguay y sus formas de trabajo, Olivera respondió: “Es un tipo sencillo, pero muy exigente. Pide intensidad y mucha concentración. Los entrenamientos son muy fuertes. Creo que eso es importante para que eso después se traslado y se note en la cancha. Me parece que se vio eso contra Paraguay y Venezuela, el equipo fue intenso y fuimos siempre para adelante. Particularmente quedé muy contento”.

“Alonso nos dio muchas herramientas en un período muy corto de tiempo que teníamos para preparar esos partidos: videos, entrenamientos tácticos, trabajamos cómo defender cuando atacaba el rival, cuáles eran los puntos débiles de ellos… Con todo ese material lo pudimos hacer bien”, agregó.

Diego Alonso, entrenador de Uruguay. FOTO: Nicolás Pereyra.
Diego Alonso, entrenador de Uruguay. Foto: Nicolás Pereyra.

El primero que llamó a Olivera para decirle que estaba en la órbita de la selección fue el profe Guillermo Souto y después Darío Rodríguez, asistente técnico del Tornado. “El profe me preguntó cómo me sentía, cómo estaba físicamente y se había tenido alguna lesión en el último tiempo. Darío me comentó que estaba en una lista grande de jugadores y que tenía chances de estar en la definitiva, así que siga metiéndole con el club”.

“El cuerpo técnico entero es un grupo muy positivo, motivador, con mucha energía y eso se trasladó al equipo que justamente necesitaba ese tipo de vibra. Se vio reflejado con un equipo presionando arriba y que no paraba de correr”, detalló.

En ese sentido, el lateral izquierdo de la selección destacó la labor de Óscar Ortega, preparador físico del Atlético de Madrid del Cholo Simeone y que el Tornado logró anexar en su proyecto para que se sume, al igual que los jugadores, en cada fecha FIFA.

¿Por qué no estuvo convocado antes?

Sin rencor ni buscar culpables, Olivera se refirió a su ausencia en la era Tabárez, donde nunca estuvo ni siquiera reservado. “Creo que hay una buena camada de laterales izquierdos y cada técnico ve con diferentes ojos a cada jugador. Trabajé muchos años esperando esta oportunidad. Defender al país de uno es algo único y por suerte Alonso me llamó y estoy súper contento. Uno trabajaba todas los días con la esperanza de poder estar. Obviamente me frustraba cuando no se daba, pero en base de trabajo y rendimiento se me dio la posibilidad ahora y la pude aprovechar”, explicó.

En ese sentido, confesó. “Sinceramente había perdido la esperanza de poder estar en el próximo Mundial, pero mi familia me decía siempre que algún día me iba a tocar por mis condiciones. Me sostuvieron para que siguiera trabajando y esperando esa oportunidad. Ahora se dio y hay que meterle para adelante”.

Selección de Uruguay. Foto: Nicolás Pereyra.
Selección de Uruguay. Foto: Nicolás Pereyra.

El lateral tampoco se cuestiona si su temprana salida del fútbol uruguayo (en 2016 tras apenas dos partidos con Nacional) le pudo haber jugado en contra para perder pisada en la consideración del maestro. “Eso depende mucho. En el fútbol hay mucho de suerte. Te podés quedar y te puede ir muy bien y después pegar el salto o te podés ir de chico, debutar temprano y tener otra vidriera. Es muy relativo”, aseguró.

“A mí en lo particular el primer año en Europa me costó mucho. Tuve pocos minutos. Recién después me fui soltando”, afirmó. Tras una primera temporada con poca actividad (cuatro partidos), Olivera fue cedido al Albacete. Jugó 15 encuentros y recuperó su mejor versión. Retornó a Getafe a comienzos de 2019 y no salió más del equipo.

Pese a su ausencia en la mayor, Olivera sí había tenido participación en las juveniles de Uruguay. En sub 20 fue campeón sudamericano y luego cuarto en el Mundial.

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