Mathías Rodríguez supo estar en la cima y también tocar fondo. Hoy está feliz de haber logrado el ascenso con Miramar Misiones y disputar el Campeonato Uruguayo 2024, pero con 26 años tiene una gran trayectoria repleta de gratos momentos y situaciones adversas que superó. Con 17 años integraba el primer equipo del Peñarol de Pablo Bengoechea e incluso llegó a hacer la gira de pretemporada por el interior del país junto con Federico Valverde. Pero pronto el Real Madrid posó los ojos en él y, tras la vuelta a Montevideo, emigró al Castilla por un año.
Los primeros seis meses fue un habitual en el once titular, pero luego surgieron inconvenientes. Sobre todo cuando volvió tarde de sus vacaciones en Uruguay por ir a la inauguración del Estadio Campeón del Siglo y fue sancionado.
Tras ese suceso rescindió contrato en el Merengue, retornó al club de sus amores y no pudo reflejar en la cancha el talento innato que posee.

En una charla íntima con Ovación, Mathías Rodríguez reveló que durante esta etapa como jugador de Peñarol padeció un "vicio" con las apuestas y contó cómo lo transitó internamente. También puso el foco en el click personal que hizo para dejar de apostar y quiénes fueron claves para el buen momento que atraviesa en la actualidad, donde se siente "orgulloso" de lo que dejó atrás. Acaba de renovar contrato con Miramar Misiones y hoy pone la mira en aprovechar su retorno a la Primera División.

Respecto de su estadía en Real Madrid, reveló cómo fue compartir vestuario con Cristiano Ronaldo y una broma que suele hacer con sus compañeros de Miramar Misiones. A continuación, un resumen de la charla con el futbolista.

- ¿Qué sentís después de haber logrado el ascenso a Primera con Miramar Misiones?
- Siento felicidad porque el año pasado fue duro a nivel personal. Lo pude sacar adelante por el grupo que tenemos y mi familia, que me apoyó. Fue lindo poder renovar contrato y mostrarme en Primera División. La última vez que jugué en Primera fue en Peñarol, que no me fue muy bien, y ahora tengo una revancha que ojalá la pueda aprovechar.

- El año pasado mostraste una buena versión futbolística, ¿te sirvió para retomar la confianza?
- Sí, en la “B” pude mostrar un poco lo jugador que soy porque me considero buen futbolista. Pude demostrar un poco, aunque creo que no es mi nivel y puedo demostrar un poco más. Espero prepararme bien en esta pretemporada y en Primera darle con todo.

- ¿Por qué fue “duro” el año pasado a nivel personal?
- Perdí familiares muy queridos y eso me pegó mucho. Sinceramente si no fuese por el grupo yo hoy no estaría acá y tampoco sé si estaría hablando ahora por teléfono. Fue duro, los compañeros y el cuerpo técnico de Miramar Misiones me ayudaron a salir adelante y venir a entrenar porque yo no tenía ganas de nada. Gracias a ellos y a mi familia estoy acá.

Foto: @SegundaAUF.

- ¿Cómo vivías ese proceso doloroso a nivel interno?
- Yo estaba en mi casa y quería ir a entrenar porque era el único lugar donde me despejaba. Estando en mi casa pasaba todo el día durmiendo, acostado y no salía a ningún lado. Quería que llegara la hora del entrenamiento para despejarme un poco y estar con los compañeros, que me hacían sentir bien.

- ¿En algún momento pensaste en retirarte del fútbol?
- No lo dije, pero se me pasaba por la cabeza y yo mismo me preguntaba: '¿Voy o no voy?'. Pero por suerte la cabeza me decía que vaya, que no dejara pasar esta oportunidad porque ya había dejado pasar muchas y esta era la última que tenía. En el pasado no hice las cosas bien en el fútbol, estuve dos años y medio sin jugar; sentía que esta era mi chance de salir a flote y la estoy aprovechando.

- ¿De qué manera gestionaste ese momento de dificultad? ¿Te apoyaste en algún psicólogo?
- No fui a ningún psicólogo, pero hablaba con mi familia y me juntaba con mis primos, que somos muy apegados. Y también con los compañeros, que me llamaban todos los días para ver cómo estaba. Con el paso de los días lo fui llevando de a poco y ahora estoy ahí, un poco mejor.

- Hablaste de oportunidades que dejaste pasar, ¿qué cosas te recriminás de tu paso por Peñarol?
- A veces cuando estás en un club grande comoPeñarol te pensás que te llevás el mundo por delante o que nunca va a terminar. Yo capaz que pensaba: 'Voy a estar toda mi vida en Peñarol'. Y ta, no hacía lo que quería, pero hacía las cosas mal, y así me fue también.

Foto: Archivo El País.

- ¿Por qué lado venían esas cosas de las que te arrepentís?
- Cuando jugaba en Peñarol pasé por un vicio con las apuestas y también salía mucho. Y esos son dos vicios fuertes de los que gracias a Dios hoy pude salir. No se lo recomiendo a nadie, es fuerte y eso fue fundamental porque no me dejaba concentrarme; me hacía mala vida y así me fue también.

- ¿Qué siente una persona que tiene una adicción por las apuestas?
- En mi caso sentía desesperación e impotencia porque un día tenés todo, al otro nada y te ponés a pensar el porqué. La noche no te da nada y las apuestas tampoco; al revés, te sacan. Te generan estrés, no te dejan dormir y todas esas cosas malas.

- ¿Te pasó de ir a entrenar sin haber podido dormir?
- No iba sin dormir, pero sí que me acostaba tarde. No descansaba ni comía bien y todas esas cosas de a poco te van llevando a hacer las cosas mal porque el juego es para perder. Vos pensás que vas a ganar, pero no ganás nada y, al revés, cada vez perdés más.

- Además del daño a nivel personal y familiar, también puede generar un perjuicio económico. ¿En ese sentido también te afectó?
- Sí, ese tema me hizo perder gran parte de todo lo que yo había ganado durante mi carrera. Y fue duro porque vos mirás para atrás y te da impotencia. Te ponés triste y pensás lo que podías hacer con toda esa plata, y la verdad te deja un poco mal. Te hace perder todo porque empezás con plata chica y, cuando pensás que vas a recuperar, apostás más. Pero cuando te das cuenta, ya no tenés nada. Estuve dos años así entre 2017 y 2019, después me di cuenta que me hizo mal y que no era lo mejor porque si seguía así también iba a terminar mal porque ya no sabía qué hacer.

- ¿Cómo hiciste el click para salir adelante? ¿Recibiste ayuda de alguien?
- Creo que hay mucha gente que no se anima a hablar. Yo no me animaba, pero creo que guardármelo me hacía mal y hoy lo puedo contar porque ya pasó. El click lo hice cuando me fui quedando sin nada y dije: 'Bueno, hasta acá llegó', porque si no por la cabeza se me pasaban un montón de cosas, pero yo no quería terminar mal o hacer las cosas mal por eso. Ahí hice un click y por ahora voy bien.

- ¿Qué tipo de pensamientos se te venían a la cabeza?
- Todas esas cosas malas que a uno se le pasan por la cabeza, a mí me sucedían y a veces pensaba si lo hacía o si no lo hacía. Por suerte no lo hice y hoy puedo estar hablando acá. En un momento ya no tenía de dónde sacar y cada vez el desespero era más grande. Ahí hice un click de que ya no daba para más. Por suerte pude salir adelante y espero que la gente que tenga ese vicio pueda hacerlo y se dé cuenta que eso es todo una mentira.

- ¿De dónde tomaste fuerza para salir adelante en un momento de tanta complejidad?
- Yo me agarraba de mi familia, de mi madre, que me pedía por favor que dejara de jugar. De mi hermana, que es chica y no tiene idea, pero yo a veces la trataba mal por eso y verla mal por mi culpa me hizo hacer un click también.

- ¿En aquel momento, pudiste charlarlo con algún referente de Peñarol?
- No, en ese aspecto ahí no quería contarle a nadie. Creo que sabía el Chino (Lasalvia), porque es mi representante, y mi familia. Después en Peñarol no quise contar nada porque me daba vergüenza. Nunca se llegaron a enterar el motivo por el que me sentía mal. En ese tiempo Lasalvia pasaba todo el día conmigo o me mandaba algún amigo para que me distraiga o que pase tiempo con ellos. Me invitaba a la casa para que salga un poco y no esté todo el día ahí, encerrado y pensando en las cosas esas. Al Chino Lasalvia lo considero un amigo. Hace 10 años que lo conozco y no puedo decir nada malo sobre él. Me saco el sombrero.

- ¿Decidiste acudir a algún especialista en adicciones o a algún grupo de ayuda como jugadores anónimos para tratar el “vicio”?
- No. He tenido en cuenta los grupos de jugadores anónimos, pero en ese tiempo me daba vergüenza porque la gente me conocía y no quería decir: 'Tengo este vicio' porque me daba vergüenza. Por suerte hoy lo puedo decir y soltarlo porque tenerlo adentro también me hacía mal. Fue más un click personal. Dije: 'Ta, hasta acá llegó, lo hago por mí y mi familia' porque creo que si seguía haciendo eso me iba a ir mal en la vida.

- ¿Hoy te sentís orgulloso de vos mismo por haber dejado de apostar?
- Sí, me siento orgulloso porque es muy difícil. Uno que lo vivió, la verdad que pasás por todo y hoy me siento orgulloso.

- ¿Te gustaría tener una revancha en Peñarol?
- Sí, las ganas siempre están. En 2023 hice un buen año, mis compañeros me decían: ‘Vas a volver a Peñarol’, pero yo decía que no porque todavía no tengo nada para darle. Yo siempre digo que si vuelvo a Peñarol es porque quiero dejarle algo o rendirle bien, y creo que para estar en Peñarol se necesita estar bien. Acá en Miramar Misiones estoy bien y todavía no estoy para volver a Peñarol. Todavía no estoy en ese nivel que merece Peñarol, pero ojalá que la vida me dé una revancha.

- ¿Qué anécdotas tenés en un club tan importante como Real Madrid?
- A veces nos estamos bañando todos juntos en Miramar y les digo a mis compañeros: 'Pa, yo me estaba bañando al lado de Cristiano Ronaldo en Real Madrid y hoy estoy al lado tuyo', y ellos se ríen. Cuando jugábamos por Champions, compartíamos concentración con la Primera y nos bañábamos todos juntos. A veces estaba Gareth Bale y Cristiano. Él era medio callado, pero respetuoso. Practicábamos a las 11 AM, pero dos horas antes el loco ya estaba haciendo sentadillas.

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