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Matías Arezoes un delantero completo. Muy potente, tan bueno jugando por abajo como en el juego aéreo. Es inteligente para usar el cuerpo y puede jugar tanto por afuera como por adentro. En el 2020 que acaba de finalizar, se convirtió en una de las figuras del fútbol uruguayo y hasta estuvo en la órbita de la selección.

Apareció en el primer equipo de River Plate a mediados del año pasado. Jorge Fossati, que recién había regresado a la institución, sorprendió colocando como titular a un botija de apenas 16 años.

En los entrenamientos previos al primer partido del Intermedio, Matías se ilusionaba con arrancar jugando frente a Progreso. Comenzó muy nervioso pero fue agarrando confianza y terminó siendo la figura del partido. Si no anotó fue porque el arquero gaucho era su excompañero Nicola Pérez y le conocía las mañas.

Había sido ascendido por Pablo Tiscornia al plantel principal cuando tenía 15 años, no tuvo oportunidad de jugar con Jorge Giordano, hasta que llegó Fossati para mandarlo a la cancha.

“Lo vi muy adulto de cabeza a pesar de su corta edad. Y físicamente muy bien armado para jugar en Primera División. Preparado en todo sentido. Si no, no lo hubiera arriesgado, porque es un chiquilín. Pero llamó la atención que jugara como un futbolista ya hecho y derecho”, explicaba entonces Fossati.

Y tenía razón, porque Arezo no parecía cuando debutó los 16 años que marcaba su cédula, ni parece ahora los 18 que cumplió el 21 de noviembre.

Jugar con Juan Manuel Olivera, quien le dobla la edad también fue clave para el juvenil, quien el año pasado jugó 21 partidos en el equipo de Fossati, 17 como titular y anotó 9 goles. Seguramente en el 2021 continuará su crecimiento, pues no parece tener techo. Y debute con selección mayor.

Hoy se habla de un posible pase al exterior. “Es como me dice el Flaco (Olivera): paso a paso sin apurarnos. Todo a su tiempo”, dice Arezo con humildad.

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