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Matías Ocampo: la promesa por Liverpool, el sueño de hermanos y los guantes que le quemaron para que no ataje

“Llegué a Liverpool con la idea de tocar de vuelta la selección", aseguró el veloz extremo negriazul que cambió su mentalidad y hoy vive un sueño.

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Matías Ocampo: la promesa por Liverpool, el sueño de hermanos y los guantes que le quemaron para que no ataje
Matías Ocampo: la promesa por Liverpool, el sueño de hermanos y los guantes que le quemaron para que no ataje
Foto: Estefanía Leal | El País

Minutos antes de atender a Ovación para esta entrevista, Matías Ocampo (21) estaba en un estudio de tatuajes cumpliendo una promesa luego de ser campeón uruguayo con Liverpool. “¡Me tatué la copa! No sabés. Se lo había prometido a mi hermano si salíamos campeones”, cuenta aún emocionado, y es que no le podía fallar a Tito.

Su hermano Ernesto, tres años mayor, recientemente fichó por Villa Española y es muy importante en su vida. Su madre siempre cuenta la misma anécdota. Cuando eran muy pequeños, Tito llegaba del baby fútbol y le enseñaba a sacar laterales y pegarle a la pelota a su hermano. Siempre fue como su técnico, lo sigue siendo hasta el día de hoy que viven juntos cerca de la cancha de Zorzal en el Cerro, donde todo comenzó, y lo del tatuaje no es la única promesa cumplida.

Promesa cumplida: Matías Ocampo se tatuó la copa de campeón uruguayo.
Foto: Estefanía Leal | El País

"Me ayuda un montón porque es sincero conmigo y me da esa crítica que merezco, siempre necesitás una persona así. Siempre intenta que mejore. Y no se pierde un partido mío”, cuenta Ocampo, que el primer sueño con su hermano lo cumplió cuando era jugador de Defensor Sporting y Tito jugaba en Rampla Juniors.

“Los gurises del barrio siempre nos decían ‘imagínense ustedes dos llegando a Primera y poder tener la suerte de jugar juntos o enfrentarse’”. Y se les dio. “Nos enfrentamos en la B, ese día ganamos 5-0”, recordó Matías, pero el resultado fue una anécdota más.

“Llegamos a casa, vivíamos con mis hermanas y mi madre e hicimos un asado. Estábamos todos re felices aunque él había perdido. En la casa de mi madre está la foto de ese partido”.

Es una familia muy futbolera y en lo único que la Hiena y Tito no fueron fieles a su linaje fue en romper la tradición de su abuelo y su padre, que eran goleros. “Mi viejo es 100% fútbol. Nos llevaba al estadio de Cerro y al baby fútbol, me acompañaba a todas las canchas”, contó Ocampo pero su papá no lo bancó con una idea: la de ser arquero.

“Nos decía que la posición de golero era difícil y un poco ingrata y que ellos no tuvieron el talento que teníamos nosotros. Una vuelta en el baby se me había antojado ser golero y me había comprado unos guantes para el fútbol del barrio. Le dije que quería atajar y me los prendió fuego”, recordó entre risas Matías que rebosa de alegría por su presente.

Matías Ocampo: vive un sueño desde que llegó a Liverpool.
Matías Ocampo: vive un sueño desde que llegó a Liverpool.
Foto: Estefanía Leal | El País

“Llegué a Liverpool con la idea de tocar de vuelta la selección, no se me dio pero estoy muy feliz porque hace seis meses estoy viviendo un sueño”, confesó Ocampo. “De chico miraba a Nacional y Peñarol levantar copas y me preguntaba si algún día podría hacerlo”, añadió.

Militando en el Bellinzona de Suiza, desde donde está a préstamo con opción a compra, llegó de vacaciones a Uruguay y, mientras sonaba en Nacional, le hizo caso a Pablo Bentancur. “Él me dijo, andá a Liverpool y te aseguro que vas a salir campeón y a crecer. Se dio todo lo que me dijo”, contó Ocampo y su representante no fue el único con un relato premonitorio.

Liverpool me enseñó a levantar copas, a tener mentalidad ganadora. Cumplió mi sueño

Cuando llegó a Belvedere lo recibió su presidente, José Luis Palma. “‘Viniste a ser campeón’, me dijo. Ahí ya te muestra cómo es la mentalidad. Va a ser difícil pero nosotros mismos soñamos con volver a repetirlo. Liverpool trae jugadores con mucho carácter, con personalidad y hambre de salir adelante. Todos queremos triunfar y el club te da todas las posibilidades. Estás cómodo, feliz, hay buen clima y buenas canchas. No puedo quejarme”, manifestó Ocampo y es que en el negriazul vive y cumple sus sueños.

“Me enseñaron a levantar copas y yo no sabía lo que era, me hicieron un jugador con mentalidad ganadora. Me va a quedar marcado para toda mi carrera, Liverpool cumplió mi sueño de ser campeón uruguayo”, cerró.

Familia futbolera: Matías Ocampo junto a su hermano Ernesto y su sobrino.
Familia futbolera: Matías Ocampo junto a su hermano Ernesto y su sobrino.
Foto: Estefanía Leal | El País

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