Alan Matturro es un inconsciente. Esa es la única explicación racional para alguien que domina tres veces la pelota bajo el arco en el minuto 85 de una final del mundo. Fue un momento que pasó desapercibido por la euforia del gol de Luciano Rodríguez que valió un Mundial Sub 20, pero el 13 de Uruguay se dio ese lujo previo a la conquista.

Ese Matturro (18), que fue el mismo que ganó el Balón de Plata, también es aquel que hace un año y medio ayudó a Defensor Sporting a retornar a la máxima categoría con 17 años y 30 días. Solo que ahora tiene más técnica y es campeón del mundo, pero la humildad de aquel pibe que peloteaba en las calles de Villa Española se mantiene.

Con la transparencia despojada de casete y la inocencia pícara que lo caracteriza, el central de Genoa recordó ese momento en el que no conoció los nervios. “Son circunstancias del juego, uno jugaba en un barrio peligroso e ir a un Mundial con un estadio lleno, con casi todos hinchas uruguayos, es lo mismo, pero necesitás más concentración”, dijo a Ovación, y añadió entre risas: “Son virtudes de un zaguero que juega de nueve”.

Con esa misma soltura se lo vio en la caravana de bienvenida luego de ser el último en dejar atrás las puertas del Aeropuerto de Carrasco para ascender al ómnibus ploteado de celeste que aguardaba rodeado de una multitud. “Sentí una emoción enorme. La gente me recibió muy bien. Me pusieron la piel de gallina. Creo que ahí fue cuando nos dimos cuenta de lo que generamos en el país, caímos un poquito a tierra ya que ganar un Mundial no es para cualquiera”, confesó Matturro.

Y Uruguay no es cualquiera. Para ser campeón del mundo hay que estar un poco loco, hervir la sangre y al mismo tiempo tener la capacidad de ser frío como témpano de hielo. Pero ¿cuándo fue que el plantel se dio cuenta de que podía lograr lo que en un principio parecía imposible? “Nosotros teníamos en la cabeza que éramos candidatos, quedó demostrado en el Sudamericano, al que no pude ir (Genoa no los prestó), y en los amistosos. En el correr del Mundial nos hicimos más fuertes, tuvimos muchos arcos en cero. Fuimos un equipo muy compacto y sólido”, explica Alan.

Tal y como se habían aburrido de decir en el Sudamericano, la unión grupal fue el motor principal del plantel. A eso Matturro le añadió la humildad. “Fuimos muy unidos, un grupo muy sano, muy humilde. A todos lados que fuimos, hoteles y entrenamiento, dejamos una huella de las personas que somos. También fue clave el apoyo de mi familia”, dijo.

Foto: AFP.

Aunque el defensor fue uno de los de más entrega en la Copa del Mundo y teniendo en cuenta el poco tiempo de integración que absorbió antes del Mundial, no se salvó de la críticas, cuestión que él mismo mencionó en declaraciones luego de coronarse. Consultado sobre esto, el jugador expresó: “Las críticas las tomo como algo más. La gente en su casa está detrás de una pantalla y no sabe lo que es la vida de un jugador, piensa que todo es color de rosas. Te choca un poco, pero no lo sentí”.

Y es que esta fuerza lo acompaña a Alan desde hace un tiempo, porque mientras todo era felicidad por estar en el plantel principal de Defensor con 16 años, tras comenzar la recuperación de la fractura de peroné, el fallecimiento de su madre a causa de contraer covid-19 le dejó una huella imborrable. Claro que fue un antes y un después en su vida. Por eso siempre que puede la recuerda. A su mamá la llevó en sus canilleras y así festejó el gol ante Irak. Sin dudas que el Mundial es un premio para ella. “Se lo dedico a mi madre, a mi padre, a la gente que me apoyó, los que estuvieron siempre”, sostuvo.

Darwin Borrelli/Archivo El Pais

Fue uno de los claros aciertos de Marcelo Broli, ponerlo en el lateral izquierdo. Es cierto que Matturro ya había practicado esta posición en la Serie B de Italia, pero probarse en un Mundial fue un desafío que cumplió con creces. "Mi posición es de defensor central, pero ahora tengo ese plus o me está gustando más jugar de lateral, que si me dan a elegir en el Genoa o en cualquier otro cuadro, en qué posición quiero jugar, yo elegiría de lateral. Pero creo que es un nivel más difícil. Tengo que mejorar y pulirme. Esta posición me da más espacio, más confianza, más ida y vuelta”, explicó.

En Genoa es dirigido por Alberto Gilardino, quien logró el ascenso del equipo. Matturro definió a su DT como “una excelente persona y gran técnico”. Y continuó: “Se pone mucho en el lugar del jugador. Me dice que tenga confianza, que me entrene, que vaya para adelante y que escuche a los que son más referentes”.

Entre otras de las perlitas que dejó Alan en el Mundial Sub 20, estuvo el encuentro con Federico Valverde y Nicolás De la Cruz, dos semifinalistas del Mundial Sub 20 en 2017. “Fue increíble, los conocía de la fecha FIFA (fue sparring). Fede se pegó a mí como si me hubiese conocido desde chico, eso marca. La novia (Mina Bonino) dijo que me conocía por TikTok”, recordó Alan, y añadió sin timidez: “Soy un ser humano divertido, me gusta disfrutar y por eso me gano el cariño de la gente”.

Otro de los momentos que Matturro guardará en su retina fue el festejo con Luis Suárez, con quien había tenido un cruce en 2022 durante el partido entre Nacional y Defensor Sporting en el Gran Parque Central.

Sin rencores, ambos se tomaron una foto en la caravana y el defensor narró el momento del reencuentro: “Lo que pasó con Suárez quedó en la cancha. Él es un jugador top. Me felicitó por el torneo que hice y le dio un beso al Balón de Plata. Esto para mí es un orgullo, tener esa figura en la caravana fue un sueño también. Las cosas que pasan en la cancha quedan ahí. Y Luis Suárez es el número uno, nunca me voy a cansar de decirlo”.

El próximo sueño del exjugador violeta es debutar en la Serie A de Italia, lugar al que tiene que regresar en los primeros días de julio para comenzar al campeonato. “Ahora tengo ese objetivo, tener minutos, no pido ser titular, pero sí jugar”.

Alan Matturro, generación 2004, sabe de ganar campeonatos desde los 13. Fue campeón desde experimental a la Sub 16 con Defensor Sporting, a partir de ese momento pasó a alternar en el primer equipo y fue figura clave en un ascenso caótico para la interna violeta. Además, se coronó campeón de la Copa AUF Uruguay. Este año ascendió a la Serie A con Genoa y, ahora que es campeón Sub 20, el siguiente paso sería la selección mayor. Si bien ya había formado parte del sparring de Diego Alonso en la previa al Mundial (la gira de amistosos por México y Estados Unidos) no fue convocado para la fecha FIFA de amistosos de junio bajo la conducción de Bielsa.

“No me llamó la atención, yo juego para mí, para el equipo y la gente. Me dijeron que él (Bielsa) ya me estaba viendo. Tuve la oportunidad de estar en una fecha FIFA. Uno está tranquilo, soy chico, tengo que mejorar muchas cosas. Uno siempre espera el llamado, es decisión de él y la respeto. Es fútbol”, explicó Matturro, que demuestra estar confiado de estar en la carpeta de Bielsa para el futuro. Su camino recién comienza.