ENTREVISTA

Mauro Goicoechea: el gran sueño cumplido y la tristeza de no haber acompañado a Suárez y Cavani

El arquero de Boston River evoca un gran momento que le tocó vivir frente al portugués Nani y resalta lo orgulloso que está de la carrera que pudo realizar en el fútbol.

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Mauro Goicoechea en Boston River

A los 33 años, Mauro Goicoechea, aquel arquero de las Selecciones juveniles Sub 17 y Sub 20 que pudo cumplir el gran sueño de ir a Italia y para defender a un club histórico como la Roma, no quiere ni pensar en la posibilidad de descender con Boston River porque sabe que eso es una mancha. Dice que el club está intentando hacer las cosas bien y que hay calidad en el equipo por la idea que se impone y por los jugadores que integran el plantel. Dice que les está faltando lograr un resultado positivo para recuperar confianza y sabe que River Plate es un rival muy duro. Mauro Goicoechea el arquero que empezó en Danubio y que jugó en Rumania, Portugal y Francia dialogó con Ovación.

-¿Qué podés decir de la carrera que lograste tener como futbolista?-Estoy muy contento con la carrera que hice. Los sueños que tenía cuando era chico los pude cumplir, especialmente uno de ellos, porque mi primer objetivo siempre fue el de poder ir a jugar a Italia y es lo primero que pude hacer cuando salí de Uruguay. Me deja muy conforme haber cumplido el gran sueño que yo tenía, porque cuando era chico siempre decía que iba a jugar en Italia porque el fútbol italiano era lo más importante y lo pude hacer. De verdad, eso fue conseguir el sueño que siempre quise. También me siento muy orgulloso de haber lograd poder estar tantos años en Europa y en general en buenos países, en buenos equipos. Mirá que yo sé que no es fácil para los futbolistas y mucho menos para los arqueros quedarse tanto tiempo en Europa, así que estoy contento y orgulloso con la carrera que pude hacer.

-¿Pesa mucho el hecho de que jugaste, por ejemplo, en un grande como la Roma?-Y sí, también eso. Cuando hablaba de ir a Italia nunca decía a qué club quería ir, pero defender a un club tan importante como la Roma fue todavía mejor. Básicamente estoy orgulloso de la carrera que pude hacer.

“La Roma fue un postgrado de fútbol, porque me choqué de frente con un montón de cosas que no tenía ni idea. El primer año me costó muchísimo”.

-¿Qué enseñanza te dejó un club tan grande? ¿Fue bravo al principio?-La Roma fue un postgrado grande del fútbol, porque me choqué de frente con un montón de cosas del fútbol que no tenía ni idea. Yo iba de Danubio, que si bien es un equipo importante, me encontré con otro mundo, con una realidad para la que yo no estaba preparado. Sinceramente, me empecé a dar cuenta de la vida del fútbol ahí en la Roma y fue un año muy difícil para mí. Fue también la base para aprender todo, para curtir la piel, porque la pasé muy mal ese año ahí y eso me hizo mucho más fuerte.

-De Danubio fuiste a las selecciones juveniles y no lo hiciste de paso, porque estuviste en dos categorías. ¿Qué representó para vos ese ciclo?-La estadía en las selecciones juveniles uruguayas fue de lo más lindo que me tocó vivir. Primero porque es la Selección, segundo porque me costó muchísimo llegar a ese lugar y luego lo disfruté muchísimo por todo lo que se pudo vivir: clasificamos siempre a los mundiales, nos fue medianamente bien en los sudamericanos, algunos jugué y otros no, pero fue de las cosas más lindas que me tocaron en el fútbol. Ese ciclo lo hicimos medianamente con el mismo grupo de jugadores, repetimos muchos y había un grupo muy bueno, algunos están en la Selección y con muchos seguimos en contacto. Fue hermoso porque también fueron los primeros viajes que hacíamos como jugadores y convivir con los compañeros fue inolvidable.

"La tristeza más grande que tengo como futbolista es que no tuve ni una citación ni un partido amistoso con la Selección mayor. Eso me hubiera hecho muy feliz”.

-Fuiste compañero de Edinson Cavani, Luis Suárez, Martín Cáceres, entre otros, ¿no hay un lamento especial por no haber podido llegar a la mayor como si lo consiguieron ellos?-Sí, obvio. Eso para mí es la tristeza más grande que tengo como jugador de fútbol, porque soy sincero y debo decir que me hubiese hecho feliz estar por lo menos en alguna citación, en algún partido. Me hubiera encantado, pero no se dio. Hubiera sido genial y es una de las cosas que siempre me digo ‘que lástima que no sucedió’. Pero mirá que no tengo nada de nada para reprocharme.

-Ese largo recorrido por Europa, del que me hablaste, se terminó cortando. ¿Eso fue porque deseabas volver a Uruguay o porque no había más remedio?-Sí, fue una decisión más bien familiar con mi señora. En principio nos íbamos a volver a Uruguay hace dos años, porque cuando terminó mi primer contrato en Toulouse ya teníamos decidido que regresábamos porque mi hijo empezaba la escuela y no queríamos que tuviera otro cambio de país, cambio de idioma. Había nacido en Francia y estaba bien ahí, entonces, como que el único cambio que íbamos a hacer por él era volver a Uruguay. Cuando estaba terminando el contrato en el Toulouse me plantean la posibilidad de renovar por dos años más y la verdad que no nos movíamos del lugar, estábamos adaptados a eso, entonces la opción de volver se suspendió. Renové y me quedé otros dos años, aunque el último periodo ya no fue del todo bueno porque habían cambiado los dueños y ya no me querían como antes. Ahí retomamos la idea de volvernos, porque no queríamos irnos a ningún otro lugar, queríamos estar con la familia y empezar la vida acá. Que mi hijo creciera acá. Se dio así, venir y ver qué pasaba.

-¿Por qué Boston River?-Yo vine en junio del año pasado y no tenía la llamada de ningún equipo. Realmente yo no hice ningún movimiento, no tenía representante, pasó el tiempo y me quedé sin club. En enero yo estaba hablando con algunos equipos y surgió Boston River. Hablé con Pablo Álvarez, que teníamos un amigo en común, y ahí me hicieron saber la propuesta que ellos tenían en general, la idea de hacer las cosas bien, de impulsar el crecimiento del club y la verdad es que me pareció interesante y terminamos arreglando.

-¿Qué encontraste?-Se nota que es un club que está intentando de avanzar y aunque cuesta muchísimo.se aprecia que están trabajando y procurando mejorar. Las cosas van llegando de a poco, medianamente están armando el complejo y creo que van a ir mejorando, van bien encaminados.

-¿Cómo para quedarse en Primera?-Sí, espero que sí. Hay buena calidad, hay un buen equipo. Sería una lástima que toda esta gente que está empujando con muchas ganas no tenga ese premio.

-¿Es más difícil pelear por no descender que pelear arriba por el título?-El grado de exigencia es el mismo, obvio que es más lindo pelear por el título que por el descenso y es más difícil pelear por quedarte que por ser campeón. Un descenso es todo un tema para los clubes. Capaz que no salir campeón un año no te afecta tanto como descender.

“En Boston River hay buena calidad, hay buen equipo y no pensamos en el descenso, nosotros queremos apostar a un puesto de copa. Ese es el objetivo de todos”.

-¿Es una mancha descender?-Y sí, lo es. Es algo que los jugadores no queremos. A mí me tocó en el último año en Francia con el campeonato terminado antes por la pandemia y los clubes son una revolución después de eso. Hay un montón de cosas que cambian, los presupuestos se van al piso, aparecen problemas por todos lados.

-Entre ustedes qué hablan, ¿cuál es la consigna, cuál es el objetivo?-Nosotros tenemos el objetivo inicial, por los jugadores que hay, de apostar a un puesto en Copa. Si bien sabemos que estamos en una situación que al perder tres o cuatro partidos te empezás a mirar otro tipo de cosas, con todo un campeonato por delante el objetivo por la propuesta y los jugadores es llegar a zona de copas.

-¿River es bravo?-Sí, viene bien y a nosotros nos está costando estas primeras fechas, pero los primeros partidos siempre son complicados. Hoy lo que nos está faltando es un resultado para agarrar confianza en lo que venimos haciendo.

Un recuerdo imborrable
Aquel penal contra Nani
Mauro Goicoechea

-¿Cuál fue la mejor atajada de tu vida?
-Pahh... No sé si fue la mejor ni si fue la más importante, pero sí la más linda y la que más disfruté. Cuando recién llego a Portugal (FC Arouca) en el segundo partido jugamos contra el Sporting de Lisboa en su cancha. El estadio explotaba, estaban preparados para vivir una fiesta especia porque se daba la presentación de Nani, aquel exfutbolista portugués que había jugado en el Manchester United. Era el ídolo otra vez en su casa y sancionan un penal a favor del Sporting. La imagen perfecta era, porque el estadio estaba lleno. El loco agarró la pelota, volvía al club después de estar tantos años afuera y le atajé el penal. Fue espectacular. Todo el estadio esperando que él convirtiera. Esa tapada la disfruté un montón (risas). Al final no me pudo hacer ningún gol.

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