BOHEMIO

Desde que arrancó a caminar andaba detrás de una pelota, a los cuatro años comenzó a jugar en Universitario de Salto hasta que cumplió 12. Allí vistió la camiseta de Ferrocarril durante tres años y perteneció a la Selección del departamento desde la categoría de los 9 hasta los 15, cuando salieron campeones del interior. “Hice un par de goles que me dieron la oportunidad de venir acá a Montevideo”, cuenta Mauro Méndez, delantero de Wanderers.

En 2015 llegó a la capital para probarse en Defensor Sporting, donde daría un paso muy grande en busca de sus sueños. Pero aunque el fútbol lo ilusionaba, también era un chico de 15 años que debía renunciar a todo. Eso le daba mucho miedo.

“El primer día mi padre me dejó en la casita de Defensor y se fue. Cuando aún no había ni llegado a Flores, lo llamé llorando y diciéndole que me quería volver. Lloraba todas las noches y hablaba con papá para tranquilizarme. Antes de que me dijeran que quedaba en Defensor estuve una semana ahí y cuando me dieron la noticia no estaba feliz, porque me daba cuenta de que me iba a separar de mi familia. Como que no fue un momento de felicidad. Pensé: no voy a vivir más en Salto, voy a tener otra vida”.

En la violeta estuvo hasta el 2016, pero no fue su decisión. Quedó libre y ese fue uno de los momentos más difíciles de su vida. Contrariamente a su llegada, lo que menos quería Mauro en ese momento era regresar a su casa. “Volver a Salto era como fracasar”, sostiene el Ruso. Pero aún así no dio todo por perdido porque allí apareció Wanderers para abrirle las puertas. “Vine a otro ambiente, otro equipo, me fue bien y hasta ahora estoy acá”.

Muchos futbolistas pasan por estos momentos y para Mauro la forma de superarlo es la contención y la esperanza. “Creo que en esos momentos el apoyo de familiares es súper importante. Se puede cerrar una puerta y se abre otra, a muchos jugadores les ha pasado, yo soy uno de ellos, le ha pasado a futbolistas mucho más importante de lo que soy yo. No hay que bajar los brazos, si se cierra una puerta no hay que quedarse con eso. Siempre digo que si al fútbol vos le das, en algún momento te paga”.

Llego a la Cuarta en 2017, cuando el DT era Cappuccio. Mauro debutó durante la 15ª fecha del Apertura 2019 el pasado 2 de junio, de la mano del DT Román Cuello, pero fue con la llegada de Carreño que se ganó la titularidad.

Mauro tiene espíritu de goleador, con el primer equipo Bohemio suma 60 partidos y 11 tantos. El lunes convirtió dos penales para asegurarle el triunfo a su equipo ante Deportivo Maldonado y así ser, junto a Liverpool, los punteros del Torneo Clausura. Pese a que falta mucho camino por recorrer el sentimiento general de jugadores y cuerpo técnico es de alegría y de que se va por el buen camino. “Lo mejor es ir partido a partido. Creo que con el rendimiento del equipo estamos dando otra cara de lo que fue el Apertura y eso es importante para nosotros los jugadores, cuerpo técnico y para la gente, que creo que le estamos dando una alegría que se la merecía”, expresa Mauro.

Uno de los aliados del número 22 en la cancha es Nicolás Quagliata y entre ellos existe una química que viene desde que eran compañeros en Defensor, equipo del que se marcharon al mismo tiempo para seguir juntos un nuevo camino. “Dentro y fuera de la cancha somos hermanos como decimos entre nosotros, nos llevamos y nos entendemos bien, eso es importantísimo también para la confianza del jugador, tener y conocer hace tanto tiempo a alguien y saber qué va a hacer y que no, los movimientos... Es muy bueno”, explica Mauro.

Nunca se deja de extrañar a la familia cuando está lejos, y aunque sus padres vienen a visitarlo cada vez que pueden, aún no han conseguido venir a verlo desde que se permite el público tras la pandemia, pero lo espera con ansias. Siguen siendo pilares como desde las conversaciones desde la casita de Defensor Sporting, cuando vino a probar suerte a la capital, tan así, que lleva a su padre en su sobrenombre.

“A mi papá le dicen el Ruso porque es rubio y cuando yo era chico era muy parecido a él y me decían Rusito, y me quedó así. En realidad yo nunca me imaginé que en la tele me iban a decir Ruso, pero es por las redes me parece. Pero el apodo es por mi viejo”, expresó.

Mauro está estudiando inglés y había empezado a estudiar una carrera que no siguió, aunque asegura que se puede compaginar con el fútbol. En lo deportivo su máximo referente es Luis Suárez. Se "identifica" más con el Pistolero que con Cavani, sobre todo por su "forma de jugar".

Con los pies en la tierra y con mucho camino por recorrer, Mauro intenta no pensar mucho en las fechas futuras y seguir mejorando, “que sigan saliendo las cosas, en lo personal si vienen goles es bienvenido, pero lo más importante es lo grupal y es ganar”. Siguiendo su norte, Méndez sueña con salir de Uruguay: “Creo que esa es una meta que siempre va a estar latente en uno”.