ENTREVISTA
Juega en el Puebla de México, es polifuncional, ya supo jugar un Mundial con la selección Sub 20 y su presente es destacado.
Maximiliano Araújo tiene apenas 21 años, pero ya hace dos temporadas que juega con fluidez en el Puebla, en la Primera División de México. Debutó con 18 recién cumplidos en el Montevideo Wanderers, jugó solo 33 partidos en el primer equipo Bohemio y rápidamente emigró, producto de sus buenas actuaciones y sus cualidades.
“La verdad que pasó todo muy rápido en el inicio de mi carrera profesional”, le contó el polifuncional a Ovación después de un intenso entrenamiento con Puebla, equipo que hoy enfrentará a Quéretaro por la cuarta fecha del torneo mexicano, en el que su club acumula siete puntos fruto del empate con América y de los triunfos contra Tigres y Tijuana.
“Estoy muy feliz acá. Las primeras tres fechas por suerte las arrancamos de la mejor manera”, subrayó Araújo, quien es una persona tímida, de pocas palabras, pero muy observador. “El primer año me costó, pero aprendí muchas cosas, me sirvió para crecer, pero con Nico (Larcamón, el DT argentino del equipo) empecé a tener continuidad, me fui soltando y pienso que estoy en un gran nivel, dando lo mejor de mí. Nico me pide que disfrute, que a él no le tengo que demostrar nada y que disfrute del día a día”, agregó.

Fue claro respecto a los cambios que hay entre el Campeonato Uruguayo y el certamen mexicano: “Uy, la verdad es que acá la liga es muy intensa, es mucho de un ida y vuelta constante. La mayoría de los equipos tienen muchas individualidades en gran nivel y en México se juega mucho más hombre contra hombre, con duelos. Cuando juego de extremo voy para todos lados. Es una liga hermosa, tenés muchos jugadores muy importantes, varios de ellos que son figuras en sus selecciones”.
Araújo es compañero del experimentado arquero de la selección de Paraguay, Antony Silva. “Jorobamos un poquito, yo le decía que Suárez le iba a hacer un gol, lo jodía con que quería que le vaya muy bien a él, pero que esta vez ganara Uruguay. Por suerte pudimos ganar y hacer un buen partido, pero no aposté nada con él, je”, comentó con una sonrisa quien acertó respecto al tanto del salteño en Asunción.
En Wanderers, Araújo jugaba de lateral izquierdo en general, aunque ahora lo utilizan como carrilero o hasta extremo: “Me rotan bastante. El primer partido contra América jugué en el carril, con Tigres de extremo y el último volví a jugar de extremo. En Puebla no juego como lateral, porque desde que llegó Nico jugamos con línea de cinco y juego siempre en el carril o en el extremo. En Wanderers jugaba como lateral en línea de cuatro. Me gusta mucho en el carril, pero también estoy muy feliz y sigo aprendiendo de jugar por toda la banda izquierda”.

En la actualidad, Maxi comparte plantel con los uruguayos Emanuel Gularte y Kevin Ramírez. “Me llevo muy bien con ellos, tenemos una relación muy sana. Ahora que llegó Kevin por suerte se va adaptando y nos ayudamos mutuamente. Cuando llegué estaba Nico (Vikonis), Christian Tabó, Maxi Perg y ellos me ayudaron mucho a mi adaptación”, comentó.
En Puebla, Araújo vive con su señora cerca del estadio, en una zona en la que viven la mayoría de sus compañeros de equipo. “Puebla es hermoso, tuve la posibilidad de que venga hace poco mi hermano el Cache con su novia y les encantó. Es una ciudad segura y que tiene lindas cosas para visitar”.
UNIÓN. En la foto de perfil de WhatsApp de Maxi se puede apreciar a dos niños, pero no son sus hijos, son sus hermanos. Es que en la familia Araújo son seis hermanos. “Tengo una hermana más grande, después vengo yo y el Cache. Somos cuatro varones y dos nenas”, contó.
“Cache” es César Araújo, su hermano de un año menos, que recientemente fue transferido de Wanderers a Orlando City de la MLS. Por lo poco que se llevan, por su pasión por la pelota, porque ambos hicieron las formativas en los Bohemios y por muchos factores más, Maxi y Cachete son muy unidos, muy cercanos. Ellos fueron criados por su madre y su abuela, vivieron siempre en el Cerrito de la Victoria y desde chiquitos la pelearon mucho para cumplir sus sueños, con humildad y perseverancia.
SELECCIÓN. Aunque no estuvo en la primera lista de 50 reservados de Diego Alonso, Maxi Araújo es seguido de cerca por integrantes del cuerpo técnico del Tornado, es un futbolista que está en la órbita de la Celeste. “No he tenido contacto con la selección, pero estoy tranquilo, trabajando día a día para que ojalá se pueda dar en algún momento defender a la más linda del mundo como es la Celeste”.
El zurdo formó parte de varias selecciones, como en la Sub 20 con la que jugó el Sudamericano y el Mundial de Polonia y la selección que disputó los Juegos Panamericanos. “La última vez que me puse la celeste, aunque me la pongo siempre para dormir, je, fue contra Colombia en el Preolímpico. Como tengo varias camisetas de la selección, una la uso para dormir y otras para ir al gimnasio. Cuando me la pongo, los compañeros me joden”, señaló.

El que sí ya estuvo en la primera lista de reserva de Alonso fue César, su hermano. “No lo podía creer. Lo que le pasa a él, me pasa a mí. Es un orgullo enorme y es gracias al trabajo que él hace día a día. Cuando me enteré y lo llamé enseguida, tenía muchas ganas de llorar, pero ta, no quería que él se pusiera mal y traté de aguantarme. También me dijo que tarde o temprano llagará mi chance para la selección, sería un sueño. Además, él llegó a una liga muy linda y competitiva, donde tiene que demostrar lo que sabe hacer. Estoy muy contento por él”.
Maxi Araújo hizo el baby fútbol en el Marconi, jugó en la pre-séptima de Defensor Sporting, pero como jugaba poco se fue a Wanderers porque tenía conocidos en el equipo y porque “Cache” quería jugar ahí.
“De chicos jugábamos todo el día con Cache, con los amigos del barrio. No parábamos de jugar con la pelota”, recordó Maxi, que lleva cinco goles en el Puebla y que incluso llegó a jugar de centrodelantero en la Sexta División de los Bohemios.
“Si miro para atrás y veo todo lo que pasé, esto que me pasa me genera un orgullo tremendo, estoy muy feliz con mi presente. Tengo muchas cosas para mejorar”, concluyó.
La ventaja de jugar en varios puestos
“Pienso que la polifuncionalidad me da ciertas ventajas, Nico (el técnico) me ha dicho eso, porque al principio estaba medio cerrado a jugar de extremo, pero después entendí que es una posición hermosa, que te brinda la posibilidad de estar más cerca del arco y eso es lo más lindo, estar cerca de marcar goles y de la zona donde se genera el peligro para poder anotar”, contó Araújo, quien prefiere jugar como volante o carrilero izquierdo.
“Ahora me gustan las dos posiciones, mientras siga jugando y ayudando al equipo, juego donde quiera el entrenador, porque entendí la importancia que tiene la regularidad y continuidad para un futbolista de mi edad”, explicó con madurez.
“Yo soy muy tranquilo, a veces cuando no toco por mucho rato la pelota me pongo un poquito loco, no de pegar patadas ni nada de eso, sino de ir a buscarla, de pedirla, de gritar para que me la den”, añadió.
“Tengo que mejorar en la toma de decisiones, en la calidad del centro. En estar más tranquilo a la hora de decidir cuando estoy para culminar una jugada. Estoy trabajando mucho en estos temas”, puntualizó el futbolista que el próximo 15 de febrero cumplirá los 22 años.