Peñarol perdió a sus goleadores y entre otros nombres, el de Maximiliano Silvera apareció en la mesa de pedidos de Diego Aguirre. El delantero de 26 años quedó libre tras su paso por Santos y cuando se enteró que la Fiera lo quería, no escuchó más ofertas. Regresó a Uruguay y luego de que se destrabara la situación con el club brasileño, se puso a la orden del técnico mirasol y debutó en un clásico, con golazo incluido.
En entrevista con Ovación, el delantero de 26 años habló de por qué eligió regresar a Uruguay para ponerse la camiseta del carbonero y contó qué habló con el entrenador aurinegro cuando llegó al club, lugar en el que dijo estar muy feliz y a gusto.
Además, Maxi Silvera se refirió a la posible llegada de su tocayo Maximiliano Gómez y del arribo al plantel del marfileño Aké Loba, a quien conoce bastante bien luego de haberlo enfrentado en el fútbol de México.
— ¿Quedaste contento con el debut oficial de Peñarol?
—Sí. Se vio un crecimiento a nivel grupal e individual. Se mostraron cosas diferentes. Pienso que Peñarol va mejorando cada día con el trabajo de Diego porque ya se va notando un poco su idea.
— ¿Por qué se demoró tanto tu llegada al club?
—Había una cláusula de Santos tras finalizar el contrato el 31 de diciembre, pero se pudo solucionar todo a tiempo y unos días antes del primer clásico. Por suerte se dio el debut ahí y de la mejor forma: con un gol espectacular. Me sentí muy bien.
— Y qué carta de presentación metiste...
—Ni yo me lo imaginaba (risas), pero fue un debut soñado. Siempre soñás con esas cosas como un gol clásico y al tradicional rival. Y que se haya dado así, con esa chilena espectacular, fue un sueño. También se dio rápido porque iban nueve minutos del segundo tiempo y recién había entrado. Me puse muy feliz por mí, por mi familia que estaba ahí y por toda la hinchada. Merecíamos el empate y también algo más. De todas maneras, arrancar así con esta camiseta me llena de orgullo y me motiva.
— ¿Cómo se dio tu llegada?
—Me dijo mi representante que estaba hablando con Aguirre porque Diego me quería en Los Aromos. Cuando me enteré de eso hablé con él y a mi representante le dije ‘no escuches más nada, vamos a cerrar ahí’. Después se trancó por lo que te contaba recién, pero se terminó resolviendo todo.
— ¿Por qué elegiste jugar en Peñarol?
—Tenía propuestas del exterior y una oferta de renovar en Santos, que quería que me quedara, pero siempre tuve el sueño de jugar en un equipo grande. Siendo chico miraba clásicos y partidos de copas internacionales y quería cumplir ese sueño. Son cosas que te mueven. Entonces cuando llega la oportunidad no la podés desaprovechar. Apareció lo de Peñarol y dejé de escuchar ofertas. Hoy estoy muy feliz de haber tomado esa decisión, feliz por mi familia, por estar acá con ellos y porque pienso que me va a hacer bien estar un tiempo en Uruguay. Además, el club me recibió muy bien y hay un grupo espectacular. Cuando uno escucha las cosas que hablan de Peñarol parece que fuera otro equipo, pero cuando llegás a Los Aromos hay un ambiente muy lindo y afectivo, las personas que trabajan ahí son espectaculares y eso suma. Se visualiza un horizonte muy lindo y bueno para Peñarol. Se trabaja de manera armónica, estamos todos contentos de estar en el club y con ganas de conseguir buenos resultados.
— ¿Qué significa para vos ser jugador de Peñarol?
—Es un orgullo. Vestir esta camiseta con la hinchada que tiene y con la gente que mueve. Es algo impresionante. Cada vez que entro a la cancha se me eriza la piel. Ver esa gente me motiva a dejar todo en cada partido. Me está pasando eso y es un orgullo. Lo estoy viviendo de manera muy especial y disfruto cada partido. Lo mismo me pasa en los entrenamientos porque estoy feliz en Los Aromos, contento de poder entrar a la cancha y vestir esta camiseta, escuchar cantar a la hinchada las canciones y ver los recibimientos. Son cosas que te erizan la piel realmente.
— ¿Volver a Uruguay es un paso atrás o una oportunidad para relanzarte?
—Es una oportunidad divina para volver a sentirme el jugador que fui en Cerrito, donde fui muy feliz. Fueron muchos años en el club y la manera en la que me fui, fue un placer. Y llegar a Peñarol y debutar con un golazo en el clásico también fue un placer. Volver a encontrarme con mi familia también es muy lindo. Necesitaba un poco de eso. Pero la forma en la que debuté en Peñarol me hizo acordar a mis tiempos en Cerrito haciendo goles en todos los partidos porque uno es feliz haciendo lo que le gusta y el delantero vive del gol como suele decirse. Y hacer un gol en cada partido es maravilloso. Por eso, volver a sentir esa sensación con esta camiseta es muy especial y muy lindo.
— ¿Qué te pidió Diego Aguirre?
—Nada en especial. Me dijo que no tenía que demostrar nada, que él sabía al jugador que traía. Me pide que haga lo de siempre. Y la verdad, que él me haya pedido es especial y muy lindo. Ya me había pedido en Santos y por detalles no me pudo hacer debutar porque se fue a las dos semanas. Pero todo eso es una motivación extra para entrar a cada partido y demostrar que él no se equivocó con la elección de traerme a Peñarol. Por eso siento que tengo que dejar todo por él también, porque me pidió, me respaldó en el momento que estaba todo trancado con Santos, me dijo que me quedara tranquilo y que todo iba a salir bien. Fue clave.
— ¿En qué se trabajó los días posteriores a perder el segundo clásico de verano?
—En todo. Sabemos que son partidos especiales y te agarran en formación. Obviamente el hincha quiere ganar siempre, pero tenemos que saber que es una etapa de preparación. Teníamos que mejorar mucho porque esa imagen no nos gustó. Se trabajó y el lunes se vio un equipo más colectivo e intenso en el primer tiempo. Generamos muchas chances y nos faltó fineza para definir. Pero venimos creciendo.
— ¿Y cómo es el día a día en Peñarol sabiendo que hay que salir a ganar todo?
—Es una motivación. Tenés que demostrar todos los días que estás a la orden para jugar y que esta camiseta no te queda grande. Trato de dejar todo en cada entrenamiento y en los partidos porque la competencia interna es impresionante y sana también. Es algo que va a hacer crecer al grupo. Y cuando el plantel sea más competitivo, el nivel de todos va a mejorar.
— Hablando de competencia, el club abrochó a Aké Loba y quiere a Maxi Gómez. ¿Qué significaría tenerlos como compañeros?
—La verdad, me pone muy contento que vengan los dos porque jugadores de esa categoría levantan el nivel de todo el equipo y lo obligan a uno a trabajar más todavía porque si vienen, la competencia será aún mayor. Está muy bueno que se apueste por ellos porque tenemos varias competencias, precisamos jugadores y cuando suenan estos nombres de tanta calidad, uno se motiva mucho más. Esperemos que lleguen en buena forma porque Maxi Gómez ya sabemos que es un grandísimo jugador que está hace años en Europa, es de selección y si llega nos va a dar mucho. Lo mismo con Aké Loba. Lo conozco de enfrentarlo en México, sé lo que es y también nos va a dar muchísimo. Es un goleador, pero además, es muy veloz, tiene mucha entrega y creo que va a sumar bastante para el equipo.
— ¿Qué le viste en México?
—Es un muy buen jugador que estaba en un gran nivel antes de lesionarse. Venía haciendo goles y jugando muy bien. Espero que pueda volver a ese nivel y si lo logra, acá va a andar muy bien.
— ¿Es una presión o un desafío llegar al club tras la salida de Arezo y Abel?
—Es un gran desafío porque dejaron la vara muy alta. Yo veía todos los partidos, la entrega de Matías Arezo y Abel Hernández era tremenda. Entraban y hacían goles. Eran goles y goles todos los fines de semana. Entonces es un hecho más para que uno tenga que estar a la altura y trabajar para al menos estar en ese nivel. Y si se puede superar eso, mejor.
— ¿Qué objetivos tenés?
—La meta es salir goleador del Campeonato Uruguayo como lo hice con Cerrito. Sería un ogro personal muy lindo. Pero por encima de eso está lo grupal y ganar todos los campeonatos que jugamos es una obligación. Estamos en Peñarol, tenemos que aspirar a ganar todo en lo local y llegar hasta donde se pueda en lo internacional, como lo exige esta camiseta.
— ¿Qué mensaje le das al hincha de Peñarol?
—Que confíe, que tenga paciencia. El equipo está demostrando que viene creciendo día a día. La entrega que tiene es impresionante. La hinchada clave para nosotros, el aliento en los partidos es fundamental tanto para Peñarol como para el rival. Eso juega y lo precisamos. También precisamos que Peñarol sea uno solo: jugadores, directivos e hinchas. Desde ahí se parte hacia los objetivos y creo que eso nos va a hacer más fuertes durante todo el año, pase lo que pase. Podés perder, ganar o empatar, pero si Peñarol es uno solo, vamos estar más cerca de los objetivos.
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