Con información de EFE
Siete goles, tres palos y un gol anulado, pero sobre todo la sensación de que Hansi Flick viene dando en la tecla para una goleada y un fútbol que hacía mucho que no se veía por parte del Barcelona, que este sábado se despachó con un 7-0 ante el Valladolid del uruguayo Paulo Pezzolano para seguir como único puntero de LaLiga de España demostrando que continúa con su particular “flow”.

Y es que todo funcionó en el Barça. En ataque y en defensa, en lo colectivo y en lo individual. El faro fue a veces Dani Olmo, otras Lamine Yamal y lució sobre todo Raphinha, autor de un hat-trick, el primero de su carrera profesional.

Tres goles, dos pelotas en el palo y un tanto anulado. Ese fue el demoledor balance del Barcelona en la primera mitad en la que funcionó como un reloj. Todas las piezas sincronizadas para un fútbol efectivo y efectista, coral, con juego por las bandas y pases filtrados, algo que hace mucho no se veían.

Tal fue la producción del culé que el uruguayo Pezzolano, en pleno primer tiempo explotó contra sus dirigidos y lanzó: “Si tenemos la línea un poco más corta, cuando van a amenazar te pegan. ¡No me vayan para adelante, me agrandan para atrás! ¡Los dos goles iguales! Cuando va la pelota para adelante estoy cerca, no voy para adelante. Estoy perfilado, van a lanzar… fácil”.

Sin Marc Bernal, que estará varios meses de baja por una grave lesión, Hansi Flick apostó por Marc Casadó en el mediocentro y respecto al once ante el Rayo estaba cantado que Dani Olmo sería titular.

La otra novedad fue Alejandro Balde, pero a pesar de que los focos podrían centrarse en Lamine Yamal, en Lewandowski o en Olmo, el protagonista fue Raphinha, muchas veces criticado por el barcelonismo, pero que hoy, como pasó en Valencia, o en Vallecas, volvió a ser diferencial.

Suyo fue el 1-0, después de jugar con maestría al espacio. El pase de Cubarsí fue fantástico y el brasileño hizo un gran control orientado con el pecho y remató cruzado ante la salida de Hein en el minuto 20. Pero en esos primeros 20’ pasaron muchas cosas más. Se vio cómo conectaba Olmo con todo el frente de ataque y la facilidad del egarense en el remate y en la combinación. Olmo, de hecho, remató al palo a los 4’ tras un pase de Lewandowski; y a los 9’ marcó tras un gran remate de Raphinha rechazado por el arquero. Sin embargo, Olmo estaba fuera de juego cuando remató.

Foto: EFE.

Basó su fútbol el Barça en el desborde de Lamine por la derecha, la movilidad de Raphinha, la capacidad de mezclar de Olmo y la genialidad de Pedri, siempre atento para filtrar pases. El 2-0 llegó a los 24’ con un gran pase de Lamine sobre Lewandowski y un control aún mejor del polaco, que bajó el balón y remató con la izquierda.

El Barça, sin descomponerse, apenas permitía algún ataque del Valladolid, que se veía obligado a jugar muy cerca del arco de Hein y sin posibilidad de continuidad en su juego.

Después de otro remate de Olmo que dio en el palo a los 41’, esta vez tras demostrar que es capaz de armar su pierna en décimas de segundo, llegó el 3-0 a la salida de un saque de esquina lanzado por Raphinha y que Kounde remató al arco de Hein en los descuentos del primer tiempo.

Foto: EFE.

Siguió fluyendo el Barça en el inicio del segundo tiempo. En el primer cuarto de hora se apuntó al “show time”, con acciones en las que brillaron Dani Olmo, Lewandowski, Raphinha y Lamine, el póquer de delanteros. El polaco incluso volvió a rematar al palo a los 57’ tras una asistencia de tacó de Lamine.

Hasta que llegó Raphinha a los 64’, para resolver un lío en el área y anotar el 4-0, pero no se conformó el Barça con esto. Aumentó su presencia en el área rival y mostró su gran físico, el que le ha llevado a remontar dos de los tres partidos en las segundas partes en este curso. El brasileño, el mejor hoy, fue el protagonista del 5-0, en otra maravillosa acción de Lamine Yamal, que condujo desde la frontal de su área, aceleró y puso la pausa para filtrar un pase. Raphinha definió con calidad por debajo de las piernas de Hein a los72’.

Y Barcelona no dejó de apretar en una tarde redonda. Dani Olmo firmó el 6-0 a los 82’ en una acción en la que demostró todo de lo que es capaz, con temple y calidad, y Ferran Torres cerró el marcador tras una asistencia de Raphinha para poner el definitivo 7-0 a los 85’. El brasileño se llevó la pelota a su casa, Flick escuchó el calor de la tribuna y se fue ovacionado. El Barça funciona.