TORNEO CLAUSURA
El volante de 37 años sigue demostrando toda su clase al servicio del equipo de Mauricio Larriera y es pieza clave en el carbonero.
La clase de Walter Gargano no está en discusión y cuando el Mota está en su nivel, el fútbol de Peñarol es desnivelante, tal como ocurrió el miércoles en la muy buena victoria frente al Montevideo City Torque en el Estadio Campeón del Siglo por 3 a 1.
Es que luego de un mal partido y sobre todo, un flojo rendimiento frente a Deportivo Maldonado, el equipo de Mauricio Larriera no solo tenía la obligación de ganar para seguir en lo más alto del Torneo Clausura sino que además, necesitaba mostrar otra cara futbolística, diferente a la muy pobre que exhibió en el Campus Municipal fernandino.
Y Peñarol volvió a ser Peñarol. Volvió a ser el equipo que genera fútbol por las bandas, que tiene intensidad, llegadas y peligro. Pero además, volvió a ser el equipo que cuando tiene a Walter Gargano al cien por ciento, logra desnivelar, sin importar el rival.
El Mota volvió a ser pieza clave con su despliegue en la mitad de la cancha para trabajar en la contención nuevamente junto a Jesús Trindade y los dos tuvieron un muy buen rendimiento, impidiendo que Montevideo City Torque pudiera desplegar su habitual juego que ha sabido complicar a varios equipos.
El miércoles Peñarol pudo neutralizar al ciudadano pero también desplegó su fútbol para poder vulnerar a una zaga rival que si bien no ofreció demasiada seguridad, tampoco tuvo muchos argumentos como para contrarrestar el juego ofensivo del carbonero.
Y eso fue clave. El mirasol pudo soltarse y la versión fue muy diferente a la del domingo, día en el que se había encontrado con un rival que le cortó los circuitos de juego y que lo complicó demasiado.
Pero frente al Montevideo City Torque el aurinegro no tuvo esa complicación y pudo desplegar su idea con plenitud.
Y eso se debe en gran parte a la libertad que tuvo para jugar Walter Gargano. El Mota siempre es pieza clave en la contención mirasol, pero también en la creación de fútbol.
El volante de 37 años sigue demostrando su nivel al servicio del equipo aurinegro y el miércoles fue una noche más en la que pudo desnivelar.
Gargano fue partícipe de muchísimas acciones ofensivas de Peñarol, tocando en corto y también lanzando en largo hacia las bandas.
Pero además, fue clave en dos de los tres goles del equipo de Mauricio Larriera. En el primero que llegó a los 40 minutos, el Mota combinó con Facundo Torres en la previa a la intervención de Pablo Ceppelini por el callejón central del ataque y a la exquisita asistencia de Agustín Álvarez Martínez para que el 10 de Peñarol anotar el 1-0 en el Estadio Campeón del Siglo.
Luego, cuando el carbonero ya ganaba 2-0 y estaba muy cómodo con el trámite del encuentro y también con el marcador, Gargano siguió presionando la salida del ciudadano cuando transcurrían 63’ y le robó la pelota a Joaquín Fernández para luego pisar el área rival y asistir al canario, que no perdonó y puso el tercero del conjunto aurinegro.
El volante mirasol tuvo un gran rendimiento y además, suma dos asistencias en los últimos tres partidos. Peñarol lo necesita y cuando el Mota responde, está despegado y la rompe.