Mundial Sub 20, el título que le faltaba a Uruguay: conocé la historia detrás de un trofeo inédito

La consagración del equipo de Marcelo Broli significó el primer título mundial de la Celeste en esta categoría. Mirá cómo se diseñó y construyó la copa que levantaron.

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El capitán Fabricio Díaz levanta la Copa del Mundo Sub 20 ante 42.000 personas en el Centenario.
El capitán Fabricio Díaz levanta la Copa del Mundo Sub 20 ante 42.000 personas en el Centenario.
Foto: Nicolás Pereyra.

Un nuevo trofeo ocupa un lugar destacado en las ya pletóricas vitrinas de la Asociación Uruguaya de Fútbol: la Copa del Mundo sub 20, ganada hace una semana en La Plata. El premio fue recibido por el capitán Fabricio Díaz y luego pasó por las manos de todo el plantel, además de exhibido en alto, besado, fotografiado y todos los ritos emocionados del campeón.

Se trata de una distinción inédita en la larga y gloriosa historia del fútbol uruguayo, que supo recibir la Copa Jules Rimet y la Copa América, entre muchos otros (ver aparte). Y como todo objeto nuevo, tiene una historia no tan conocida que vale la pena contar.

El trofeo fue diseñado en 2011 por Rebecca Cusack y Thomas R. Fattorini, de la firma Thomas Fattorini Ltd, de Birmingham, Inglaterra, que también lo fabrica. Es una empresa familiar de joyeros y artesano fundada hace 196 años que elabora este tipo de distinciones deportivas pero también medallas, pins, condecoraciones e incluso espadas ceremoniales.

Para construirla se utilizó cobre, aleación de latón, acrílico, plata esterlina, acero inoxidable y chapa de oro. Pesa 5,1 kilogramos, y tiene 48 centímetros de altura, con un diámetro en la base de 20 centímetros. El punto más ancho del trofeo mide también 20 centímetros.

¿Qué representa la copa? Según información aportada desde la FIFA, consultada por Ovación, “la forma dinámica de la forma de acrílico transparente insinúa la fluidez y el movimiento del balón entre los dos equipos, a los que se refieren los dos soportes curvos verticales. Estos sostienen el globo terráqueo en forma de balón de fútbol, una característica constante entre casi todos los trofeos de eventos de la FIFA. La apariencia general elegante y pura del Trofeo Oficial es característica de la naturaleza de cómo se juega al fútbol, particularmente en este grupo de edad”.

A diferencia de otros trofeos de la FIFA, en especial la Copa FIFA para el Mundial de mayores, el trofeo de los sub 20 se entrega en propiedad a cada asociación nacional vencedora. No será necesario restituirlo para el próximo torneo.

Una curiosidad de los mundiales sub 20 es que la FIFA modificó el trofeo dos veces, a partir del original.

El primer Mundial Juvenil (así se llamaban entonces) se disputó en 1977 en Túnez. El premio era un gran copón plateado, cuya silueta se usó para el logotipo de los primeros torneos.

Con ese modelo se jugó hasta 1999, cuando lo ganó España. A partir de 2001 se puso en disputa otro diseño, que parecía representar una “Y”, aunque con tres brazos, sosteniendo una pelota. Este modelo se usó hasta 2011, con triunfo de Brasil, y a partir de 2013 se compite por la creación de la familia Fattorini.

Esos cambios pueden apreciarse en viejas fotos de los dos más grandes futbolistas que dio Argentina, ambos campeones mundiales juveniles cuando iniciaban sus carreras: Diego Maradona y Lionel Messi sostienen en esas imágenes trofeos diferentes ganados en el mismo certamen.

El fútbol uruguayo conquistó todos los grandes títulos en disputa

El fútbol uruguayo conquistó todos los grandes trofeos en disputa, salvo la actual Copa FIFA. Es la más difícil, por supuesto, pero nada es imposible...

Dos veces pasó por este país la Copa del Mundo anterior, llamada Copa Jules Rimet desde 1954 en homenaje al dirigente francés bajo cuyo mandato nacieron los mundiales. Se trataba de una diosa alada diseñada por el escultor francés Abel Lafleur. Uruguay la ganó en 1930 y 1950, pero el reglamento establecía que la copa quedaba en propiedad del seleccionado que lo conquistara tres veces. De manera que estuvo solo de paso.

En 1950 fue recibida en la cancha de Maracaná por Obdulio Varela y llegó al país en manos del presidente de la AUF Américo Gil. Luego estuvo en depósito en los cofres del Banco República, hasta que se la devolvió a la FIFA para el Mundial de Suiza 1954.

El periplo del trofeo en 1930 todavía representa un misterio para los historiadores. Se sabe que la trajo de Francia el propio Rimet en su viaje en barco; antes del certamen se la dio al presidente de la AUF de la época, Raúl Jude. Hay una foto de ese momento. Pero no existen imágenes de su entrega a nadie tras la final ganada a Argentina. En la película oficial del Mundial los celestes dan la vuelta olímpica en la cancha del Estadio Centenario con otro trofeo.

Brasil se quedó con la propiedad de la Copa Jules Rimet en 1970, pero ese “para siempre” duró apenas 13 años, porque ladrones de poca monta la robaron y la fundieron para aprovechar su chapa de oro (su interior era de plata). Esa es la versión oficial: hay quienes afirman que la Jules Rimet está en realidad en manos de un coleccionista privado que encargó el robo.

Algo de aquel objeto sin embargo existe: la base original, que se usó hasta 1954, fue encontrada hace algunos años en el sótano de la sede de la FIFA en Zurich. tro años.

Más antigua pero además sobreviviente, la Copa América (que Uruguay conquistó 15 veces) fue confeccionada en 1916 por la joyería Escasany de Buenos Aires a pedido de la Cancillería argentina, que la donó luego a la naciente Conmebol. Son nueve kilos de oro, plata y cobre, además de la base de madera con las placas de los ganadores al pie. Tiene 30 centímetros de diámetro, 75 centímetros de altura y pesa 9 kilogramos. Cada asociación nacional campeona recibe una réplica.

Un premio exclusivo de la Celeste es la Copa de Oro, un torneo único en la historia reuniendo a los campeones mundiales hasta ese momento (1980).

El trofeo fue diseñado por el artista Lincoln Presno y producido por el orfebre Walter Pagella, por orden del empresario de origen griego Angelo Vulgaris, dueño de los derechos del Mundialito. Está hecho de oro 18 kilates y su base es de ágata. Su valor material puede estimarse en 280.000 dólares.

Una curiosidad es que, por su valor, nunca estuvo en las vitrinas de la AUF: primero ocupó una bóveda del Banco República y ahora está en el Banco Santander.

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