COPA LIBERTADORES

Qué gran reto le espera a Nacional en esta noche copera! La tabla de posiciones del Grupo F lo está poniendo de antemano al borde del precipicio, pero si faltaba algo para dramatizar más unos 90 minutos de juego cruciales para el futuro deportivo y económico, el resultado del viaje a Colombia trajo la peor de las noticias.

Es que el costo de aquel encuentro ante Atlético Nacional es muy grande: el equipo pierde por culpa de un brote de COVID-19 a siete futbolistas. Ese número profundiza las variantes que el entrenador podía tener pensadas realizar por otras situaciones: porque ya sabía de antemano que a Christian Almeida y a Camilo Cándido no los podía utilizar por suspensión, que a Felipe Carballo lo perdió también por lesión y que tiene entre algodones a Agustín Oliveros.

En pocas palabras, Cappuccio y Nacional no tienen más remedio que recurrir a la vieja y querida rebeldía uruguaya para superar todo este aluvión de inconvenientes. Sin olvidar que enfrente tendrá a un equipo que tiene la intención de empezar a mirar en los octavos de final del certamen continental y que en sus filas supo encontrar el talento de extremos que en Chile le arruinaron la jornada al Tricolor.

Porque no puede desconocerse que Universidad Católica, que no había empezado nada bien su cotejo ante Nacional, al final con los cambios de Gustavo Poyet volcó el trámite del partido a su favor.

Queda claro que en este caso al libreto original de Cappuccio, de tratar de jugar por abajo y de ser un equipo que imponga las condiciones con su juego ofensivo, necesariamente habrá que añadirle mucha carga energética y de máxima rebeldía. No es fácil salir a jugar sin la línea de cuatro natural, sin el mediocampo titular conformado por el nivel de sus protagonistas, ni hasta saber lo que pueda pasar con el correr de las horas, por si hay o no más casos positivos de coronavirus.

Lo que sí sabe es que Mathías Laborda, Joaquín Trasante, Emiliano Martínez, Gonzalo Vega, Maximiliano Cantera, Emiliano Martínez, Guillermo Centurión están aislados por culpa del COVID-19 y sin posibilidades de dar una mano en un cotejo al que Nacional necesariamente lo tiene que abrochar con tres puntos, porque otro marcador lo elimina.

Eso sí, el sobresalto mayor ya lo sufrió en lo previo, cuando fueron apareciendo las confirmaciones de los casos de jugadores con resultado positivo de coronavirus, lo que viene después es el mensaje del entrenador y la respuesta del grupo para volver a poner en un campo de juego aquellos atributos que forman parte de la historia uruguaya.

Porque queda claro que este golpe que entregó un viaje a Colombia que nunca debió hacerse, porque no estaban las condiciones para jugar allí debido a la tensa situación social, ahora puede convertirse en el fortalecimiento anímico que el plantel recibía para salir del pozo en el que se encuentra en la tabla de la Libertadores.

Y, a la uruguaya, dar nuevamente la talla en una contienda internacional. Más cuando le dan poca vida.