TRICOLORES
Emiliano Martínez, Felipe Carballo y Gabriel Neves están forjando el mediocampo más completo del fútbol uruguayo.
El fútbol evoluciona. Hoy los jugadores están obligados a ser creativos y trabajadores. A saber desempeñarse en la cancha como si se tratasen de “hombres multifunción”. Y esa exigencia es mayor para los que tienen que moverse en la mitad del terreno. De la mano de Jorge Giordano, Nacional está forjando en sus filas el mediocampo más completo del fútbol uruguayo, porque encontró liderazgo, calidad, habilidad, recuperación y recorrido en Emiliano Martínez, Felipe Carballo y Gabriel Neves.
Si las oscilaciones o tendencias del mercado y hasta un fortalecimiento en seguridad económica se lo pudiesen permitir, el tricolor podría empezar a construir un equipo más fuerte tomando como base las tres joyas que tiene con estos futbolistas que sobresalen por su lectura del juego, por su inteligencia para interpretar cuál es la mejor jugada a ejecutar y por su tranquilidad para moverse en la cancha.
El clásico que disputó Emiliano Martínez, por ejemplo, fue confirmatorio de que se trata de un jugador de elegancia sin igual. Su visión periférica le permite anticiparse a los rivales y localizar el lugar ideal para que la jugada se desarrolle con ventaja para su equipo.
A sus 21 años, Martínez se convirtió en el mejor jugador del duelo ante Peñarol gracias a los movimientos inteligentes que hizo para recibir la pelota en un espacio libre de adversarios y al temple que tuvo para no apresurarse ni aunque se viera rodeado por tres jugadores. Confiando en su técnica resolvió enganchando, amagando y escabulléndose en medio de tanto esfuerzo por frenar su avance.
Felipe Carballo, en tanto, también ratificó el pasado miércoles en el Campeón del Siglo que tiene la actitud activa del mediocampista moderno. Con más experiencia que Martínez, porque tiene 24 años y sus estadísticas clásicas son positivas, Carballo estuvo presente en todo el partido. Asumió el papel que le equipo precisó y así demostró que es capaz de variar la velocidad de su juego como de nutrir de talento o entrega a la jugada.
Como suele hacerlo, volvió a prodigarse en los recorridos y su trabajo fue bueno en la recuperación de la pelota. La defensa contó otra vez con su respaldo, porque no está en sus planes no hacer un arduo trabajo. Nadie corre tantas distancias como Felipe.
Después está Gabriel Neves. A pesar de no estar alcanzar todavía el nivel superlativo que le permitió ocupar el escalón más alto entre los mediocampistas tricolores, sí fue capaz de entregar en la cancha pases de esos que solamente él es capaz de regalar por su habilidad para hacer lo inesperado.
Neves tiene toda la pinta de un volante de creación antiguo. Puede jugar de 5 o de 10 porque controla, conduce, engaña, elude y lanza pases fluidez y precisión.
En sus tardes de esplendor es el mediocampista perfecto porque su porcentaje de aciertos es elevado. No falla cuando pasa y se luce por la calidad del control.
A Nacional la conjunción de este tridente lo está arrimando cada vez más a un fútbol mejor organizado. Aun juego de elaboración sostenida, de posesión de pelota con un objetivo claro: ir hacia al arco de enfrente. Si bien cada mediocampista tiene un estilo propio, hay una identidad que asoma con claridad. Lo que no significa que ya esté todo resuelto.
No. El tiempo, si es que es posible que permanezcan juntos en filas tricolores, es lo que posibilitará que consigan llegar más arriba. Que eleven su porcentaje de remates de afuera del área, para que se arrimen a lo que dispara un delantero.
Con el ensamble que solamente concede la repetición de los partidos, quizás también con algunas modificaciones, podrán sacar ventaja del centrodelantero que fija las posiciones de los zagueros y les concede a ellos el terreno fértil para encontrar el camino hacia el gol.
Por otra parte, parece claro que con laterales que abran la cancha y también utilicen los pasillos exteriores en un recorrido largo, esta joya de mediocampo podrá ser más explosivo y letal.
Desarrollar más las capacidades individuales es un elemento que depende mucho de los entrenamientos de cada uno, pero también hay factores externos -como el de contar con buenos socios- que terminan siendo de enorme peso para que aquellos atributos que empiezan a mandar señales muy positivas se consoliden en el juego colectivo.
Lo que es claro, es que Nacional evoluciona gracias a sus tres joyas.