Nacional jugó feo y dejó pasar una gran chance de ser el único líder

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Andrés D'Alessandro lamentándose por una oportunidad perdida

TORNEO APERTURA

Le fallaron los mediocampistas, su arquero tuvo las mejores atajadas del partido y gracias al gol de Gonzalo Bergessio por lo menos pudo sumar algo: 1-1 con Boston River.

La disculpa de las dificultades que representó el campo de juego, donde la pelota picaba y no rodaba, podría ser el gran argumento para defender la pobre actuación de Nacional. El mayor enemigo, para esa hipótesis, es que en el mismo terreno y con poquito, Boston River atacó mejor, complicó más. Es bien simple: el Tricolor jugó muy feo, dejó pasar la ocasión de quedarse como único líder y puede agradecer que al menos sumó un punto (1-1) porque tiene a Gonzalo Bergessio.

El panorama, con todo, pudo terminar siendo de mejor resultado para las filas albas por el aluvión final, cuando Alejandro Cappuccio mandó toda la artillería que tenía y el gol del 2-1 lo pudo meter Andrés D’Alessandro tras pase de Maximiliano Cantera o lo debió tener a su disposición otra vez Bergessio si Cantera se la daba al punto penal en lugar de desperdiciar su penetración al área grande.

Y, para ser sincero, no hubiera sido nada justo con el desarrollo del cotejo, especialmente con el compromiso colectivo que asumió el conjunto de Juan Tejera.

Para empezar, el “Sastre” presionó bien, ayudó para que se agudizaran las equivocaciones en las entregas de los jugadores tricolores. Se paró mejor en el mediocampo y gestó su fútbol por el lado que se dio cuenta que tenía el mejor negocio: la derecha de su ataque. Allí, Facundo Labandeira terminó provocando el desequilibrio al ganarle el mano a mano a Armando Méndez y al demandarle más trabajo a Nicolás Marichal, cuya única falta fue perder a Facundo Rodríguez en el gol del empate.

Los jugadores de Boston River celebrando el gol de Facundo Rodríguez
Los jugadores de Boston River celebrando el gol de Facundo Rodríguez. Foto: Estefanía Leal.

Contra dos volantes que perdieron balones por malos pases o por un enorme problema para poder controlarlo (Píriz y Neves), los de Tejera se fueron animando a pelear el encuentro. A reducir a la mínima expresión la ventaja que podía tener a su favor el equipo que está mejor armado y peleando en las posiciones de arriba.

Con Ruben Bentancur picando hacia los costados, Rodríguez colaborando con el ataque a los zagueros y Labandeira muy encendido, la tarea más ardua en un partido de poco lucimiento la tuvo que realizar Martín Rodríguez y no Gonzalo Falcón.

Es que mientras el arquero de Nacional fue obligado a realizar dos tapadas importantes a Falcón recién se acordaron de ponerlo en riesgo (luego del gol de Bergessio) cuando faltaban 12 o 15 minutos para culminar el encuentro.

Por otra parte, mientras en el juego aéreo en los pases cruzados hacia Labandeira el “Sastre” daba señales de tener alguna oportunidad, fue evidente que Nacional falló en varios aspectos. Ni entregaron desnivel Trezza, Pablo García, ni D’Alessandro fue el genio que frotó la lámpara ni Leandro Fernández se sacó el malhumor que le hizo abusar de la acción individual.

En fin, jugando feo, al final en Nacional se tienen que conformar que sumaron algo.

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