AMISTOSO INTERNACIONAL
El tricolor fue un equipo dinámico, intenso, decidido a presionar en toda la cancha y con un gran arquero, pero lógicamente todavía tiene muchas cosas que pulir.
La era de Pablo Repetto en Nacional empezó con victoria sobre Ñublense. Por penales (4-2), es verdad, pero en definitiva en un partido de pretemporada que fue además el estreno 2022, eso es lo de menos.
El 2-2 de los 90 minutos es en definitiva lo que se debe analizar y tampoco con demasiada profundidad. En todo caso en esta clase de juegos siempre es bueno evaluar las intenciones más que las acciones, porque los jugadores todavía están saliendo de los exigentes trabajos físicos, más allá de que las pretemporadas modernas se hacen siempre con pelota.
Lo más adecuado, entonces, parece ir viendo por líneas. Allá vamos:
Volvió Sergio Rochet al arco, lo que es una gran noticia para Nacional pero también para la selección uruguaya. No fue muy exigido y en los goles poco tuvo que ver, porque en el primero sufrió un rebote en Cándido que lo descolocó y en el segundo salió a achicar un mano a mano y perdió el duelo. Fue el héroe en los penales al atajar dos para irse ovacionado el día que por primera vez llevó la cinta de capitán.
Antes de evaluar el resto, hay que hablar del esquema del técnico Repetto: 4-2-3-1, con la intención de presionar en la salida rival, darle circulación al balón con toques rápidos, profundizar por las bandas y cuidar la pelota. Otro punto a decir es que hubo un partido hasta el minuto 61, cuando comenzaron los cambios, y otro en los últimos 29’.
La primera hora, que es la que vale la pena repasar, tuvo a Nacional como claro protagonista, para bien y para mal.
La defensa
Fue el sector más flojo, porque la línea de cuatro tuvo desajustes que costaron los dos goles: en el primero nadie presionó a Cisternas a la altura de la media luna y en el segundo (ya con un equipo alternativo) el retroceso fue muy malo.
El medio
También tuvo sus falencias que repercutieron en la defensa, porque los volantes dejaron mucho espacio entre sus espaldas y la línea final que fue bien aprovechado por los puntas de un Ñublense que se paró 4-3-3. “No presionamos como queríamos y por momentos fuimos muy ansiosos”, dijo Repetto al final del partido. Eso le pasó mucho a la zona de volantes verticalizando por el medio.
El ataque
Lo mejor fue la actitud, la idea, la intención, porque no estuvo fina la ofensiva. Los goles llegaron con un disparo de Carballo que se desvió y con un cabezazo de Risso a la salida de un córner. Lo que más ilusiona es la conducción de Leandro Otormín, inteligente para manejar la pelota y de buena pegada. El colombiano Alex Castro, que tenía muy contento al cuerpo técnico por lo hecho en los entrenamientos, estuvo enredado e incluso falló el 3-1 por no darle el balón a Alfonso Trezza.
“Tuvimos la intensidad que buscábamos y nos asociamos mejor después de los 25 minutos, pero hay que corregir”, fue la reflexión final de Repetto sobre su debut.