COPA LIBERTADORES
Las estadísticas de las últimas tres contiendas por Copa Libertadores desnudan el rubro que el tricolor tiene que mejorar para poder conseguir dar vuelta el resultado ante River Plate.
La revancha ante River Plate, producto de la exhibición Millonaria en el Libertadores de América e incluso del potencial deportivo, parece ser el reto de la vida para los jugadores de Nacional. Y como hay que dar vuelta un marcador adverso de 0-2, lo que queda bien claro es que urge crecer en un rubro que viene siendo escaso en las últimas tres confrontaciones coperas: los tiros al arco.
En efecto, la discusión sobre las fórmulas tácticas siempre va a estar arriba de la mesa, pero lo que es incuestionable es que por encima del fútbol de propuesta o de respuesta y hay algo que jamás podrá soslayarse: si no se patea al arco no se convierten goles. Y a Nacional no le ha ido nada bien en la búsqueda del arco adversario en los dos partidos ante Independiente del Valle y en la ida ante el conjunto de Marcelo Gallardo.
Las estadísticas de los cotejos desnudan que en Quito se tuvieron dos disparos al arco contraseis atajadas de Sergio Rochet, y en la vuelta en el Gran Parque Central se repitió la historia. Dos disparos tricolores y siete ecuatorianos.
En el Libertadores de América, donde River ofició de local en el primero choque por los cuartos de final, Nacional remató una sola vez. Fue un disparo de Emiliano Martínez que contuvo Franco Armani. Mientras que River lo hizo trabajar en seis ocasiones a Rochet.
Sin el fútbol para que Gonzalo Bergessio pueda definir las jugadas y sin disparos netos que permitan minimizar la ausencia de un fútbol más profundo, a los de Jorge Giordano les urge encontrar un mecanismo que incremente este rubro.