TORNEO APERTURA

Nacional goleó 4-0 a Rentistas, sumó sus primeros puntos en el Torneo Apertura y se repuso tras el flojo debut con derrota ante Deportivo Maldonado. No brilló ni fue un ballet, pero fue claramente superior a su rival y pegó en los momentos justos. El equipo fue de menos a más, se liberó después del primer gol y mostró su mejor versión desde que Pablo Repetto llegó al club.

Es imposible separar el análisis del partido de lo que fue el rendimiento de Brian Ocampo, la gran figura de la noche en el Estadio Centenario.

Hay algo que está claro, si el floridense consigue tener regularidad en su juego, está llamado a grandes cosas. Tiene un talento que no se ve a menudo. Ayer paró una pelota de taquito en el aire, controló un cambio de frente con el muslo y luego se la llevó la pelota dominándola. Tiene arranques de PlayStation, como si apretara el botón de turbo para acelerar y pasar rivales.

Ocampo ayer hizo lo que quiso. Metió dos pelotas en el travesaño, una que luego derivó en el primer gol de Felipe Carballo, y después se despachó con un tremendo zapatazo desde afuera del área que infló la red del arco de la Tribuna Ámsterdam.

Llegando hasta al fondo, encarando en el uno contra uno, enganchando de afuera hacia adentro y pegándole desde larga distancia... Mostró todos los recursos posibles en una misma noche.

Claro que da para ilusionarse porque con un jugador en ese nivel, Nacional es otra cosa. Al menos de mitad de cancha hacia adelante. Eso sí, y volviendo a lo del principio, debe encontrar regularidad en su fútbol para poder sostener este rendimiento. Obviamente que tendrá partidos más buenos que otros, pero debe tener un nivel más parejo entre un juego y otro para seguir siendo la manija del equipo y al mismo tiempo no caerse anímicamente.

Si lo consigue, sus días en el fútbol uruguayo estarán contados y seguramente volverá a tener su chance de mostrarse en una selección uruguaya que ahora, con el cambio de entrenador, parece encajarle a la perfección a su estilo de juego.

Con Ocampo enchufado, es otra cosa. Ayer hasta terminó ayudando en la marca. De hecho, por querer colaborar, pudo ser perfectamente expulsado a los 66’ por doble amonestación. Zafó y eso no empaña su buena actuación.

A Nacional ayer le costó entrar en partido. Recién lo hizo cuando apareció su número 7 y a partir de ahí, jugó al ritmo de él. A dos semanas del clásico y después del flojo arranque tuvo el equipo, con los partidos de preparación incluidos, es la mejor señal de todas. Si Ocampo juega como ayer, vale la pena pagar la entrada.