Para enhebrar los hilos de un equipo de fútbol siempre es necesario tener tiempo. Sea para encontrar una oncena, un modelo o una serie de piezas que, en mayor o menor medida, se sostengan (y aprendan a funcionar) de manera mancomunada. En el caso de Nacional,a siete meses de comenzado el año, y con un cambio de entrenador en el medio, la conformación de un once titular durante el primer semestre se transformó en una búsqueda desmembrada, por no decir utópica.
No porque Álvaro Gutiérrez no haya puesto de su voluntad para darle una inyección anímica de confianza a viejos conocidos suyos (caso Diego Polenta o Gastón Pereiro). Tampoco porque haya fracasado al impregnarle su estirpe al plantel. Simplemente por la sencilla razón de que, salvo contadas excepciones, todas las pequeñas sociedades que había empezado a soldar, a medida que llegaba una nueva prueba de ensayo y error, se le terminaron derrumbando con el mercado de pases metido en el medio.
El desafío de Álvaro Gutiérrez: rearmar el equipo titular desde cero
La marcha de Gastón Pereirohacia Italia a finales de junio supuso la primera piedra en el camino. Si bien era una salida vaticinada, para el entrenador se tradujo como el primer cimbronazo táctico en esa zona después de mucho tiempo. Cuando ya había encontrado el norte, se vio obligado a deshacerse del tridente Pereiro-Zabala-Martínez para volver a barajar otras opciones.
Condicionado por la falta de punteros izquierdos, prefirió correr de su posición natural a Camilo Cándido, a quien adelantó unos metros para darle un lugar a Christian Almeida en el lateral, antes de probar con Alfonso Trezza por esa punta.
Así improvisó desde la ausencia de Pereiro en los últimos dos partidos, pero todo fue en vano. Ahora tendrá que hacer borrón y cuenta nueva porqueCándido viajará mañana a Brasil para someterse a exámenes médicos y cerrar su transferencia por un año a préstamo al Bahía, con opción de compra por el 70% del pase, mientras que Almeida, lesionado, sigue con molestias en el aductor de su pierna derecha desde el último partido.
Para el próximo, ante la ausencia de Diego Zabala por lesión (distención muscular en el posterior), la opción más amigable por estas horas es la de enlazar a Manuel Monzeglio con Martínez a un lado y Trezza en el otro o, en su defecto, Franco Fagúndez. Sin embargo, también podría ser una solución transitoria porque en el club están a la espera de ofertas para darle vuelo al floridense y también al número 10. Al lateral izquierdo, en tanto, se podría acoplar Leandro Lozano si Rodrigo Chagas pasa a la derecha.
A la reestructura del equipo titular que parará Nacional frente a Fénix (sábado a las 19:00 horas) se suma el ya conocido traspaso de Sergio Rochet (a Inter de Porto Alegre), quien se convirtió en un baluarte del arco. Si bien la dirigencia pensó en un reemplazante natural (Salvador Ichazo), lo cierto es que el sábado el arquero sustituto recién saltará a jugar su cuarto partido oficial en el año.
A las malas noticias se le suma que la pareja de los Rodríguez (Diego y Yonatan) que conforman el doble cinco tampoco estará disponible, en ambos casos, por acumulación de tarjetas amarillas, aunque el ex Cerrito deberá pagar con dos fechas.
Pero eso no es todo. Ayer, Ovación pudo corroborar que Emmanuel Gigliotti entrenó diferenciado y tampoco estará a la orden del DT, por lo que, sumado a las bajas de Rochet, Cándido, Almeida, Zabala, Diego Rodríguez y Yonatan Rodríguez, se suma como la séptima ausencia en una sola semana.
Es así que el equipo que se perfila, entonces, es el siguiente: Salvador Ichazo; Rodrigo Chagas, Fabián Noguera, Diego Polenta, Leandro Lozano; Marcos Montiel, Thiago Helguera; Federico Martínez, Manuel Monzeglio, Alfonso Trezza; Juan Ignacio Ramírez.
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