Nacional tuvo la mejor versión de un juego de equipo para ganar un clásico

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Nacional 2-0 Peñarol. Foto: Leonardo Mainé.
@maineleo

TRICOLORES

La seguridad de Rochet, la tranquilidad de Cantera, la velocidad de Cándido, el temple de Corujo, el brillo de Ocampo, el mensaje de D'Alesandro, los cambios de Cappuccio y el avión de los dirigentes.

El avión que contrataron los dirigentes. Las palabras de Andrés D’Alessandro para que sus compañeros no pensaran solamente en pelear o meter en el clásico. La reacción inmediata de Alejandro Cappuccio para sustituir a Gabriel Neves. El golazo de Brian Ocampo. La seguridad de Maximiliano Cantera para cuidar la pelota. El nuevo cambio estratégico del DT y la velocidad y técnica de Camilo Cándido. Nacional tuvo un trabajo de equipo, pero a nivel institución, no solo del técnico y sus jugadores para lograr lo que quería: ganar el clásico.

No puede haber mejor versión que esa. Con una unión institucional, desde la cabeza hasta los pies, este regreso a su casa, después de nueve décadas, lo vivió de acuerdo a la forma en la que trabajó para conseguirlo.

No quedan dudas, entonces, fue el triunfo de la labor colectiva. De un juego de equipo que salió de los 64x110 reglamentarios de la cancha, aunque dentro de ella hubo responsables directos del 2-0 a Peñarol.

Los puntos altos para que en el campo se consolidara todo lo bueno que se planificó en lo previo, fueron los siguientes.

1

La seguridad de Sergio Rochet

El arquero respondió con sus habituales grandes intervenciones cuando Pablo Ceppelini ejecutó un tiro libre que iba bien dirigido hacia el ángulo. Además, el fondo se siente más seguro y los delanteros más complicados para vencerlo porque impone respeto con su porte físico. Es un arquero que intimida.

2

La actitud de Guzmán Corujo

El zaguero salió varias veces a cortar fuerte, en algunas cometiendo infracciones (como en la primera sobre Agustín Álvarez Martínez), pero en otras barriendo la pelota y el rival sin infracción: como lo hizo contra Agustín Canobbio o Pablo Ceppelini. Hubo un solo descuido de la zaga, en una pelota que Facundo Torres le lanzó al “Canario”, después Corujo estuvo siempre muy atento a anticipar y cortar. Fue el más firme, aunque Marichal pudo colaborar.

Clásico en el Parque Central
Brian Ocampo y el festejo de su gol clásico en el GPC. Foto: Leoanrdo Mainé
3

La reacción de Alejandro Cappuccio

Alejandro Cappuccio hizo la mejor lectura cuando Gabriel Neves quedó al borde de un segundo cartón amarillo. Absorbido por la presión aurinegra el número 8 no estaba siendo muy influyente en el juego y su sustitución, además de evitar de tener que jugar con diez, mejoró al equipo porque Maximiliano Cantera realizó una buena tarea en la administración de la pelota.

4

Brian Ocampo, un diablo y matador

Mejor brillo para la decisión de los dirigentes de adelantar el regreso de los futbolistas imposible. Ocampo, que ya había sido lo mejor de Nacional en el primer tiempo, porque demandó hasta un acoso de tres hombres aurinegros, se divirtió con Juan Acosta recostado sobre la izquierda y regaló una joyita para abrir el partido.

5

El otro cambio del DT

El ingreso de Andrés D’Alessandro por Alfonso Trezza y el traslado de Camilo Cándido hacia la zona de volantes contribuyó para que Nacional asegurase más el control del balón con las combinaciones entre el “Cabezón” y Cantera y para que hubiese velocidad y profundidad por el sector izquierdo. Así el Tricolor aplacó el ímpetu que tenía Peñarol con Torres y terminó metiendo un gol y medio más, porque Cándido fue detenido con infracción cuando se iba expreso hacia el arco.

6

El fútbol de Maximiliano Cantera

Maximiliano Cantera mostró temple para sostener el balón, para arrastrar marcas y para tocar con precisión pese la desesperación que mostraban los futbolistas aurinegros por ahogarlo y anularlo.

7

El infernal desgaste de Joaquín Trasante

De nuevo Joaquín Trasante regaló sus interminables recorridos. Sus carreras a lo ancho y largo de la cancha. Robó balones y se lanzó hacia adelante empujando al equipo. Fue otro punto alto de un Nacional ganador clásico.

el dato

Cappuccio ganó por el Uruguayo

Alejandro Cappuccio ya pudo realizar lo que no fue posible para Jorge Giordano y Gustavo Munúa e igualar lo que si consiguió Álvaro Gutiérrez: ganar clásicos por el Campeonato Uruguayo. En su debut como entrenador tricolor en una contienda frente a Peñarol, Cappuccio logró el éxito deportivo. Por su parte, Mauricio Larriera, su colega en Peñarol, todavía no lo logró porque empató el primero que orientó (0-0 en el CDS) y perdió el segundo (2-0 en el GPC).

Un mensaje importante
El nivel de Cándido como mediocampista
Camilo Cándido festeja su gol ante Peñarol. Foto: Leonardo Mainé.

Con el respaldo de un físico que le permite realizar grandes recorridos y dotado de atributos técnicos, Camilo Cándido mandó un mensaje importante en el clásico. Puede ser el mejor mediocampista izquierdo del equipo. Desde ahí tuvo la capacidad para meter un gol y medio (frenado con falta en su segundo intento).

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