En la antesala del partido entre Nacional y Boston River el equipo de Zielinski tenía claro un aspecto a mejorar: la faceta defensiva. En el anterior encuentro ante Cerro no había sido capaz de desarticular las maniobras ofensivas del albiceleste por el sector izquierdo de su defensa, y eso lo obligó a hacer una modificación: el ingreso de Leandro Lozano y la salida de Diego Zabala.
Más allá de reforzar ese sector específico, la parte defensiva en general está en el debe en el tricolor y los datos así lo demuestran: siete de los 13 goles recibidos desde el inicio de la era Zielinski fueron por vía aérea, tomando en cuenta cabezazos, toques de primera o controles dentro del área a partir de centros previos. En este registro se consideran los partidos de pretemporada, la Supercopa Uruguaya y el Torneo Apertura.
En este sentido, el porcentaje indica que el 54% de los goles que recibieron tanto Sergio Rochet como Salvador Ichazo llegaron de esa forma.
La cifra deja clara una falencia del vigente campeón uruguayo, que en el primer tiempo ante el Sastre pudo haber sufrido algún otro tanto por la vía aérea si no fuera por la falta de eficacia de la visita. El equipo de Daniel Farías tuvo dos cabezazos dentro del área que no logró capitalizar para el lamento de Acuña.
Sin embargo, el delantero tuvo su revancha en el complemento, celebró un tanto de cabeza tras el centro de Urretaviscaya y en el festejo se sacó lo que habitualmente se denomina "mufa" en el ambiente futbolero.
En el cierre del partido, ya con el partido 2-1 a favor del tricolor, Farías mandó a la cancha a Bruno Abbate, el joven de más de dos metros de estatura para intentar aprovechar un defecto del rival.