Redacción El País
Una vez más estarán cara a cara. Son los jugadores en los que los hinchas depositan buena parte de su fe deportiva y es que han dado muestras sobradas de lo que pueden rendir en el campo de juego y en un partido tan importante como lo es el clásico entre Nacional y Peñarol, las figuras de Nicolás López y Leonardo Fernández resaltan sobre el resto.

Los ataques de tricolores y aurinegros suelen basarse en su juego y tienen mucho más en común que el hecho de que su pierna hábil sea la zurda porque también son los emblemas ofensivos para Martín Lasarte y Diego Aguirre.

Retrasado algunos metros respecto al lugar en el que jugó durante buena parte del año pasado, el Diente disputó los primeros partidos del 2025 por detrás del “9” demostrando que le queda cómodo jugar por todo el frente de ataque porque arrancó por derecha, pasó por el medio y en alguna jugada se lo vio hasta por la izquierda.

Foto: Estefanía Leal.

En el caso de Leo, la versatilidad de su posición también es habitual y si bien al momento de presentar la formación aparece por el centro en una línea de tres volantes ofensivos, suele recostarse por las bandas para generar juego con los mediocampistas externos. A su vez, como ocurrió en el clásico amistoso, también puede recostarse casi en un doble cinco, pero en ese caso para enviar pelotas largas.

Tanto López como Fernández le dan distintas opciones a sus entrenadores y hoy no será la excepción al mostrar sus armas.

Una de ellas, precisamente, también la comparten y es la buena pegada. Si bien Fernández suele mostrarla más que López en la pelota quieta, el Diente dio ejemplos de su calidad en reiteradas ocasiones durante el año pasado con peligrosos disparos desde lejos, varios de ellos para terminar en gol.

Foto: Estefanía Leal

Tal vez se crucen poco dentro del campo porque ambos tienen como meta observar el arco rival, pero es un hecho que tanto el “7” tricolor como el “10” aurinegro serán los embanderados de sus equipos para hacer de las suyas o para habilitar a los “9” que esperarán las pelotas que ellos puedan filtrar.

En esta ocasión, el duelo tendrá la particularidad de que no será un clásico más y tampoco será amistoso como el del pasado lunes, sino que habrá un trofeo en juego, el primero de la temporada 2025 y el que marcará al campeón de la Supercopa Uruguaya que le permitirá, además, quedar como el mayor vencedor de la competencia en la historia, junto a Liverpool que tiene tres, uno más que los grandes.

No cabe duda que lo hecho por Nicolás López en 2024 fue muy destacado, más allá de que no consiguió títulos con el tricolor y es que sin ir más lejos finalizó con 12 goles en 18 partidos disputados por toda competencia. A ellos, hay que sumarle tres asistencias.

En materia de clásicos oficiales disputó precisamente en 2024 el único de su carrera y fue el del Torneo Clausura donde los de Martín Lasarte lograron vencer 2-1 a Peñarol para estirar la racha positiva en este tipo de juegos.

Foto: Estefanía Leal.

Pero el Diente no es solo goles o, de cierta manera, también son clave las jugadas que se genera para que terminen en goles, ya sea propios o de compañeros porque sin ir más lejos, al menos a nivel de Liga AUF Uruguaya, finalizó el 2024 con un 75% de efectividad en sus regates.

A su vez, finalizó con un promedio de 80% de precisión en sus pases y dos por partido fueron pases clave, por lo que terminaron en remates de alguno de sus compañeros. En su aporte defensivo, culminó con un promedio de tres pelotas recuperadas por juego.

Si de buen 2024 hablamos, el de Leonardo Fernández fue prácticamente perfecto luego de lo conseguido con Peñarol obteniendo la Liga AUF Uruguaya sin finales y además siendo semifinalista de la Copa Libertadores de América.

En lo personal, Fernández terminó el año con un total de 22 goles en 47 partidos, pero con el destaque de que ocho de esos festejos fueron de tiro libre, una marca registrada. A ellos hay sumarle 17 asistencias por toda competencia.

Foto: Estefanía Leal.

En materia de clásicos disputó tres y fueron con sabor agridulce porque el del Torneo Apertura terminó en empate sin goles, en el del Torneo Intermedio hizo un golazo, pero Peñarol cayó por penales y él falló dos remates, mientras que el del Clausura terminó en derrota por 2-1.

Sus números a nivel local hacen referencia a que también cuenta con un 80% de precisión en sus pases y con la particularidad de tener un promedio de cuatro pelotas recuperadas por partido que muestra el sacrificio, a pesar de ser atacante. En materia de duelos ganados, finalizó el año con un 45% de ellos y un 76% de regates exitosos.