Nicolás Siri: la nueva joya de Danubio que sigue los pasos de Ruben Sosa y Recoba

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Nicolás Siri
MARCELO BONJOUR

TORNEO CLAUSURA

Con solo 16 años hizo tres goles, ya tiene cuatro en dos partidos y carga sobre sus hombros a la institución de la franja, que lucha por no bajar.

Habrá que buscar mucho en la historia para encontrar a un futbolista de 16 años que haya hecho cuatro goles en sus dos primeros partidos, si es que alguna vez lo hubo. Nicolás Siri los hizo y es como el ángel de la guarda que ha encontrado Danubio para mantener su ilusión de permanecer en Primera División.

El milagroso fútbol uruguayo continúa proyectando cracks. Decir que este chico nacido el 14 de abril de 2004 lo será es, a esta altura, una irresponsabilidad que solo le metería presión a su carrera, pero sin dudas tiene la pasta para serlo. ¿La razón? No solo juega bien, sino que tiene una fuerte personalidad que la dejó en claro al anotar en los partidos más difíciles de jugar: los que no tienen mañana.

Sí, este botija de 16 años carga en sus hombros a una institución que el pasado 1° de marzo cumplió 89 años. Y no le pesa. Pide la pelota, encara, elude piernas y define con la soltura de un futbolista de 26 años. La primera muestra la dio el fin de semana pasado, cuando le anotó el 1-1 a Nacional en la victoria 2-1 de la franja en Jardines. La segunda la dio ayer, al anotar tres goles (uno de cabeza, uno de zurda y otro de derecha) en el 5-1 de Danubio sobre Boston River.

Nicolás Siri
El grito de gol de Nicolás Siri. Foto: Juan Manuel Ramos

Para su equipo no había dos opciones: era ganar o descender. Y ganó. No solo por él, sino porque Salvador Ichazo contuvo un penal a Ruben Bentancourt a los 14’ cuando el partido estaba aún 0-0 y en medio de un panorama de incredulidad, pues Andrés Cunha pitó una falta dentro del área cuando se había producido afuera. El arquero adivinó el lugar y fue abajo para contener el potente disparo del delantero del Sastre. A partir de allí empezó la recuperación de la franja.

Después apareció el botija, el “Pumita” Rodríguez para el 2-1 (había empatado Larrosa) y finalmente Leandro Rodríguez para establecer el 5-1.

Hoy los hinchas de Danubio se preguntan cómo no se recurrió antes a Siri, pero en realidad no debería estar aún en Primera. El mérito enorme es de Leonardo Ramos, que se la jugó por un botija para tratar de dar vuelta un destino que parecía (y aún hoy sigue pareciendo) ya marcado.

Nicolás Siri y el festejo de uno de sus goles ante Boston River. Foto: Juan Manuel Ramos.
Nicolás Siri, de Danubio, ante Boston River. Foto: Juan Manuel Ramos.

Mucho más mérito tiene Siri (quien a propósito tiene un hermano dos años mayor en el plantel), por supuesto, porque anotar cuatro goles en los dos primeros partidos no es para cualquiera. Y si no revisemos casos similares.

Ruben Sosa debutó con 15 años en Danubio en 1982 y rápidamente se convirtió en el niño prodigio del fútbol uruguayo, con tres goles en sus dos primeros partidos.

Álvaro Recoba se puso por primera vez la camiseta de la franja en 1994 a los 17 años y en 14 juegos hizo seis goles.

“El Principito” y el “Chino” fueron geniales jugadores; cracks en Danubio, en Nacional, en Inter de Milán y en la selección.

Ellos bien pueden ser el espejo en el cual se mire Siri, la nueva joya que tiene Danubio y el fútbol uruguayo.

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