Nicolás Vikonis: un psicólogo en el arco

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Luka

EN MÉXICO

Del Buceo al mundo: el bisnieto de un parlamentario lituano se hizo 100% profesional cuando se fue al exterior, pero viajó con un título bajo el brazo.

Acaba de pasar a Mazatlán, su nuevo equipo en México. Allí en la ciudad del mismo nombre, se reencontró con el agua tras varios años de vivir en la altura, primero en Colombia y luego en Puebla. Es como volver al Buceo donde se crió, pero con el agua bastante más fría, típica del Pacífico.

Mazatlán fue fundado en junio de 2020 y nació a partir de la franquicia de Monarcas Morelia. “Me quedaban dos años más de contrato con Puebla, pero me vendieron a Mazatlán. Me fue muy bien en Puebla y esta gente hizo una oferta para traerme. La gobernación de Sinaloa quería traer un equipo acá y mudaron la franquicia. Son esas cosas raras, que para nosotros son difíciles de entender”, explicó sobre su nuevo club, con el que firmó por tres años.

“Es una ciudad turística, muy linda, de playa. Muy calurosa y húmeda. En verano hace muchísimo calor, a mí me tocó venir a jugar con Puebla. Yo llevaba muchos años en la altura y volver al nivel del mar es como recuperar ese contacto con el agua que perdí cuando me fui de Montevideo. Siempre viví en el Buceo, muy cerquita de la rambla”, contó sobre la ciudad a la que se mudó hace 20 días.

Vikonis
Nicolás Vikonis en uno de los entrenamientos con Mazatlán, su nuevo equipo mexicano.

A mitad de año cumplirá una década en el exterior. “El último torneo que jugué en Uruguay fue con Cerrito y subimos. Y de ahí me fui a Bucaramanga. Estuve seis años y medio en Colombia y ahora estoy arrancando mi cuarto año en México”, añadió.

“Fui haciendo como una escalerita, llegué a Bucaramanga que estaba en la B, estuve un año y medio y aunque no pudimos ascender enseguida me llevó Patriotas ya en la A. Y después Millonarios. Fui un año a préstamo, pero me fue muy bien en lo individual y enseguida compraron mi ficha. En el 2017 salimos campeones con Russo y llegó Puebla a buscarme. Fue una época muy linda, antes de que se parara el torneo metimos un invicto como de cinco partidos. El año pasado entramos al repechaje y eliminamos a Monterrey, que es un equipo enorme. Definimos por penales, yo atajé y convertí. Después nos sacó León que fue campeón. Me destacaron mucho y llegó la oferta de Mazatlán por tres temporadas, aunque ya tengo 36 años”, relató.

La experiencia

 “Uno cuando es chico y te hablan de la experiencia, medio que se enoja, pero después lo comprendés porque vas aprendiendo un montón de cosas. El de arquero es un puesto al que los años le da nivel. Acá hay varios arqueros grandes, mismo en la selección. Y está el antecedente del ‘Conejo’ Pérez, que atajó hasta los 45 acá”, explicó.

“ Yo voy a atajar hasta que me dejen. Je. El primer mojón que me había puesto era llegar al 2022, porque yo debuté en Huracán Buceo en el 2002 y 20 años de carrera me parecía muy bien. Pero ahora firmé un contrato que lo excede. Llegaría hasta los 39, entonces capaz que paso la barrera de los 40. Jugar es lo que más me gusta en la vida y seguro lo voy a intentar prolongar”.

bendición

Acomodándose para criar a su hijo Luka

Domingo pasado el mediodía en Uruguay, y las 10 de la mañana en Mazatlán, México. Se acababa de ir Luka, el hijito de nueve meses de Vikonis. El pequeño vive en Guadalajara con su madre, pero había recibido el año nuevo con él. Debía viajar cuatro horas y media por carretera, pero las hace con su niñera y un chofer de confianza. “Está acostumbrado. En nueve meses ya ha metido avión y muchos kilómetros de carretera. Además, como era la hora de la siesta, dos horitas se duerme seguro”, contó Nicolás, sobre el niño, producto de una relación fugaz.
“Estuvimos un par de meses, esas historias cortas y se quedó embarazada. Somos parte de estas nuevas familias del Siglo 21. La pareja no funcionó como tal, pero con Luka tenemos una visión conjunta y de equipo. Dios nos mandó la bendición de Luka y nos acomodamos para criarlo. Por ahora va bastante bien y puedo compartir mucho tiempo con él”.

Vikonis

A esta altura y después de diez años lejos de Uruguay se considera un ciudadano del mundo. Aunque las raíces nunca se olvidan. “El barrio, la rambla, los amigos, son una referencia enorme para mí. Y de ahí se genera tu identidad. Hay una conexión con las raíces que está siempre. Después te hacés un poco ciudadano del mundo. Y gracias a Dios en este recorrido tan lindo, logré ser feliz en cada ciudad”, aseguró. “Una de las cosas más lindas que te da el fútbol es la posibilidad de ir conociendo diferentes culturas y lugares”.

Salió al exterior, a los 27 años y lo hizo con el título de psicólogo bajo el brazo. “Elegí psicología porque ya era jugador profesional y era una carrera que me permitía acompasarla con el fútbol. Y me encantó. Aunque los primeros años de universitario me costaron un montón. Y terminé explotando tarde como futbolista. No es casualidad que recién cuando terminé la universidad y salí afuera pude ser 100% profesional del fútbol”.

El título le permite no pasar por la traumática experiencia de no saber qué hacer cuando llegue el momento de colgar los guantes. Pues ya tiene resuelto su futuro. “Cuando se termina el fútbol uno queda un poco a la deriva, porque no a todo el mundo le va bien como para poner un negocio. Se termina el jugador, algo que sos desde niño, cuando aún sos muy joven y eso te genera un duelo enorme. En mi caso espero poder dedicarme a la psicología, pero ligado al fútbol. Integrar cuerpos técnicos, estar cerca de los jugadores. Y que no me sientan un extranjero, porque ese psicólogo estuvo en una cancha, un día fue capitán, salió campeón, se fue al descenso y alguna vez el técnico no lo puso. Todo eso me puede ayudar a ser importante para otros”.

familia

La herencia del bisabuelo lituano

Gracias a su abuelo Pranas Vikonis, quien llegó a Uruguay en 1917, Nicolás tiene la ciudadanía lituana. “Mientras fui recorriendo los documentos me fui enterando de la historia. Era parlamentario en Lituania, cuando los rusos invadieron su país. Salió escapado y el barco al que se subió lo dejó en Uruguay. Mi abuelo Otto, que ya falleció, fue el primer Vikonis nacido en Uruguay. Fue basquetbolista y jugó en la selección. Mi padre y mi hermano siguieron sus pasos, el único que arrancó para el fútbol fui yo”.

Vikonis
Nicolás Vikonis.

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