“No se fijan en la salud”: de la calma de Peñarol a los riesgos que advierten médicos por jugar en La Paz

Aunque no hay fórmulas mágicas, el área deportiva aurinegra consultó con especialistas para elaborar un plan que intente paliar los efectos de la altura a nivel fisiológico para el cruce con The Strongest.

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Javier Méndez en el entrenamiento de Peñarol en La Paz previo al partido con The Strongest.
Javier Méndez en el entrenamiento de Peñarol en La Paz previo al partido con The Strongest.
Foto: @OficialCAP.

Enviado a La Paz / Bolivia
No hay recetas mágicas ni fórmula que asegure el resultado. Es la ciudad donde la pelota hace un recorrido diferente y la altura sobre el nivel del mar promete ser temible. A 3.581 metros de altura, Peñarol intentará ratificar la diferencia que obtuvo en el Estadio Campeón del Siglo para avanzar a cuartos de final de Copa Libertadores después de 13 años.

Su reto será The Strongest y también la altura de La Paz. ¿Pero qué implicancia tiene este factor en el deportista de alto rendimiento y cómo pueden hacer para paliar los efectos fisiológicos?

“La altura es todo un tema a nivel físico y psicológico. Los jugadores van a un ambiente al que no están acostumbrados y no van a rendir lo que rinden habitualmente. El impacto psicológico se puede minimizar cuando hay información, se les explica y toman precauciones”, inició el médico deportólogo Leonardo Schiavone en diálogo con Ovación.

Y añadió: “A medida que vas subiendo a la altura, la presión parcial de oxígeno del cuerpo va descendiendo, por lo tanto no llega la cantidad de oxígeno con la presión que tiene habitualmente y necesitás hacer un mayor esfuerzo, te cansás mucho más y puede venir la falta de aire como uno de los síntomas”.

Por su parte, su colega Santiago Rivoir agrega que si se llega con más de un día de antelación se “pueden generar síntomas el día de la competencia por menor aporte de oxígeno a nivel muscular, lo que le hace al músculo producir menor energía”.

“No se fijan en la salud”

Schiavone hizo un cuestionamiento a las autoridades por permitir jugar en La Paz. “Lo primero que tiene que prevalecer es la salud del deportista, que va al límite, tiene riesgos y hay que trabajar para minimizarlos. ¿De qué manera? Una podría ser limitar al nivel de altura al que pueden competir a 2800 metros como máximo. Hay que tener autocrítica y decir: ‘¿Te parece que pueden venir a jugar acá a esta altura?’. No se fijan tanto en la salud del deportista, sino en temas políticos; eso es lo malo de esto. Pero son las reglas del juego”.

En tanto, Rivoir aconseja jugar a una altura media de “entre los 1500 y 2500 metros, donde se empieza a ver alguna modificación, pero es raro ver síntomas”.

La clave también está en la planificación del cuerpo técnico para saber qué jugadores responden mejor en este contexto y cuánto tiempo van a jugar.

Más allá de esta perspectiva crítica, también es real que cada organismo tiene una respuesta distinta ante estas condiciones. Pero también es frecuente la imagen de varios planteles con cámaras de oxígeno después de terminar sus partidos.

Por lo pronto, Peñarol tiene un plan que elaboró de forma minuciosa. Sin restarle importancia a la altura, transmiten mesura y la convicción de que, si sostienen el nivel de la ida, se llevarán esta llave.

“No hicimos nada en especial, trajimos a los doctores y listo”, informaron fuentes aurinegras.

Dentro de la delegación está un acupunturista que podrá ayudar en la respuesta muscular del plantel.

Además, el hecho de haber llegado tres días antes responde a una serie de averiguaciones que han hecho con especialistas.

Sea como sea, la verdad estará en la cancha el próximo miércoles a las 19:00 horas en el Estadio Hernando Siles.

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