La obsesión de Pablo Repetto para tener el Nacional que quiere ver

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Pablo Repetto, DT de Nacional. FOTO: Marcelo Bonjour.

TRICOLORES

El entrenador pone el acento en algunas tareas específicas y en lo que le comunica a los jugadores para darle al equipo un papel más preponderante en cada partido.

Para forjar el Nacionalque quiere ver compitiendo en la Copa Libertadores, Pablo Repetto está convenciendo a los jugadores tricolores de asumir riesgos. Y los trabajos, entonces, apuntan a tener un equipo decidido y que acredite su papel de grande estableciendo un fútbol de ataque.

El sueño de Repetto es el de ver un equipo relampagueante, con mediocampistas influyentes en el juego ofensivo y que entreguen movimientos que dañen al rival.

La idea está bien definida y la primera muestra de la identidad que se busca quedó expuesta en la función que cumplió Felipe Carballo ante Rentistas en la segunda fecha del Torneo Apertura.

Carballo, quizás uno de los jugadores más infravalorado por los hinchas de Nacional pese a las enormes cualidades que tiene, se soltó más, llegó en mayor medida al área rival y confirmó que está en condiciones de liderar desde lo futbolístico sin dejar de lado la concentración defensiva.

Pero justamente aquí es donde está el aspecto diferente que está pugnando por consolidar en los tricolores el actual entrenador: porque además de más agresividad en la marca, lo que quiere ver es un equipo que dañe al rival sin pausa. Concentración para defender, pero mucho más para atacar.

Las tareas que se llevan a cabo en la Ciudad Deportiva de Los Céspedes, según lo confirmaron a Ovación fuentes tricolores, tienen mucho que ver con la utilización de los laterales empujando hacia adelante, el adelantamiento de las líneas para posicionarse en campo rival y, especialmente, el pedido a los jugadores de que sean punzantes. Que arriesguen.

Para el entrenador resulta clave explotar el abanico de posibilidades que tiene Nacional con el plantel que pudo formar. Y es por ello que quiere imponer un respeto absoluto por el cuidado de la pelota, pero con una obsesión: la de avanzar con velocidad. La de moverse con un gran número de futbolistas hacia el arco rival.

El acento se pone en buscar el gol, llegar, arrimarse con muchos jugadores, agobiar al rival con un trabajo colectivo que sea capaz de explotar diferentes caminos para mandar la pelota a la red.

Y esa es la razón, entre otras cosas, que explican el intento por darle continuidad a un equipo. El de sostener las oportunidades a los futbolistas para que se acoplen a la idea y para que exhiban sus condiciones.

Además, algunas evoluciones se han ido constatando, lo que potencia la determinación de no realizar tantos retoques en un equipo que está en construcción y con jugadores que tienen que ir acostumbrándose a un fútbol distinto, en el que no hay lugar para el afloje y todo debe desarrollarse con una gran intensidad.

De hecho la labor de Carballo, mediocampista que va camino a cumplir 150 partidos oficiales con Nacional y que tiene 17 goles (también oficiales), certificó a Repetto que lo que quiere conseguir es alcanzable porque cuenta con futbolistas que entienden el juego y que serán grandes animadores de su idea.

En la medida que el rendimiento siga en ascenso, que más integrantes del once inicial vayan acoplándose a la estrategia y a la táctica que se trabaja en Los Céspedes, Repetto estará mucho más cerca de hacer realidad aquello que remarcó a los dirigentes que quería tener en Nacional cuando aceptó asumir la conducción. Porque en aquellas extensas charlas remarcó que iba a entregar muchas horas de trabajo para lograr que el equipo que imponga las condiciones en base a un fútbol ofensivo.

Esta historia recién comenzó, pero los directivos están conformes porque son testigos que se trabaja para jugar como se entiende que debe hacerlo un equipo grande.

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