COPA LIBERTADORES
El aurinegro sorprendió en los primeros minutos con un planteo ofensivo, pero dejó pasar su momento, el rival creció, lo dominó y le robó los puntos y el tercer lugar.
Peñarol cayó 1-0 en su visita a Olimpia por la fecha 4 de la Copa Libertadores y comprometió seriamente su futuro al quedar último en el Grupo G. El equipo volvió a jugar mal —aunque en este caso luego de un buen inicio—, no consiguió inquietar al fondo local durante los últimos 70 minutos, careció de contención en la mitad del terreno y la ofensiva quedó aislada. Perdió bien y, de no ser por Kevin Dawson, la cosa pudo ser peor.
Primer tiempo
Muy buen inicio tuvo Peñarol, que con un esquema 4-3-3 ofensivo se paró en campo de Olimpia y tuvo un par de chances claras, en ambos casos a través de Bentancourt. La primera con un derechazo antes de los 30 segundos de juego y la segunda con un cabezazo a los 16'.
El técnico Mauricio Larriera arriesgó con su planteo, en el que Damián Musto y Walter Gargano se intercambiaron lugares en la zona central, Pablo Ceppelini jugó suelto como enganche e Ignacio Laquintana y Pachi Carrizo como punteros, bien arriba, para alimentar a la sorprsa: Ruben Bentancourt, quien fue el centrodelantero. Por allí se puede explicar el motivo de la presencia de Arias en el lateral, pues el equipo no precisaría tanta proyección del marcador de punta ante el ir y venir de Laquintana, quien fue el que encontró las mayores facilidades al ganar en velocidad por la banda derecha.
Pero pasado el sacudón inicial, Olimpia pasó a dominar y allí generó varias situaciones de gol en las que Kevin Dawson fue protagonista para salvar su arco y cuando no, lo hizo el caño. Después del minuto 20 el dueño de casa pasó a arrinconar a la visita abriendo la cancha, mandando centros o pelotas cruzadas y haciendo pesar su juego aéreo. Éste fue el que le dio la apertura del marcador a los 33' con un cabezazo de Salcedo. Goles errados (aquellos del inicio) son goles en contra y Peñarol lo comprobó una vez más.
Segundo tiempo
Para el complemento el aurinegro volvió con un cambio: Máximo Alonso por Pachi Carrizo. Se había hablado que el juvenil podía ser la sorpresa en el ataque desde el inicio, pero finalmente Larriera optó por Ignacio Laquintana. El cambio poco le aportó al aurinegro, porque el problema del equipo estuvo en la generación del fútbol. Ninguno de los puntas pudo ser lanzado, porque incluso las situaciones creadas al inicio fueron a impulsos individuales de Laquintana.
Las variantes siguieron, porque entro Saravia por Gargano (muy temprano, a los 54', y sin problemas físicos), luego Aguirregaray por Elizalde y Álvarez Martínez por Musto. Riesgo total, porque Peñarol quedó parado con un doble nueve (Álvarez Martínez y Bentancourt) y dos extremos (Laquintana y Alonso), pero con poca marca: solo Saravia, porque Ceppelini estaba para tratar de armar juego.
Los minutos finales fueron desesperación pura, lo cual quedó demostrado con el cambio final que supuso la presencia de un triple 9, pues a los que ya estaban se sumó Lucas Viatri. Pero Peñarol sumó centrodelanteros en lugar de pelotas al área. Volvió a ser un equipo sin ideas y sin rumbo.
Los que esperaban una reacción aurinegra en el final se quedaron con las ganas. El equipo jamás logró profundidad ofensiva y Olimpia conservó el resultado sin pasar sofocones. Ganó, le arrebató el tercer puesto a un Peñarol que terminó su ronda de visitante sin unidades y lo obliga ahora a ganar los dos partidos que le quedan. La buena noticia para el mirasol es que ambos serán de local, aunque debe enfrentar a los dos que lideran el grupo: Cerro Porteño y Colón. Y ni aún logrando las seis unidades le asegura avanzar a octavos de final.
La previa
Sobre las 19.15 arribó el plantel carbonero al escenario del encuentro. A esa hora recién se estaban abriendo las puertas del estadio y había mucho personal de seguridad, pero muy poco público llegando. De los primeros en ingresar al Defensores del Chaco fueron los hinchas aurinegros, que fueron minuciosamente revisados antes de traspasar el portón de ingreso.
A los parciales aurinegros que llegaron con banderas se las hicieron desplegar para controlar que no ingresaran nada oculto en ellas.
Los hinchas de Peñarol fueron reunidos a unos metros de la puerta de ingreso y fueron siendo habilitados a superar la valla de contención de a uno para someterlos a las revisiones.
Mientras tanto, los futbolistas aurinegros aprovecharon para salir al campo de juego del Defensores del Chaco y hacer un reconocimiento al estado del césped.
Los futbolistas salieron a calentar y recibieron el aliento de los hinchas aurinegros que se encontraban en la tribuna del Defensores del Chaco.