Ovación en Qatar: conocé el estadio desarmable que tendrá el Mundial y que podría ser una solución para Uruguay

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974, el estadio desmontable que tendrá el Mundial de Qatar 2022. Crédito: Juan Pablo Romero.

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El 974 está formado con esa cantidad de contenedores y un arquitecto uruguayo fue parte de su construcción. Bauzá dijo que el presidente Lacalle Pou ya tuvo contacto directo en Qatar.

974, el estadio desmontable que tendrá el Mundial de Qatar 2022. Crédito: Juan Pablo Romero.

Cada color representa algo: los amarillos son los baños, los azules locales gastronómicos, los grises áreas de rezo y los rojos son áreas médicas y de seguridad. Cada uno de los 974 contenedores que forman el estadio del mismo nombre tiene una finalidad, más allá de formar la estructura principal. El 974 también es el prefijo si uno quiere llamar a Qatar. Todo tiene un por qué. También lo tiene el motivo por el que se utilizaron contenedores para hacer un estadio de fútbol para una competencia tan importante como un Mundial: no quieren repetir experiencias de otras sedes, donde se construyeron estadios gigantescos y costosos, que después terminaron abandonados o en mal estado, como pasó en Sudáfrica o en Brasil.

“Fue tener un nuevo tipo de diseño. Los contenedores están alineados a nuestra cultura naval, porque somos una península y tenemos mucha historia de botes. También nos permite que los reutilicemos para diferentes propósitos y es sustentable. No es solo un edificio, es reutilizable”, le dijo a Ovación Talar Sahsuvaroglu, quien es experta en temas ambientales y de sustentabilidad del Comité Organizador de la FIFA.

Desde que se entra todo es curioso. Las escaleras están hechas con material de contenedores, las salas comunes tienen los rectángulos de chapa a sus fondos y hasta donde se visten los futbolistas está creado con este material, cuando habitualmente es de madera. Allí, donde van colgadas las camisetas y previo a los partidos las cámaras de FIFA realizan un recorrido por los vestuarios, también están presentes los contenedores.

“El 974 se desmonta completamente, las columnas tienen tornillos que se pueden desmantelar. La idea es poder relocalizarlo en otro espacio, como estadio entero o por partes. El principal desafío fue ese, armarlo, pero ya con la cabeza en desarmarlo después del evento”, contó el uruguayo José Ignacio Masena, quien es arquitecto y estuvo vinculado a la construcción de este estadio, así como de otros dos.

José Ignacio Masena, el arquitecto uruguayo vinculado a la construcción del estadio 974. Foto: Juan Pablo Romero.
José Ignacio Masena, el arquitecto uruguayo vinculado a la construcción del estadio 974. Foto: Juan Pablo Romero.

“Qatar tiene un proyecto que se llama el ‘legado de la copa’. Casi siempre estos eventos deportivos de gran magnitud terminan dejando los que se llama ‘elefantes blancos’, que son los edificios que después nadie usa. Acá se buscó tratar de manera diferente, muchos de los estadios se reduce la capacidad después de la copa, de 40.000 a 20.000 y como el 974 no se va a precisar para después la idea es desmantelarlo”, agregó Masena, quien hace cinco años está viviendo en Doha junto a su esposa, que también es arquitecta, y sus dos hijos, Emilia y Felipe.

974, el estadio desmontable que tendrá el Mundial de Qatar 2022. Crédito: Juan Pablo Romero.
974, el estadio desmontable que tendrá el Mundial de Qatar 2022. Crédito: Juan Pablo Romero.

Uruguay tiene con qué ilusionarse con contar en el futuro con un estadio así, ya que el formato y el hecho de que no sea tan costoso ayudaría a tener un escenario más de primer nivel si se pretende avanzar definitivamente con el candidatura múltiple de cara al Mundial de 2030. El propio director de la Secretaría Nacional del Deporte, Sebastián Bauzá, alimentó esa posibilidad en junio pasado: “No me quiero adelantar pero tengo la información que el presidente (Luis Lacalle Pou) en Qatar tuvo contactos directos y hay posibilidades que esos estadios se desarmen y alguna parte venga al Uruguay”.

Si la Celeste sale en el segundo lugar del Grupo H, le tocará jugar contra el primero del Grupo G en el 974, pero no tiene ningún partido en fase de grupos en ese lugar. Eso sí, los dirigidos por Diego Alonso mirarán de reojo lo que suceda en el estadio de los contenedores entre Portugal y Ghana el 24 de noviembre.

Como está cerca del agua, el Ras Abu Aboud (como se lo llamó en primera instancia al 974) no tuvo necesidad de que le colocaran el sistema de refrigeración que tienen el resto de los estadios en Doha, que van debajo de los asientos de los espectadores y que también baja la temperatura en la cancha con un sistema ultramoderno; de hecho, se hicieron estudios para que ese aire que se manda a la cancha no incida en el desarrollo del juego.

Ayer la temperatura en Qatar alcanzó los 39 grados (48 de sensación térmica), pero se estima que para noviembre y diciembre, cuando se dispute la Copa del Mundo, la temperatura promedio será de unos 25 grados, algo bastante más llevadero que ahora, en el final del verano. Qatar espera con ansias la llegada del primer Mundial en Medio Oriente.

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