Pablo Budna: descubrió al Dibu Martínez, fue scout del Manchester y Arsenal y pensó que Perchman estaba “loco”

El nuevo secretario técnico Tricolor tiene una pintoresca anécdota con el alemán Jens Lehmann, quien usó la estrategia de guardarse un papel en la media en los penales de un Mundial contra Argentina.

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Pablo Bunda (izquierda), nuevo secretario técnico de Nacional
Pablo Bunda (izquierda), nuevo secretario técnico de Nacional.
Foto: Darwin Borrelli

Corría el año 2006 y el argentino Pablo Budna ya hacía rato que estaba inmerso en el mundo del fútbol. Su currículum y la suerte del destino lo habían acercado a la ciudad de Londres, adonde viajaba asiduamente para responder a sus obligaciones como scouting de Sudamérica. Un buen día, en un salón que compartían jugadores y parte del staff del club, vivió una situación inédita con el arquero alemán Jens Lehmann, quien unos días antes había dejado afuera del Mundial a la selección de su país.

“Este fin de semana me voy a Alemania a un programa de televisión porque se va a subastar el papelito con el que atajé los penales contra Argentina”, empezó diciendo. “¿A cuánto creen que lo van a subastar?”, insistió. Budna, que se había limitado a escucharlo hasta entonces, se vio en la obligación de interrumpirlo porque el suceso era muy reciente: “Te odiamos”, soltó, casi que sin pensar.

La anécdota pinta parte de la peculiar trayectoria deportiva que tiene el nuevo secretario técnico de Nacional, quien reemplazó en el cargo al ya despedido Sebastián Taramasco, que había ocupado ese rol durante los cuatros años previos (2021-2024).

Oriundo de Buenos Aires, pero formado en Estados Unidos, este argentino de 49 años es padre de dos hijas y está vinculado al fútbol hace más de dos décadas. Cuenta que tuvo una beca para jugar por una universidad, que vivió por años en Nueva York y terminó la carrera de management deportivo. “Cuando me fui, no hablaba nada de inglés, pero terminé entre los mejores alumnos y fue un momento extraordinario en mi vida. La universidad me ofreció hacer un máster y no dejé pasar la oportunidad. Cuando pasó lo de las torres gemelas, estuve muy cerca. Las vi caer y dije ‘necesito un tiempo. Abrieron los aeropuertos y el 20 de setiembre de 2001 me volví a Buenos Aires. Estados Unidos era un caos y Argentina también”.

Su perfil universitario y el interés por el deporte calzó justo con lo que buscaba Squadra, una empresa de representación de jugadores que estaba reconvirtiéndose y por esos días planificaba la despedida de Diego Armando Maradona del fútbol profesional. Budna recuerda al detalle hasta el día en que comenzó con su nuevo trabajo: “El 8 de julio de 2002 empecé y haciendo todo. Viajé a conocer clubes de afuera, estuve a cargo de 30 y pico de juveniles, empecé a editar los videos de los jóvenes en la empresa… Mientras iba trabajando, conocí a gente del ambiente del fútbol, entre ellos a los únicos dos scouts instalados en Sudamérica de clubes de Europa. Los dos estaban en Brasil: uno era el del Manchester United y otro del Arsenal. A uno lo empecé a acompañar a las canchas y resultó que el Arsenal, cuando quiso expandir su scouting en América, me contrató a mí para Argentina”.

En esas vueltas fue que conoció a Flavio Perchman, quien iniciaba su camino como representante, hoy es vicepresidente de Nacional y tres meses antes de la elección, aún desconociendo quién sería su compañero de fórmula, lo reunió y le dijo que ganaría: “Yo venía a Uruguay y lo veía, pero no era que tenía una relación tan fluida. Le dijeron mi nombre, llamó a mi exjefe y después a mí. Yo estaba en mi casa, después de 22 años, en un break. Estaba mirando más a (Franco) Colapinto que fútbol. ‘Voy a estar por Buenos Aires, ¿nos vemos? Me voy tirar como vicepresidente. No sé ni quién va a ser presidente todavía, pero voy a ganar’, me dijo. Yo dije: ‘Este está loco’”.

Flavio Perchman, vicepresidente de Nacional, en la ceremonia de asunción de la nueva directiva.
Flavio Perchman, vicepresidente de Nacional, en la ceremonia de asunción de la nueva directiva.
Foto: Estefanía Leal.

Pablo Budna y un Currículum con trayectoria internacional

Arsenal (2006-2011), Boca Juniors (2011-2016) y Manchester United (2016-2024) forman parte del extenso y nutrido recorrido de este profesional argentino, que empezó siguiendo al uruguayo Martín Cáceres durante un viaje express a Londres que se interrumpió para marcharse a Montevideo. ¿Su misión? Llevar el reporte de un jugador al que en su momento le vio condiciones, pero la traba, recuerda, fue que Defensor Sporting pedía “mucho dinero” y su altura (1,81 metros) sembraba dudas sobre si podía o no jugar como defensa central.

“Venía un montón a Uruguay. Vi a un montón de chicos y estuve en todas las canchas que se te ocurra. Este sudamericano Sub 20 va a ser el primero que no iré en 20 y pico de años” cuenta el scout, que dice haber creado la primera secretaría técnica de un equipo en Argentina, cuando Boca adoptó ese modelo y él, desde su rol, asesoraba a Daniel Angelici en las decisiones deportivas.

El secretario deportivo de Nacional, Pablo Bunda, en su experiencia en el Arsenal de Inglaterra
El secretario deportivo de Nacional, Pablo Bunda, en su experiencia en el Arsenal de Inglaterra.
Foto: cortesía

El gran acierto de Pablo Budna: descubrió al Dibu Martínez

Una de los goles al ángulo de Budna es el arquero argentino Emiliano Martínez, más conocido como Dibu, que emigró a Londres con 16 años. Lo llevó al Arsenal porque le vio condiciones, una altura determinada, potencia de piernas, pero en Inglaterra desarrolló una cualidad imprevista: la “mentalidad arrolladora”. También sugirió en su momento a Ángel Di María, al que siguió por seis meses y tenía un valor estimado de US$ 1 millón; no se la llevaron.

Emiliano "Dibu" Martínez en un calentamiento previo a un partido con la selección argentina.
Emiliano "Dibu" Martínez en un calentamiento previo a un partido con la selección argentina.
Foto: Emi_martinez26.

“Tener éxito para el afuera con su caso me tardó años, hasta el partido con Colombia de la Copa América, que atajó los penales y dijo ‘mirá que te como hermano’. Ese día me explotaba el teléfono. Pero hasta ese momento nadie sabía que el Dibu Martínez había estado a préstamo y se había ido joven. Estuvo años en el Arsenal sin que públicamente fuera tan conocido”, recuerda.

De una familia humilde, muy trabajadora, recuerda que su madre no había terminado de hacer el piso de la casa para pagarle el colegio privado. “Hay mucha gente, desde padres hasta agentes, que te dicen ‘ese es bueno’. Y yo siempre la pregunta que les hago es: ‘¿Bueno para qué? ¿O para dónde?’ No es lo mismo ser bueno para jugar en una Universidad de Estados Unidos que en Arsenal, Manchester, Nacional o Boca”.

“No me gusta decir que no existe el ojo clínico y tampoco me gusta decir que es suerte. No tenemos la varita mágica. Si no, sería re fácil. Tenemos indicios o intuiciones, pero no todo el scouting es lo mismo. Messi, por razones principalmente económicas, fue rechazado en equipos de Argentina. Pedían un dinero para hacer un tratamiento por un chico que no sabían si iba a crecer y quizá ningún club tenía las condiciones para pagarlo. El pibe fue a Barcelona, donde ese recurso para ellos era menor, vieron jugaban bien y apostaron. De hecho, yo hablé con entrenadores de Messi en Barcelona y me dijeron que era buenísimo, pero que nunca pensaron que Messi iba a ser Messi. En una secretaria técnica, como la de Nacional vos hacés otro tipo de scouting, que es para armar planteles. Lo importante acá es que podamos formar un buen plantel, donde haya jugadores de proyección y otros grandes que los sostengan. Al final, siempre tenés que ganar”.

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