ENTREVISTA
El futbolista anunció su retiro de las canchas y mañana debutará como técnico en Argentina; desde La Plata recordó sus primeros pasos y momentos icónicos.
La semana pasada fue especial paraÁlvaro “Palito” Pereira, anunció que colgaba los botines y poco después se incorporó a Defensores de Cambaceres, un equipo de la “D” de Argentina como director técnico.
El retiro, a sus 36 años, llegó motivado por la reflexión, las ganas de disfrutar de su familia y la decisión de que no fuera una lesión la que lo obligara a dejar su carrera deportiva.
“Las lesiones largas te hacen bajar 10.000 cambios cuando estás a full con la alta competencia. Por suerte, me tocaron ya de grande y creo que eso me hizo replantearme algunas cosas. Una vez que me recuperé, mi objetivo era que el día que me tocara retirarme, lo hiciera en una cancha y también tomar la decisión de hacerlo cuando yo tuviera ganas”, comentó el, ahora, exfutbolista a Ovación.
Su último equipo fue Estudiantes de Mérida en Venezuela, sin embargo fue esta última vivencia la que lo empujó a decidirse por colgar los botines.
“Fue una experiencia linda. La gente de Estudiantes fue espectacular, me mostró todo el cariño. Pero fue la primera vez que me separé de mi familia y eso en mi cabeza me afectó, estar lejos. Cuando volví en diciembre con el correr de los días y los meses empecé a disfrutar de otras cosas, como llevar a mi hijos al colegio, los entrenamientos, estar los fines de semana con ellos y estaba muy a gusto”, confesó.
Así fue que La Plata terminó por convertirse en su hogar definitivo. Su esposa es de la ciudad argentina y el jugador pasó gran parte de su carrera en ese margen del Río de la Plata, así que al momento de decidir donde vivir se inclinó por Argentina.
El lunes dirigió su primer entrenamiento en Defensores de Cambaceres y mañana debutará ante Central Ballester. “Fue todo muy rápido y con el correr de los días lo estoy asimilando. Con el cuerpo técnico nos cayó la ficha rápido, porque el sábado competimos y estamos más que nada en una etapa de conocimiento y armado del equipo”, detalló Pereira.
El flamante DT indicó que es consciente que debe adaptarse a su plantel para lograr los resultados. “Ha comenzado un lindo viaje. Esperemos que termine de la mejor forma”, añadió. Sobre sus anhelos en esta nueva etapa, sostuvo que aún es un poco pronto para hablar de ellos. “Espero y siento que estoy preparado para dar lo máximo y que todo el conocimiento que compartieron conmigo, intentaré transmitírselos de la mejor forma a mis dirigidos. A partir de ahí, si vienen logros, bienvenidos sean”, remarcó.
Una vida diferente
Además de su trabajo en Defensores de Cambaceres, el exfutbolista de la selección uruguaya trabaja en la escuelita de fútbol del Banco Provincia, donde el menor de sus hijos juega.
“Mis dos hijos (11 y 14) estaban en una escuelita y, cuando volví de Venezuela, los fui a ver a un entrenamiento. Ahí los profes me invitaron si quería ser parte”, reveló
Allí Pereira encontró un nuevo lugar donde disfrutar, vinculado al fútbol: “Empezamos tranquilos y contentos con los chicos. Trabajar con ellos es algo hermoso. Me agarra una nostalgia de cuando era niño y tenía ilusiones de llegar algún día”, contó.
A los pequeños que dirige, les genera curiosidad trabajar con un futbolista con su trayectoria y lo consultan: “me preguntan cómo lo logré y yo les digo que disfruten, se diviertan y que es una edad hermosa”, aseguró.
Sobre qué recuerda él de aquella etapa de su vida, Palito rememoró muy emocionado: “Los tiempos cambiaron y a mí me tocó estar en un equipo de barrio, donde el entorno era otro y hace 25 años, era un Uruguay diferente también. Me acuerdo de mi viejo, más que nada, llevándome de un lugar a otro, chupando frío con mi familia y también saliendo en el camión temprano para ir a las canchas y quedarse hasta el último partido alentando; al otro día levantarse temprano para ir a la escuela. Era una etapa muy linda, es como la frase ‘éramos felices y no lo sabíamos’”.
Sus hijos también quieren seguir sus pasos, sin embargo, asegura que evita presionarlos para que lo hagan.
“No soy un papá exigente, espero que a preguntarme para decirles algo. No me gusta exigirlos o retarlos por el fútbol, solo les doy algunos tips o consejitos pero nada más”, señaló.
Para sorpresa de muchos Palito intenta volverse invisible en los partidos de sus hijos.
“Disfruto de ir a verlos y llevarlos, pero me quedo en un rinconcito con mi termo y mate y cuando los veo jugar me pongo muy nervioso, ahora entiendo a mi papá”, enfatizó Pereira.
Trayectoria
Álvaro Pereira jugó en diez ligas diferentes en su paso por 14 equipos de fútbol; Miramar Misiones, Quilmes, Argentinos Juniors, CRF Cluj, Porto, Inter de Milán, São Paulo, Estudiantes de La Plata, Getafe, Cerro Porteño, Nacional, River Plate de Paraguay, SKF Sered y Estudiantes de Mérida.
Aunque había participado en amistosos, su debut oficial en la selección uruguaya fue en marzo de 2009, por Eliminatorias para el Mundial de 2010. Desde entonces jugó Eliminatorias, las Copas del Mundo de 2010 y 2014, las Copas América 2011, 2015 y 2016 y la Copa de las Confederaciones del año 2013.
La selección uruguaya y mucho más
“No salgo nada”, muchos uruguayos recuerdan la negativa de Álvaro Pereira tras desvanecerse en el Mundial de Brasil 2014 contra Inglaterra.
En el minuto 61 de aquel partido, Palito recibió un rodillazo en la cabeza de Raheem Sterling y se desvaneció en pleno campo de juego. Las imágenes eran escalofriantes: el jugador permanecía tirado en el suelo sin reaccionar. Cuando salió, se levantó y mientras el doctor Alberto Pan pedía el cambio, él se resistió y le dijo: “No salgo nada”. Hoy, ese recuerdo le da gracia y vergüenza, al mismo tiempo: “Fue algo que se dio. Yo cuando veo las imágenes me da vergüenza, digo: ‘mirá lo que hice’, ‘mirá lo que le hice al doctor’, pero eso es después de ver la imagen. En el momento no sabía ni dónde estaba, quería entrara a la cancha y ayudar a mis compañeros”, recordó.
Para Palito, todos los equipos por los que pasó fueron importantes y le cuesta elegir uno solo con el que identificarse.
“Todos los equipos en los que pasé por mi carrera me marcaron, desde Miramar Misiones hasta Porto, y tuvieron su momento especial. Siempre hay que ser agradecido al equipo le abrió las puertas y le dio de comer”, señaló.
Sin embargo, es consciente que para muchas personas fue un emblema de la selección uruguaya.
Si él tuviera tuviera que elegir una etapa con la Celeste, se queda con la Copa América de 2011, aseguró.
“Fue un momento hermoso y vino justo con la llegada de mi segundo hijo, así que esos momentos fueron muy lindos, que siento que se coronaron con la copa”, indicó.
Sobre su relación con el plantel de la selección uruguaya, sostuvo que siguen en contacto y que es un grupo muy unido. “Tenemos una relación que creo que va durar toda la vida”, concluyó.