Desde aquel amistoso en su querida Minas, a mediados de enero de 2005 y con la aparición de Luis Suárez en los últimos cinco minutos, Martín Lasarte (203 partidos dirigidos) empezó a construir su propia historia en Nacional. Fue con una goleada 5-0 a la selección de Lavalleja.
Sin saberlo, en aquella ciudad donde se crio gran parte de su familia comenzó a pulir una investidura como director técnico que el próximo sábado, 19 años después, le permitirá sacar pase directo al club de los históricos: se meterá en el top 5 de los que más partidos dirigieron a Nacional.
El selecto grupo lo lidera Ondino Víctor Viera, un histórico de la década del 30 que llegó a 457 presencias como entrenador, fusionando los encuentros oficiales con los de carácter amistoso. Es seguido de Héctor Castro, que tomó las riendas del equipo por primera vez en 1939, guió a los tricolores hasta 1946 y luego regresó por dos años en 1952.
Contemporáneo a Lasarte, y en el tercer lugar, quedó estancado en 253 partidos Hugo de León luego de su ciclo histórico de 1998 a 2001 y uno posterior en 2004. Ya le dejó en claro a Ovación que está a gusto con su vida en Brasil y que no tiene pensado volver a dirigir en ningún club.
Solo por delante de quien es hoy entrenador de Nacional están el Pulpa Etchamendi (227) y el brasileño Alfredo “Zezé” Moreira (204), que este fin de semana será alcanzado.
Lasarte, que esta vez tuvo los planetas alineados a su favor para conformar al cuerpo técnico, asumió su tercer ciclo a mediados de junio, en compañía del profesor Marcelo Tulbovitz, el exarquero Esteban Conde -que estaba despuntando como técnico y quedó libre de Danubio-, el exfutbolista Mauricio Victorino -que no acompañó a Jorge Bava en su aventura con León de México-, y Sebastián Flores como otro ayudante, algo que, según el presidente Alejandro Balbi, “hubiese sido imposible” en diciembre de 2023, cuando aún no se había confirmado si Álvaro Recoba iba a continuar al frente como el entrenador del plantel principal.
“Regresamos convencidos de que tenemos por delante objetivos para conseguir. (...) Tengo el privilegio de estar con un grupo fantástico de compañeros. Toda esta masa no hace más que motivarme para conseguir los objetivos que tenemos”, apuntó en su primer día al frente del micrófono Lasarte.
Mañana se cumplirán tres meses exactos de la primera práctica de este nuevo proyecto en el que se embarcó, que empezó endulzado por goles y una “piñata de caramelos” que Victorino le arrima al banco en la previa de cada partido.
Poco a poco, el tiempo fue apagando esa costumbre y lo que algunos pintaban como un mercado de pases histórico (por las llegadas de Sebastián Coates y Nicolás López) se terminó empañando con el sueño frustrado del Mundial de Clubes y, peor aún, la inesperada tragedia que vivió el club a raíz del fallecimiento de Juan Izquierdo. “Veníamos de una situación muy alejada de lo que es un contexto de un partido normal. Es muy difícil analizar todo desde otro lugar. Queríamos reencontrarnos con lo muy bueno que hicimos en el Intermedio”, dijo ayer el entrenador en diálogo con la radio Sport 890.
La esencia de la conducción de Lasarte
Rodeado de Juan Carlos de Lima y Rubén Sosa en su primer ciclo, Lasarte siempre se caracterizó por ser una voz de escucha. “Con todos habla, se acerca, pregunta. Sabe usar las palabras adecuadas”, dijo Christian Oliva a Ovación hace unos meses.
En su función, fue el encargado de hacer debutar a Luis Suárez. Cuenta la leyenda que Ricardo “Murmullo” Perdomo lo miró a los ojos y en dos ocasiones le repitió: “Subí a Suárez”. El resto ya es historia.
Hoy, si bien se sigue encarando de las charlas técnicas, deja en manos de sus colaboradores algunas otras tareas. Campeón de América y del mundo como jugador en 1988 y tricampeón uruguayo como DT, el sábado le agregará un nuevo párrafo a su legado.
Datos: atilio.uy.