Para no marrar tantos goles

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Entre los males habituales de nuestro fútbol se destaca la imprecisión a la hora de pegarle al balón, sea en pases o remates al arco. Tres son las maneras de perfeccionar la definición. La primera es mejorar la técnica a la hora de golpear al balón. Nada bueno se consigue si no es sobre la base de una adecuada fundamentación técnica. La forma de poner los pies con relación a la pelota, el equilibrio del cuerpo, con qué parte del pie se pega y en qué sector de la redonda. De todo eso dependerá el destino final del balón.

Otro tema fundamental es la práctica. La precisión es hija de la repetición. De ahí que sea muy relevante insistir horas en el trato de la pelota. Cuanto más se trabaje con ella más será una amiga que responda a lo que uno desea.

El tercer rubro es la confianza en sí mismo a la hora de jugar, pero también se vincula con el segundo ítem de este artículo. Cuanto más uno practica, más acierta. Y cuanto más se acierta se agiganta el arco y mayor es la predisposición para acertar. Las largas sequías de los goleadores se deben a crisis de confianza.

En dos recientes cotejos internacionales equipos uruguayos dejaron de ganar afuera de fronteras por defectos de culminación. La selección ante Chile y Nacional con River.

Los jugadores de Nacional tienen cerca la forma de mejorar. Sobe todo Lodeiro, joven de grandes condiciones, buen profesional y con la cabeza bien puesta. Ruben Sosa, que es zurdo como él, puede enseñarle a pegarle al balón y a quedarse horas haciéndolo.

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