Ya no es casualidad. A Uruguay, en los últimos años, se le ha hecho cuesta arriba jugar en suelo ecuatoriano y los números, dejando al margen la derrota (1-2) de este martes, lo prueban fácilmente.
En el tintero quedó aquel recordado triunfo en 2009 de la mano de Luis Suárez y Diego Forlán, que le dio la victoria agónica a la Celeste para llegar ahogado al repechaje y finalmente sacar a última hora los boletos para el Mundial de Sudáfrica 2010.
Desde entonces, pasaron 14 años en los que Uruguay se enfrentó cuatro veces a Ecuador jugando como visitante, donde se repitió siempre el mismo patrón: en todas esas visitas, se volvió a Montevideo con las manos vacías.
A diferencia de lo que había pasado entre 1970 y 1994, donde Quito se acostumbró a sentir el poderío celeste, la historia se corrió hacia el lado de los ecuatorianos a partir de 1998 —y particularmente en el Siglo XXI— al punto de dejar el historial en seis victorias uruguayas, dos empates y cinco triunfos de Ecuador, incluyendo el último de este martes.
La Celeste, como visitante ante la Tri, cayó recién por primera vez en la Eliminatoria para la Copa del Mundo de Francia 1998 con goleada por 4-0.
A partir de allí, empató 1-1 camino a Corea y Japón 2002, ganó de atrás previo al Mundial de Sudáfrica y lo que le siguieron fueron tres derrotas consecutivas que se extendieron a cuatro tras la caída de esta noche: 1-0 para Brasil 2014, 2-1 para Rusia 2018, 4-2 para Qatar 2022 y 2-1 rumbo a Estados Unidos, Canadá y México 2026.