“Yo los pago, los pago, pero ¿quién la vende?”, comentaba un señor de unos 70 años a una pareja de argentinos en una calle de Souq Waqif. El “los pago” refería a unos US$ 2.500, precio que la pareja comentó que les habían pedido por una entrada categoría 2 para la finalentre Argentinay Francia. A unos metros otro argentino comentaba que por una entrada Hospitality, una especie de VIP de FIFA, le habían pedido US$ 5.000.Y ese diálogo se repetía en cada grupo unas horas antes de las 18:00, hora en la que comenzó el último banderazo de aliento organizado por los fanáticos. Se estima que en Qatar hay unos 40.000 hinchas albicelestes y muchos de ellos no tienen entrada. Algunos se manifestaron en la puerta del hotel de los dirigentes de la Asociación Argentina de Fútbol (AFA) para pedir una solución pero hasta la noche de este sábado en Qatar era el problema más comentado.

Martín y Brenda decidieron viajar hace una semana tras el triunfo ante Países Bajos. Primero aseguraron las entradas para la semifinal y luego sacaron pasaje y estadía. Lo que no les preocupó en aquel momento era la entrada para el último partido. Este sábado, a menos de 24 horas del juego, seguían sin poder conseguir un ticket. A unos metros tres personas tenían sus bicicletas contra una pared y un cartel: “we need a final ticket”. Son tres miembros de “Todo a pedal”, tres amigos que recorrieron más de 10.000 kilómetros por África, con el objetivo de llegar a Qatar a alentar a la selección de Scaloni. Desde que llegaron vieron todos los partidos pero para este tampoco tienen ingreso garantizado.

Y entre charla, mensajes y comentarios la zona del Pulgar de Souq Waqif se empezó a poblar. “Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar”, “esto es para Diego, que nos mira desde el cielo” y otras canciones fueron coreadas por cientos de personas que llenaron la calle. Fue la convocatoria más importante en lo que va del Mundial y la policía debió reordenar a los hinchas en un par de oportunidades porque hacían imposible la circulación.

Los argentinos están eufóricos. Están ansiosos, también, pero en el ambiente se notaba un clima de ilusión y esperanza. La hinchada fue guiada por “Tula”, un histórico hincha de 82 años, que va con su bombo a todas partes. Tres banderas de palo de gran tamaño ondeaban entre la gente: una con el número 10 y el nombre de Maradona, otra con el 10 levantando la Copa del Mundo y la tercera con Messi y Riquelme haciendo la seña del Topo Giggio y la frase “Anda pallá bobo”.Argentina disputará este domingo la sexta final del mundo de su historia. Los hinchas tienen esa gran obsesión pero sin descuidar la otra, más pequeña pero importante: conseguir una entrada.

En redes sociales se ha viralizado una canción argentina en la que hacen referencia a que algunos jugadores franceses no son nacidos en Francia (solo tres de los 26 nacieron fuera del país). La letra tiene contenido xenófobo y también de discriminación sexual. En un momento del banderazo un grupo de hinchas comenzó a cantarla y otros miembros de la hinchada intercedieron para que dejen de hacerlo. Instantáneamente cesaron con esa canción, que no volvió a repetirse en la noche de Doha.