En abril de 2023, Paulo Pezzolano y su cuerpo técnico dieron un paso fundamental en su carrera: se hicieron cargo, por primera vez, del Real Valladolid que luchaba por la permanencia en la LaLiga de España.
El entrenador que hizo sus primeras armas en Montevideo City Torque, pasó por Liverpool y llevó su idea de juego al Pachuca en México, crecía una vez más de la mano del brasileño Ronaldo Nazário, quien un año antes le había confiado el ascenso del Cruzeiro de Brasil.
De la mano del crack brasileño y su grupo de trabajo asumió el desafío de intentar permanecer en primera -con chances hasta la última fecha- y ahora de devolverlo a la categoría de privilegio. Con una victoria reciente bajo el brazo y los deseos de mantenerse en ese camino, Pezzolano conversó con Ovación.
-Repasando un poco las experiencias que tuviste en City Torque, Liverpool, Pachuca, Cruzeiro y Valladolid, ¿cuáles son las principales diferencias que fuiste encontrando?
-Yo creo en un modelo de juego de posesión y de tener protagonismo con la pelota. Conseguimos llevarlo adelante en Torque, Liverpool y en Pachuca, por momentos lo hicimos muy bien. Pero en México es un fútbol del 90% transición. Las canchas son ciudades de altura, perdés el balón, los extremos de todos los equipos son verticales. Entonces fuimos agregándole cosas al juego, para que nos favorezcan en ese momento. Después pasamos a Cruzeiro en Brasil, donde supuestamente era imposible hacer lo que nosotros queríamos, porque el fútbol de ese país tiene 60 o 70 partidos al año. Un equipo con tanta intensidad como nos gusta a nosotros era difícil de tener, pero rompimos también esos mitos. La gente quedó muy contenta, logramos un equipo intenso y una gran identidad. Y después pasamos a Valladolid. Con el mismo dueño, buscamos repetir, pero a veces tenés diferentes jugadores y tenés el apuro de los puntos. Entonces fuimos aprendiendo y creciendo, agregándole algo más híbrido. Entonces, bueno, fuimos adaptando detalles y creciendo. Hoy en día estamos en la segunda división y estamos con un equipo más vertical. Dentro de lo que creemos vamos moviendo un poco la cintura y adaptándonos.
-Tu debut en LaLiga estuvo marcado por aquella discusión con un árbitro. ¿Cómo fue esa adaptación también a las distintas maneras?
-Nosotros somos más efervescentes y te vas adaptando. Hoy en día estás parado en la cancha y sabés que no tenés chance de hacer nada. Vas aceptando muchas cosas: el árbitro es un humano, va a tener errores y va a acertar. A veces veo que algo es a favor nuestro y después lo mirás en la cámara y no es tan así; entonces te vas adaptando y pensás más en el juego, te tenés que olvidar más de los árbitros. Es crecimiento también, ya sea que seas entrenador joven en una nueva liga, nuevo ambiente, nuevo entorno, te tenés que ir moldeando.

-Hace unos días salieron declaraciones de Ronaldo catalogándote como el “técnico del futuro”. ¿Cómo es ese vínculo?
- Te da orgullo, porque no lo dice un dueño que nunca jugó al fútbol o alguien que te ve. Te lo está diciendo Ronaldo, uno de los mejores jugadores de la historia. Él ve, cuando viene, nuestra manera de entrenar al equipo, de gestionar dentro del club a la gente, como te digo, el entrenador tiene que saber gestionar un staff muy grande, gestionar a los jugadores dentro y fuera de la cancha. Entonces que lo diga él, después de tantos entrenadores campeones del mundo que tuvo, a mí me enorgullece y bueno, y te hace ver que estás por buen camino, ¿no? Y que tenés que seguir creciendo, viendo detalles, pero que estamos en buen camino.
🟡 #RonaldoEnLaSER | @Ronaldo “Pezzolano es el ideal para sacar lo máximo de los jugadores y lo veo como el futuro del @realvalladolid “
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-Al margen de eso, ¿cómo es él en la cotidiana?
-No viene mucho, aparece una vez cada dos meses o de repente te viene al mes y está dos o tres días. Cuando está es una persona muy humilde, se acerca mucho, escucha mucho y cuando viene, está viendo los entrenamientos con nosotros y la verdad que muy bien.
-Este año fue el año de los entrenadores uruguayos en España. Estuviste vos, después Diego Alonso (Sevilla), ahora el Cacique Medina (Granada). ¿Por qué te parece que se dio ese momento?
-Es muy difícil entrar. Queda feo decir que porque nosotros trabajamos bien, entonces le abrimos las puertas a lo demás. Pero se habla mucho de la humildad del trabajo. Eso se está charlando mucho fuera de la cancha en España. Se ve el amor, el cariño, la ambición y la humildad en el trabajo del día a día. Ver que llegan compatriotas que tendrían que estar antes que yo acá es espectacular. Porque quiere decir que se abren las puertas, porque si viene un uruguayo y hace las cosas mal, difícilmente quiera que otro atrás. Entonces es el orgullo y lo más lindo como entrenador, saber que estás haciendo las cosas por vos, pero también por gente que quiere venir y estar en este lugar. Para mí eso es espectacular. Si hacés las cosas mal o no tenés ética, difícilmente llegue otro uruguayo a tu puesto.

-Diste un seminario hace unos meses en Europa en el que sorprendiste con tu metodología. ¿De qué se trató eso?
-Soy un entrenador que considera que nosotros somos todos uno con el cuerpo técnico. Hoy en conmigo está Camilo Speranza, mi asistente número uno; Joaquín Papa, asistente número dos; Gonzalo Álvarez, es el profe físico; Manuel Ramas, analista del cuerpo técnico; y Matías Filippini, que es la persona que me acompaña en todo como un coordinador personal, no cualquier cuerpo técnico tiene una persona que está en todos los detalles y arriba nuestro, porque a veces me hace estar en el psicólogo y entiende lo que precisa el equipo y la institución. Después tenemos trabajadores de la institución y nuestra virtud es que todos se sientan partícipes. Tratamos de marcar la importancia de cada uno dentro del club, de lo que estamos para sumar y si hay alguno que no se alinea, no puede estar, quienes estamos lo hacemos al 100% con el objetivo muy claro. Después lo que llama la atención la metodología que tenemos, cómo la llevamos a cabo a la semana, dentro del audiovisual, dentro del trabajo alineado en el día y en la semana, también viendo la fortaleza, la dignidad del rival, tenemos una manera muy particular de hacerlo que gustó y gusta mucho cada vez que tenemos la suerte de que nos vengan a ver colegas. Eso quiere decir que vamos por buen camino y es algo diferente.
—¿Hay algún entrenador que mires vos específicamente o que hayas mirado para ir construyendo tu identidad como entrenador a lo largo de estos años?
— Cuando inicié, siempre dije que me gustó el Barcelona de Pep Guardiola, era un equipo que para mí era superior a todos los que jugaba. Podía perder, pero a mi entender del fútbol era siempre superior al rival. Me gustaba mucho el juego que hacía y todos decían qué juego aburrido pero tenía muchas variantes. Después vas agarrando equipos y hay ligas en las que lo podés intentar hacer y replicar, aunque sea el 1% de lo que hacía, que podés ser superior al rival con la pelota. Creo que en Uruguay lo hicimos muy bien. En México, por un momento, también y en otro momento nos costó un poco más, en Brasil lo hicimos excelente. Acá todos los equipos lo intentan hacer, todos los entrenadores tienen un juego muy de movimientos ofensivos, tratan de detener la pelota, tratan de recuperarla lo antes posible, entonces hay muchas presiones. Después hay sí dos o tres equipos que lo hacen al 100% y lo hacen espectacular. Después acá vos tenés contratos de jugadores y tenés características capaz que no podés hacer 100% de lo que vos querés, entonces te vas adaptando en detalles. Dentro de esa línea lo vas intentando, pero en mucho menor manera.
-¿Cómo viviste la salida de Martín Varini, quien estaba contigo y que se fue a Defensor Sporting?
-Me pone muy contento. Tuve la suerte de convencer a Martín que venga conmigo. Cuando contratás gente muy valiosa y capacitada, sabés que la vas a tener por poco tiempo. ¿Por qué? Porque siempre alguien lo va a llamar para mejorar. Tuve la suerte de tener a Martín dos años conmigo. Hoy está en Defensor y soy su hincha número uno, para mí es un orgullo haberlo tenido. Le va a ir muy bien, es una persona muy preparada en todo sentido, una gran persona, muy joven y tiene para ser una carrera impresionante.

-¿Cómo viste el campeonato de Liverpool después de haber sido parte del cambio institucional?
-Muy contento por Liverpool, la institución, el presidente y la gente. Era una institución que sufría mucho. Siempre sacaba jugadores, pero no podía conseguir los títulos que quería. Pero para mí el orgullo más grande fue encontrar el camino en el modelo de juego, totalmente diferente a lo que hacía y haber iniciado ese camino junto al presidente (José Luis Palma) y Gustavo Ferrin, que es una gran persona y ver cómo fue evolucionando, cómo sigue creciendo, con títulos, cada vez venden más jugadores. Hay que tener una grandeza tremenda, como la tuvo Palma, para ir por esa línea y confiar en eso.
- Ahora que estás en Europa y el gran salto como entrenador, ¿te gustaría volver a entrenar a algún equipo uruguayo o a Nacional y Peñarol?
-Son clubes grandes en el mundo, ¿no? Peñarol y Nacional se los nombra en todos lados. Nunca se sabe las vueltas de la vida. Obviamente que en algún momento capaz que podemos tener la suerte de volver a Liverpool. La aspiración es siempre seguir creciendo como entrenador y estemos donde estemos, que se note que nosotros pasamos, sea con resultados, con cultura de trabajo, pero en algo el club tiene que crecer. A veces hacés cosas que no son tangibles pero dejás un movimiento bien formado, lineamientos internos que no se ven y que son más importantes que un resultado.

-Con Valladolid la prioridad será el ascenso…
-El ascenso, es obviamente la prioridad deportiva, también tenemos prioridades institucionales. Estamos cambiando internamente y mejorando la cultura de trabajo, con un lineamiento interno institucional diferente, que nos gusta mucho para ir generando esos cimientos que en un futuro, si tenemos la suerte de ascender, que no sea solo el subir y después de nuevo bajar. Buscamos solidez para que el jugador que tiene el Real Valladolid valore de dónde viene, valore donde está, saber que es un club histórico, somos unos privilegiados de estar en este club, como cuerpo técnico, como entrenador y que los jugadores que pasan por acá, que valoren todo eso. Ojalá logremos el ascenso, no es fácil y hay muchos equipos históricos en Segunda División.
—Entonces es un proyecto más a largo plazo, ¿no?
—Es difícil hablar de largo plazo. Nosotros tenemos renovaciones automáticas, todo eso, pero es difícil porque también, como sabemos, necesitamos los resultados. Pero si ves a la institución, ves cómo nos quieren, dónde nos quieren, cuánto tiempo nos quieren y a nosotros también nos gustaría, pero bueno, después hay muchas cosas que pasan en el camino. Ojalá que se vaya dando todo para estar mucho tiempo y consiguiendo cosas importantes.
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