TRICOLORES

Nacional está tocado. Desdibujado en su identidad futbolística y perdiendo valores que lo hicieron alcanzar el mejor lugar de todos en la Tabla Anual. Encontrar el bálsamo tranquilizador, que solamente se consigue con las victorias, pasa por un cambio profundo en el rendimiento. El individual y el colectivo.

Lo que le hace mucha falta al tricolor de Jorge Giordano es un juego más entusiasta y que transmita las seguridades que hoy se perdieron.

A esta altura ya no se pueden disimular los 7 pecados capitales que se están cometiendo en los cotejos, muchos de los cuales fueron demasiado notorios ante Cerro Largo.

No construyó las jugadas en el mediocampo de forma fluida y el equipo no tuvo sorpresa. Increíblemente fallaron en el manejo de la pelota sus volantes más creativos. Desapareció el pase filtrado y tampoco se explotó bien a sus extremos veloces y hábiles.

La desorganización fue notoria en la pobre cobertura que se hizo por los laterales. Armando Méndez y Agustín Oliveros fueron superados, perdieron en el uno contra uno frente a los jugadores arachanes, pero lo más significativo es que ningún compañero los asistió para terminar con ese problema.

Aunque parezca mentira, en el Antonio Ubilla de Melo no hubo remates al arco. Tampoco apareció el liderazgo de un jugador que sea capaz de contagiar que es posible vulnerar la resistencia defensiva del adversario con su habilidad. 

Rompió los ojos que no se preparó las jugadas para las que defina Gonzalo Bergessio. De hecho, en los últimos 300 minutos de juego (120 ante Wanderers, 90 con Rentistas y 90 con Cerro Largo) al capitán le concedieron cinco oportunidades para rematar. Poquísimo. Jugando así van a seguir contribuyendo para que se incremente la sequía del goleador.

Nacional volvió a empatar un partido. Van tres seguidos, porque ante Wanderers se obtuvo el éxito mediante los penales. Ahora sumó así una nueva decepción porque de los últimos diez encuentros apenas pudo triunfar en uno: ante Boston River en el cierre de la fase de grupos del Torneo Intermedio.

Además de fallar en los remates directos, sus tiros de esquina fueron muy defectuosos, lo que le impidió, por ejemplo, utilizar el gran recurso que aportan entre otros Guzmán Corujo y el propio Bergessio. En la primera mitad los cuatro envíos que se mandaron desde la derecha quedaron cortos.

A diferencia de lo que ocurrió en los inicios de su conducción del primer equipo tricolor, cuando metía rápido mano al banco de suplentes, esta vez el DT no revitalizó a su mediocampo y equipo fue perdiendo energía. Además, ante el cansancio notorio, se guardó dos variantes. Tiene que manejar el plantel que le quedó, es eso o provocar que sus jugadores se fundan. 

Nacional, entonces, fue un auto con la caja de cambios averiada y con un motor conducido a bajar revoluciones. Son, en gran medida, los 7 pecados o errores que indefectiblemente lo alejaron de la chance de ganar.