Enviado a Rosario - Argentina
Ignacio Ruglio, presidente de Peñarol, y Gonzalo Belloso, titular del Canalla se cruzarontras el encuentro y el dirigente uruguayo mostró su molestia por lo sucedido en el Gigante de Arroyito por Copa Libertadores en el juego donde el local se impuso por 1-0.
Es que en la previa, mientras los 3.000 hinchas aurinegros que viajaron a Argentina ya estaban instalados en la parte baja de la cabecera Génova, se desataron una serie de situaciones de violencia.
Lo que pintaba para una fiesta no fue tal. A poco más de una hora para el comienzo del partido entre Rosario Central y Peñarol se desencadenó una inesperada situación en el Gigante de Arroyito.
Mientras los hinchas carboneros ya estaban cantando en su sector, se dio un hecho que provocó mucha violencia. Según confirmaron a Ovación desde Rosario Central, un hincha aurinegro lanzó una bomba de estruendo hacia la parte alta, donde estaban ubicados los parciales canallas que de a poco iban llegando al escenario.
Esto provocó que los anfitriones comenzaran a tirar hacia abajo las vallas que estaban ubicadas al borde del segundo anillo. El clima ya no era de fiesta ni mucho menos.
La seguridad privada puso manos a la obra para persuadir a los violentos y mientras tanto la Policía sumaba refuerzos para armar un cordón ya que los parciales de Peñarol tiraron al piso el vallado de su sector en varias oportunidades.
Minutos después, la situación no se calmó. Dos parciales mirasoles saltaron a la cancha y fueron controlados por la seguridad privada.
La queja de los hinchas de Peñarol era por el poco espacio que les dieron en ese sector de la tribuna Génova baja ya que hubo que ubicar a 3.000 uruguayos en un espacio no mayor a los 2.000 lugares.
El clima se calmó a pocos minutos de empezar el partido cuando personal del club agrandó el espacio en el que se estaban ubicando los hinchas aurinegros que fueron víctimas de esa situación ya que muchos no pudieron acceder a la tribuna en tiempo y forma.
Este episodio se sumó al lamentable hecho que le tocó vivir a los futbolistas de Peñarol una vez finalizado el encuentro. Los jugadores fueron a saludar a los hinchas ubicados en la tribuna y luego de eso, los plateistas de Rosario Central comenzaron a tirarle proyectiles a los mirasoles.
El que se llevó la peor parte fue Maximiliano Olivera, quien sufrió una pedrada y un corte en la cara, hecho que obligó a trasladarlo a un centro asistencial en compañía del presidente Ignacio Ruglio.
Y precisamente el titular aurinegro le hizo saber su descontento a su par canalla, Gonzalo Belloso, quien tuvo un gran encontronazo con Ruglio porque el dirigente uruguayo le recriminó el accionar de Rosario Central a la hora de asignar el lugar a los hinchas aurinegros en el Gigante de Arroyito.
De hecho, tras el encuentro, Eduardo Zaidensztat, vicepresidente de Peñarol, afirmó: "Si el que quiso agredir a Ruglio es el presidente de Rosario Central es una vergüenza institucional".
"Hay mucha molestia con la policía local. Elegimos el hotel porque estaba a 12 minutos del estadio y demoramos 36 minutos en llegar, nos dimos cuenta de que nos estaban paseando. La policía tomando parte por el equipo local, un disparate total. Conmebol tiene que tomar cartas en el asunto", sentenció Zaidensztat.
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