TORNEO APERTURA

Peñarol no jugó mal como lo venía haciendo en los últimos partidos. Jugó mucho peor y eso es lo más preocupante. Perdió en la hora ante un tímido equipo de Cerro Largo y quedó oficialmente fuera de la lucha por el título del Torneo Apertura que hoy resolverán Liverpool (29 puntos) y Nacional (28). Ayer mostró su peor cara en un semestre donde, así y todo, la sacó bastante barata.

El aurinegro no muestra signos de evolución. Todo lo contrario. A nivel de números, está claro que las cosas no salieron nada bien. Perdió 19 puntos en el certamen y la mayoría de ellos con equipos que están fuera de la pelea. Le ganó tanto a Liverpool como a Nacional, pero dejó unidades con los equipos más débiles.

El problema es de identidad, está a la vista. Mauricio Larriera probó absolutamente todo el plantel y nunca pudo definir un equipo: ni en esquema táctico ni en nombres.

El mirasol cuenta además con un problema enorme en la resolución de las jugadas. En todo el Apertura hizo apenas 10 goles. Solo Cerrito y Cerro Largo anotaron menos. Para tener como referencia, por ejemplo, Nacional marcó 27 y Liverpool y Deportivo Maldonado 20.

Claro que no toda la responsabilidad es del DT y los jugadores. Los dirigentes, que ya reconocieron públicamente errores en el armado del plantel, y la estructura deportiva tienen su cuota de responsabilidad. Ayer algunos de los refuerzos que Peñarol fue a buscar unos meses atrás como soluciones ni siquiera integraron el banco de suplentes: Bryan Olivera y Facundo Bonifazi, por ejemplo. Lucas Viatri, que venía simplemente con el objetivo de poder destrabar algún partido, en la recta final del torneo terminó siendo titular indiscutido. Peñarol necesita recuperar la identidad. Reforzar el plantel y bien, obvio, pero definir a qué quiere jugar y con qué argumentos.

El encuentro llegó a los 25 minutos sin ocasiones de gol. Apenas con un par de centros del local que terminaron en las manos de Lucero Álvarez y con un remate de afuera del área de Jonathan Ramis que se fue desviado.

Después de la media hora, Peñarol se adueñó de la pelota. Sin embargo, le costó transformar eso en chances claras para convertir. Solo tuvo un cabezazo de Viatri que se fue apenas por encima del horizontal tras un tiro de esquina.

En el complemento el aurinegro repitió más de los mismo, por lo que comenzó a tomar riesgos. Se adelantó en la cancha y con más ganas que ideas buscó inclinar la cancha.

Sin embargo, volvió a resolver mal y nunca puso en aprietos a Álvarez. Y encima se regaló atrás. Cerro Largo no había aprovechado casi ningún contragolpe, pero a dos minutos del final resolvió bien y le dio un cachetazo. Jorge Benguché aguantó la pelota al borde del área y puso un pase filtrado para Christian Tizón que hizo la diagonal, se sacó a Neto Volpi de encima y mandó la pelota al fondo del arco.