TORNEO CLAUSURA
El carbonero volvió a mostrar su intensidad en el juego pero otra vez no pudo vulnerar a una defensa y dejó puntos por el camino.
La soleada y calurosa tarde del Prado arrancó con un buen sabor para Peñarol. Pintaba para goleada aurinegra por cómo comenzó el partido: tres chances claras de gol en apenas ocho minutos de juego en el Parque Federico Omar Saroldi.
La intensidad que puso el equipo de Mauricio Larriera parecía ser demasiada para un River Plate que no tenía cómo controlar los ataques del conjunto visitante.
Pero con el paso de los minutos y luego de que Peñarol generara cuatro situaciones de peligro en 13 minutos, en la primera chance que generó, el darsenero anotó.
Combinación entre Tiago Galletto y Pablo García, pisaron el área, el volante tocó suave y falló la defensa, Neto Volpi incluido, y la pelota se metió mansita en el arco.
Y más allá del error y ese golpe que sufrió Peñarol, el equipo no se vino abajo. Siguió proponiendo en la ofensiva, siguió apostando a su idea de juego y dominó.
Pero otra vez el carbonero tuvo un problema bastante recurrente como el de no saber cómo vulnerar a las defensas que se le cierran y le cortan los circuitos de juego.
Si bien Peñarol dominó campo y pelota y tuvo sus chances, lo hecho en el segundo tiempo distó mucho de la intensidad de la primera parte y a eso hay que agregarle la falla a la hora de la definición: el carbonero generó más de 10 situaciones de peligro sobre el arco de Salvador Ichazo, a quien transformó en figura, y solamente pudo anotar un gol que fue de penal.
Las ausencias de Peñarol
Peñarol también tuvo ausencias de importancia ya que Kevin Dawson, Giovanni González, Facundo Torres y Agustín Álvarez Martínez están en la selección uruguaya y a pesar de eso, el equipo no disminuyó su nivel, tuvo juego asociado y generó chances de gol.
Y quizás lo que se extrañó más fue la jerarquía del canario dentro del área o el cambio de ritmo de Torres en la ofensiva del carbonero.
Lo cierto es que Peñarol sigue teniendo una cuenta pendiente y es la de cómo poder vulnerar a las defensas que se le cierran y le cortan los circuitos, pero a eso se le suma la poca efectividad en el área rival y alguna falla en su propia área que le cuesta caro.
Ahora el equipo de Larriera, que no tendrá a Juan Manuel Ramos debido a una luxación acromio clavicular, sin lesión ósea, deberá aprontar un partido clave porque el viernes recibirá en el Campeón del Siglo a Cerro Largo, su escolta en el Torneo Clausura.