José "Pepe" Herrera conoce muy bien el mundo Peñarol : salió de las formativas del club y logró proclamarse campeón de la Copa Libertadores en 1987 tras el increíble gol en la hora de Diego Aguirre frente a América de Cali en Santiago de Chile.
Es muy amigo de la Fiera con quien compartió equipo como futbolista y luego lo tuvo como entrenador en Peñarol en 2003. En la actualidad, el excampeón de América con la selección uruguaya en 1995 es intermediario de futbolistas y en dialogo con Ovación puntualizó que los directivos de la institución mirasol “no están preparados” ya que priorizan “sus problemas personales".
-¿Cómo se armó el Peñarol campeón de América en 1987?
-Peñarol no se armó para salir campeón de la Copa Libertadores. Se formó un buen equipo, se trajeron pocos jugadores y varios quedaron del año anterior. Se fue dando y el equipo jugó muy bien. Además, tuvo un poquito de suerte y logró llevarse el título. Asimismo sabíamos que iba a ser difícil pelear la Libertadores debido a que había equipos muy potentes como River Plate argentino, que venía de ser campeón de América y del Mundo (en 1986), Independiente de Avellaneda, los rivales brasileños eran muy duros e incluso América de Cali, que tenía un equipazo. Aunque al final se nos dio.
-Peñarol venció 4-2 a Independiente y le quitó un invicto histórico de 33 partidos sin perder en Copa Libertadores en su estadio la Doble visera...
- Es verdad. Fue el primer partido que perdió Independiente en su estadio por la Copa Libertadores.
-¿Eran muy complicadas las “viejas Copas Libertadores”?
- La de 1987 fue muy jodida y no con los argentinos, sino que fue difícil frente a los colombianos. Nos pusieron en los asientos del vestuario un polvillo que le decían “pica pica” y al sentarnos era impresionante lo que nos picaba todo el cuerpo. Además, las complicaciones a la hora de trasladarnos al hotel. Es más, el día anterior a la final fuimos a entrenar al estadio y esperamos para entrar porque justo se desarrolló una competencia de atletismo y cuando nos fuimos al hotel el ómnibus ya se había ido y debimos esperarlo cerca de media hora.
- ¿Ustedes le hicieron algo al América de Cali?
- No, solo que los camilleros y los alcanza pelotas eran conocidos nuestros.
- ¿Qué hacían?
- Si había que hacer las cosas rápido, lo hacían. Si había que enlentecer todo, lo hacían. Era sólo para manejar los tiempos del partido. Porque no queríamos que uno de ellos estuviera 15 minutos tirado en el suelo. Es por esto que esos camilleros venían, los metían y los sacaban rapidísimo.
-A vos te expulsaron en la tercera final de la Copa Libertadores. ¿Cómo fue vivir el desenlace desde afuera?
- Tan solo faltaban 20 minutos para el final del partido y, sinceramente, fue horrible porque me tuve que ir de la cancha. Además, estaba con una angustia bárbara hasta que llegó el gol de Diego (Aguirre). Ahí cambió todo, aunque no lo disfruté tanto por el error que había tenido. Por suerte, Diego me salvó porque de haber perdido me hubiese pasado toda la vida pensando en el error que tuve en esa final.
-Tenés cuatro Uruguayos con Peñarol. El último fue en 2003 y lo ganaste con Diego Aguirre como entrenador. ¿Cómo fue tenerlo de compañero y de director técnico?
- Divino porque nos encontrábamos en diferentes facetas: él como técnico y yo como jugador. Fue muy disfrutable. Aparte cortamos una racha de tres títulos seguidos de Nacional, que esa era nuestra intención. A mí me fue mal porque me fracturé el brazo. Sufrí mucho ese año porque falleció mi papá. Aunque desde el punto de vista deportivo salió todo como esperaba.
- Ya en la actualidad, ¿qué te pareció el asado que hizo Aguirre en su casa con la intención de unir a todo Peñarol?
- Se trató de una estrategia muy inteligente de Diego en demostrar y querer unir a Peñarol, aunque teóricamente tendríamos que estar todos del mismo lado. Pero sabemos que eso no es así, debido a que es como la política. Es muy difícil porque hay una competencia entre bandos: el que manda quiere quedarse con el poder y luego están los que quieren ganarle. Fue bueno lo de Diego, aunque creo que no va a tener su fruto.
- Fue una buena señal por lo menos...
- De parte de Diego sí. Les mostró a los directivos el camino que deben seguir, aunque creo que con las cabezas que hay hoy en la dirigencia de Peñarol va a ser imposible que esto funcione.
- ¿Está muy politizado el club?
- Totalmente.
- ¿Esto pasaba en tu época como futbolista?
- No por las personas que estaban en la directiva. Cuando subí a la Primera División de Peñarol el presidente era Washington Cataldi: un señor, un genio, un tipo sumamente inteligente y era imposible que tratara de dividir a la institución. Luego llegó el contador (José Pedro) Damiani y en el medio estuvo Carlos Lecueder. Pero, básicamente, tuve a esos dos presidentes que tenían más capacidad que los directivos que están hoy.
- ¿Notás que el club está muy dividido?
- Hoy se llega a ser presidente de Peñarol sin estar preparado, sin tener la capacidad para hacerlo, solo por el hecho de ser hincha y eso creo que al final se paga.
- ¿Qué es estar preparado?
- Tenés que saber de negocios, saber también cómo se maneja el fútbol, conocer mucho a los empresarios, a la dirigencia de la AUF, los reglamentos, tenés que estar al tanto de muchas cosas y no solo pensar en estar ahí por tu bien. Hoy hay gente que vive de esto, sea presidente de Peñarol o de otros equipos y eso es muy malo.
- ¿Ignacio Ruglio está preparado?
- No y con esto no digo que no sea hincha de Peñarol. Ahora, estoy seguro de que no está preparado y Ruglio no vino a salvar a Peñarol, sino que fue al club para salvarse a sí mismo y lo está logrando. Solo el hecho de que tengas votos no te hace un buen presidente. Antes para llegar a ese cargo había que tener más cosas, no solo en Peñarol, sino en cualquier otro equipo. Esto va en decadencia, la dirigencia de Peñarol, la del fútbol uruguayo y perjudica de cara al futuro.
- ¿Fue muy pobre la gestión de Peñarol en estos tres años?
- No solo en estos últimos tres años, porque para atrás también. Sin embargo, ha ido decayendo lo que es el tema dirigencial, pero, lógicamente, se notó más en estos tres años.
- Se cambió de director deportivo, llegaron jugadores que no estaban en su mejor condición física. ¿Sucedieron situaciones que no debieron darse en Peñarol?
- Hubo errores. No tengo la lista, pero en los últimos años llegaron al club algo así como 60 jugadores y solo funcionaron dos: eso significa que las cosas se están haciendo mal. Porque cada vez que tomás 10 decisiones y le errás en ocho, quiere decir que no sabés, que te están aconsejando mal o hay otra cosa que no tiene sentido.
- ¿Nunca te llamaron para poder participar o trabajar en el club?
- Nunca participé de nada. Hablo con algunos directivos, aunque hoy en día no tengo tanto contacto.
- ¿Tu intención es continuar siendo un hincha más o te gustaría involucrarte?
- Como hincha siempre, hasta el día que me muera, pero por ahora no tengo ninguna intención de involucrarme, menos con gente que no está capacitada. Por ejemplo, lo que sería la actual directiva del club.
- ¿Ves a alguien capacitado para dirigir al club?
- La veo difícil. Por más que quieras hacer las cosas bien, dependés de las votaciones que se hacen en el Consejo Directivo y, tal vez, la oposición es más fuerte que el oficialismo y es una lucha que le hace muy mal al club.
- Dijiste que Ruglio vino “a Peñarol para salvarse”, ¿a qué te referís?
- Él tenía muchos problemas y cuando sos presidente de Peñarol, después del Presidente de la República, sos la persona más conocida e importante del país. Te puede traer ciertos beneficios.
- ¿Problemas económicos?
- De todo tipo. Porque vos pasás de ser un desconocido a una persona muy conocida y si sos un poco inteligente podés aprovecharlo. Ruglio no tiene la capacidad para venir a salvar a Peñarol y, además, se rodeó de gente que tampoco es muy capaz. Pesaron más sus problemas que los de Peñarol.
- ¿Pensás que Ruglio está sacando una tajada de esta situación?
- No lo puedo decir porque no lo sé. Es verdad que se dijeron muchas cosas en las que no se ha defendido. Hasta que no se desmienta todo lo que se ha dicho de Ruglio, yo lo creo.
- ¿Seguís vinculado al fútbol?
- Sí, siempre. Después que dejé de jugar (2005) paré un año y medio, y luego empecé a trabajar en el fútbol.
- ¿Trabajando como representante?
- Sí, estuve tres o cuatro años con Francisco Casal y luego me abrí para trabajar junto al Manteca Martínez.
- ¿Qué pensás de la llegada de Marcelo Bielsa a la selección uruguaya?
- Creí que a Bielsa no íbamos a llegar. Cuando hablaban sobre su posible arribo pensé que era una “venta de humo”, pero la verdad es que me encanta lo que hace. De hecho, siempre dije que la mejor selección de Argentina que vi jugar al fútbol fue la de Bielsa.
- ¿Qué conclusiones sacaste de los partidos de Uruguay?
- Me gustó porque hubo muchos cambios. Observé cosas que nunca las había visto en estos últimos años en la selección y todo se consiguió sin que Bielsa haya podido trabajar mucho con el equipo. Asimismo, se ha cambiado la forma de jugar y, sobre todo, se le dio más intensidad. También se lograron cosas inéditas como vencer a Argentina y a Brasil de forma consecutiva por las Eliminatorias sudamericanas, y se derrotó por primera vez a Argentina en Buenos Aires.
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