Son muy pocas, tal vez contadas o nulas, las veces en que un futbolista expone su lado más cristalino y quiebra en llanto delante de las cámaras. Ayer fue el turno de Mauricio Pereyra, al que la mezcla de emociones lo humanizó de manera involuntaria y no tuvo más remedio que esconderse detrás del dirigente Antonio Palma para ocultar las lágrimas lo máximo posible.

Frente a sus ojos sobresalía la figura de Sebastián Coates, que fue presentado oficialmente como nuevo jugador de Nacional, pero detrás de esos 1,96 metros de altura se había colado por su retina la imagen del Morro Santiago García, homenajeado a través de una bandera. El grito ensordecedor del público del Gran Parque Central pidiendo por su amigo fue lo que lo dejó desbordado.

El homenajeado de la tarde ni se percató. Coates estaba tan embobado, agarrado de la mano de sus hijos Felipe y Santiago, a quienes acusó de “responsables” por haber vuelto a Uruguay, que apenas relojeó la situación y siguió escuchando la palabra del presidente Alejandro Balbi, que le agradeció el gesto de haber vuelto al club después de 10 años.

“Papá, pateá con el pie”, le repitió insistentemente al oído el más chico de la familia, cuando vio que a su referente paternal le tocó lanzar pelotas firmadas a la tribuna y, en lugar de usar el pie, lo hizo con la mano.

En una charla íntima de hace algunos meses, ese mismo pequeño cayó en la trampa de su padre, que lo tanteó preguntándole por una serie de equipos en los que podría seguir su carrera como futbolista profesional y su única respuesta afirmativa fue: “Nacional”.

Fue una tarde que tuvo de todo. Desde la presencia del senador frenteamplista Óscar Andrade, la sonrisa pícara del presidente Balbi al escuchar una chicana por el clásico del próximo domingo contra Peñarol, hasta la complicidad del entrenador Martín Lasarte, que al observar el clima de festividad que había en un pequeño sector de la Tribuna José María Delgado, decidió acompañar con más aplausos.

Antes de despedirse, Coates brindó una conferencia de prensa en la que habló del precedente que sembró Luis Suárez al regresar a Nacional en 2022 y explicó por qué eligió la camiseta número 4 y no la 20, como le pedían algunos de los hinchas allí presentes.

“Hablé con Luis y en todo momento me recalcó que fue feliz acá. Para todos los que tomamos la decisión (de volver) nos deja tranquilos. Que una figura como Luis haya estado muy bien acá significa mucho. Quizás para muchos, incluso de otros equipos, ver que una figura internacional como él pueda venir al fútbol uruguayo es un lindo mensaje. En mi caso, si él volvió, creo que yo también podía volver”, dijo.

Y luego pasó a explicar: “Yo venía jugando en Sporting con la 4 y embromamos con Mauri porque casi siempre que salí campeón fue con la 4, (...) Pero es lo de menos”.

Foto: Estefanía Leal.

A sus 33 años, según pudo saber Ovación, el zaguero se encuentra en “buena forma física” y, a juzgar por esta visión, llegaría en condiciones óptimas al clásico, como lo hizo en el verano Luis Mejía cuando se bajó del avión para jugar. Entre su despedida en Portugal, el vuelo y la mudanza a Uruguay estuvo algunos días sin actividad entre el fin de semana y el lunes, pero ya el martes tuvo su primer entrenamiento. Ayer, al fútbol reducido y a los trotes, le agregó trabajos más intensos con pelota y hoy seguirá a la par de sus compañeros, supervisado por el preparador físico Marcelo Tulbovitz. "Es un monstruo", transmitieron.

Dentro del seno del cuerpo técnico hay “optimismo” ya que se afirman en que llegará al clásico con por lo menos cuatro días buenos de preparación. Distinto es el caso del colombiano Diego Herazo, quien todavía no se ha sumado al plantel y lo haría en las próximas horas.

Ovación consultó a algunas fuentes cercanas al equipo tricolor, quienes coincidieron en que Coates, a primera vista, ya muestra un “diferencial técnico”, que le puede dar un salto de calidad a toda la defensa. Todo apunta a que su compañero de zaga será Diego Polenta, un hombre con el que deberá hablar en caso de querer la cinta de capitán.

“Desde que soy jugador siempre tuve ganas de jugar. El que decide es Martín (Lasarte). (...) El clásico es una final y, en mi caso, cuando llegué, necesitaba conocer a mis compañeros. Hoy ya los conozco y hablé con varios. Después va a decidir Martín y seguramente ponga al mejor equipo que él considere”, expresó en la conferencia.