Pese a la eliminación, Gutiérrez salió bien parado: lo bueno, lo malo y la liga que le faltó al DT de Nacional

Con las cartas sobre la mesa se puede decir que el vaso terminó medio lleno: el Guti acertó más de lo que erró y le hizo frente a Boca Juniors. La clasificación estuvo muy cerca.

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Álvaro Gutiérrez, entrenador de Nacional.
Álvaro Gutiérrez, entrenador de Nacional.
Foto: Nicolás Pereyra.

La eliminación de Nacional de la Copa Libertadores dejó un gusto raro puertas adentro del club y en los hinchas. Por un lado, la desazón por despedirse del torneo internacional más importante a nivel continental y por otro, la confianza de saber que este equipo estuvo a la altura y compitió de igual a igual contra un Boca Juniors con un presupuesto mucho más alto y que se preparó especialmente para intentar ganar esta certamen.

Mientras el tricolor perdió para esta instancia a cuatro de sus figuras (Sergio Rochet, Fabián Noguera, Camilo Cándido y Gastón Pereiro), el Xeneizese reforzó con nada más y nada menos que Edinson Cavani.

Diferencias notorias que el equipo supo disimular en la cancha. Ahí estuvo el acierto de Álvaro Gutiérrez que, llamativamente pese a esta eliminación, salió bien parado y con saldo a favor para encarar la segunda parte del año que lo tendrá con la obligación de ganar el Torneo Clausura y/o la Anual (arrancará a cuatro puntos de Peñarol) para acceder a la definición del Uruguayo.

Esta llave arrojó aspectos positivos y negativos del trabajo del entrenador, pero con las cartas sobre la mesa se puede decir que el vaso terminó medio lleno.

Diego Polenta enfrenta a los jugadores de Boca Juniors.
Diego Polenta enfrenta a los jugadores de Boca Juniors.
Foto: Nicolás Pereyra.

A favor: minimizó a Boca y compitió de igual a igual

Tal vez con menos plantel que el semestre pasado, con jugadores que se fueron a horas de disputar el primer partido, Gutiérrez se las ingenió para emparejar una serie que pintaba mucho más complicada.

En la ida en el Gran Parque Central minimizó a Boca. Lo incomodó y prácticamente no lo dejó jugar. Nacional fue protagonista en todo momento y si no lo ganó fue simplemente por cuestión de puntería.

El Guti volvió a demostrar, una vez más, que es un estratega nato y que en los momentos más complicados sabe cómo llegarle a los jugadores. Diego Polenta, Yonatan Rodríguez o mismo el Torito Rodríguez, que venían con rendimientos algo disparejos, terminaron siendo fundamentales y contagiando al resto. Eso hizo que este Nacional se pareciera más al de los dos ciclos anteriores del Guti (2015/2015 y 2019), un equipo que te come los talones, no da ninguna pelota por perdida y principalmente que no se rinde.

“Es momento de decirle a aquellos que menospreciaron al fútbol uruguayo que lean un poco de historia. No hay que subestimar a ningún equipo uruguayo”, dijo el Guti antes de retirarse de La Boca algo molesto con los periodistas argentinos.

Los jugadores de Nacional tras la derrota por penales ante Boca.
Los jugadores de Nacional tras la derrota por penales ante Boca.
Foto: Nicolás Pereyra.

En contra: algunas decisiones técnicas

Mirando el vaso medio vacío, quedan algunas decisiones sin entender de Gutiérrez. Por ejemplo, por qué se guardó el quinto cambio en La Bombonera cuando el equipo estaba fundido físicamente y con Yonatan Rodríguez muy sentido.

En cuanto a lo táctico, llamó la atención la ausencia de Thiago Helguera en el partido de vuelta. El juvenil había sido de los puntos más altos de Nacional, pero no tuvo minutos en la revancha. Durante la semana Gutiérrez había probado con él y los dos Rodríguez, pero no lo mandó a la cancha. Por sus características, calzaba como anillo al dedo para los últimos minutos de un partido donde Nacional necesitaba reforzar ese sector y al mismo tiempo le podía ofrecer salida limpia.

Gutiérrez sorprendió con el ingreso de Gonzalo Castro desde el vamos. “Es un jugador con experiencia, que no sabía cuánto iba a jugar, pero jugó hasta más de lo esperado, genera faltas, es zurdo y tiene la pelota”, argumentó el DT. El Chory completó un aceptable encuentro, más allá de que protagonizó el desafortunado despeje que derivó en el segundo tanto de Boca, pero claramente por una cuestión de edad (casi 39) no le dio ni la explosión ni velocidad que necesitaba por esa banda. Federico Martínez, quien sí podía cumplir esa función, no entró en ninguno de los dos partidos.

Otra de las decisiones algo cuestionables fue el ingreso de Franco Fagúndez. De bajo presente, el 10 tricolor fue la primera opción de cambio en ambos compromisos.

Álvaro Gutiérrez, DT de Nacional, en el partido ante Boca en La Bombonera.
Álvaro Gutiérrez, DT de Nacional, en el partido ante Boca en La Bombonera.
Foto: Nicolás Pereyra.

Mala liga: no lo ayudó la suerte ni los arbitrajes

En esto también hay que ponderar que la suerte no acompañó al entrenador ni a Nacional. Además de que se fueron tres futbolistas titulares, el tricolor ligó poco y nada.

En primer lugar, con la puntería. Si no se fue a La Bombonera con ventaja fue simplemente por cuestión de definición y de centímetros.

Segundo, tampoco estuvo acompañado de la suerte por los arbitrajes. No hubo ninguna decisión escandalosa por parte de los jueces, pero es cierto que todas las “polémicas” terminaron a favor de Boca.

En Montevideo hubo un sutil penal por mano de Exequiel Zeballos, que nadie reclamó y recién una semana después se viralizóen redes. El VAR nunca advirtió al árbitro y no fue sancionado.

En Buenos Aires, Nicolás Figal debió ver la segunda tarjeta amarilla antes de terminar el primer tiempo y Valentín Barco, autor del penal decisivo, debió irse expulsado en el final por un codazo a Lucas Morales.

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