Redacción El País
Durante el primer tiempo entre Peñarol y Fénix en el Estadio Campeón del Siglo se dio una jugada que generó polémica. Cuando corrían 22 minutos de juego, llegó el centro cerrado de Leonardo Fernández que generó el rebote del arquero Agustín Requena. Luego, en el intento de sacar la pelota, Guillermo Pereira terminó convirtiendo en su propio arco lo que significó el 2-0 del Mirasol.
De inmediato, el número 13 de la visita le reclamó al árbitro Javier Burgos por entender que hubo un empujón previo de Guzmán Rodríguez, que fue lo que generó la caída del defensor rival y la posterior conversión. Sin embargo, el juez principal no lo dudó y señaló la mitad de la cancha.
Por su parte, los encargados del videoarbitraje, donde fueron designados Diego Dunajec y Pablo Llarena, optaron por no llamarlo para que pudiera visualizar la jugada con detenimiento.
Minutos después, Pereira se tomó revancha al anotar de cabeza el descuento del Ave, que sufrió los primeros minutos y luego logró asentarse en el encuentro con algunas situaciones de peligro.
Una vez consumado el tanto, la imagen de la transmisión tomó en primer plano el festejo de Javier Méndez a puro grito.