Enviado / Santiago del Estero
Que Estados Unidos no había perdido, que no había recibido goles, que llevaba 10 a favor, que tenía 48 horas más de descanso. Mucho se habló en la previa del partido ante Uruguay, pero la Celeste mostró las dos cosas que lo identifican: juego y corazón.
Fue el juego el que le permitió que en el minuto 87 el equipo de Broli estuviera más cerca del 3-0 que de sufrir el descuento y el corazón el que dejó a Mateo Ponte de “9” cuando por un dolor en el posterior no quiso salir.
Ese juego hizo que Uruguay se pusiera en ventaja por intermedio de un golazo y cuando no la pasaba bien. Estados Unidos había comenzado mejor con pelota, pero Alan Matturro buscó a Anderson Duarte con un envío largo, el delantero pivoteó para Juan Cruz De los Santos, que desbordó a la perfección y devolvió para el delantero que definió con el arco libre.
A partir de ese momento, el partido cambió rotundamente porque la Celeste se adueñó de la pelota, los norteamericanos sintieron el golpe y Uruguay siguió generando chances, pero el juego se fue al descanso con el 1-0 en el marcador.
Era difícil que los de Marcelo Broli pudieran mantener el ritmo de la primera parte y la presión alta que habían ejercido en los primeros 45 minutos, pero a pesar de replegarse pegaron en el momento justo.
Nacho Sosa, de gran partido, se soltó por banda izquierda, hizo pasar a un rival y luego jugó con Juan Cruz De los Santos, que una vez más complicó con un centro rastrero, pero esta vez quien puso la pelota en la red fue Joshua Wynder, jugador norteamericano.
Y fue gracias al segundo gol que Uruguay se asentó todavía mejor en el campo de juego. Con Fabricio Díaz, durante todo el partido, como eje en cada una de las salidas, la Celeste no sufría porque con la pelota en sus pies hacía que el tiempo pasara.
De todas maneras, el cansancio empezó a jugar su papel y Estados Unidos, obligado por el resultado, fue en busca de un gol que primero lo tuvo Cade Cowell generando una enorme atajada de Randall Rodríguez y luego el propio delantero al que un compañero le quitó el gol cuando se interpuso en el camino del esférico que tenía destino de red.
Así se fueron los minutos finales, así se fueron los cuartos de final, así se fueron las esperanzas de Estados Unidos y se quedó la alegría de Uruguay, la satisfacción de haber logrado otro triunfo importantísimo, de tener su lugar asegurado entre los cuatro mejores de la Copa del Mundo Sub 20.
Ahora se viene Israel el jueves (14:30) en La Plata sabiendo que nos quedamos hasta el final del Mundial a puro corazón.
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