Iba a ser a mediodía, pero coincidía con una producción de fotos pactada para la primera hora de la tarde en Los Céspedes. Se corrió para las 16:00 y con varios runrún en el medio. Que si lo quería otro equipo, que si estaba enojado, que si pretendía ganar más dinero... Nada de eso. Nicolás López sigue con ganas de brillar en Nacional y en eso está puesta su cabeza hoy. Aunque claro: hay otros temas que también lo ocupan.
Antes de que conversara ayer, por primera vez en un mano a mano con el vicepresidente Flavio Perchman, los focos y los flashes habían estado puestos en sus reacciones. Una patada contra Pedro Milans en el clásico que le costó una tarjeta amarilla y otra al fin de semana siguiente cuando el árbitro Javier Burgos, de manera muy torpe, lo obstaculizó con un choque involuntario.
Los días siguientes, los medios radiales y muchos internautas a través de las redes sociales se concentraron en especular sobre su decisión de no festejar los dos goles que le hizo a Progreso en lugar de resaltar sus espectaculares cifras goleadoras, que, por ejemplo, dicen que hizo 15 goles en los 19 partidos que lleva jugados por la Liga AUF Uruguaya desde que volvió al país.
La nebulosa mediática entró en un terreno plagado de suposiciones, donde las primeras hipótesis sostenían que no los había gritado por estar insatisfecho con su rendimiento. Otra vez: hipótesis errada. Nada de eso pasó sino que, en realidad, no festejó ninguno de los dos penales por respeto a su “historia familiar” en La Teja, donde, por ejemplo, fue testigo de un cruel asesinato. También en memoria de su abuelo, fallecido, que supo ser entrenador del cuadro en baby fútbol, confiaron a Ovación fuentes del barrio: “Progreso tiene un gran significado para él”.
Como antes no le había convertido, nadie había podido ser testigo de un antecedente similar. Pero el Diente esta vez habló con goles y el martes, después de que los jugadores del plantel tuvieran libre, Martín Lasarte se le acercó a escuchar sus explicaciones.
Ayer fue el turno de Perchman, con quien tuvo una charla “bonita”, en la que se sintió “muy cómodo”, de acuerdo a la reconstrucción que hicieron a Ovación personas allegadas al futbolista.
Hablaron de fútbol, tocaron algunos aspectos tácticos del juego y el vicepresidente le hizo saber que era un jugador estrella y que quería que se sintiera importante, del mismo modo que lo decía previo a ganar las elecciones: “El Diente se va a quedar hasta junio seguro y, para mí, hay que buscar ya la manera de retenerlo. No sé por qué no arregló hasta diciembre (de 2026). El día de mañana podría jugar con (Gonzalo) Carneiro”.
Según indicaron tres involucrados en el tema, el diálogo no se centró en hablar de “números”, ya que de eso volverán a conversar la próxima semana Perchman y Alejandro López, el papá y representante del delantero.
Hoy hay un acuerdo en que la extensión sea hasta fines de 2026 y así lo quiere también el jugador, que ya resignó más de US$ 500.000 para volver al club. La diferencia recae ahora en el monto que percibirá mensualmente y del que hoy, en parte, también se hace cargo León. Pero desde el oficialismo confían en que la situación se destrabará fácilmente: “Salió divino”, aseguraron.
La visión de Perchman
En el amanecer de la campaña electoral, cuando todavía no se había definido, Perchman había sido cauto respecto a la contratación del Diente cuando señaló que era “buena”, pero se “reservaba” hasta verlo. Luego revió su postura y el lunes en directiva dijo que era un “tema delicado” del que quería encargarse. “Yo estoy a muerte con el Diente”, le respondió, con buen tino, otro integrante de la mesa.
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