No es novedad que al jugador que se le da confianza, puede rendir un poco más en el campo de juego. No es casualidad tampoco que los dos partidos en los que Héctor Villalba tuvo más minutos terminó siendo desequilibrante.
Es cierto que no llegó para ser titular porque se sumó tarde al plantel y porque hay futbolistas por delante suyo que tuvieron buenos rendimientos, pero en los dos juegos en los que disputó 45 minutos terminó siendo clave y ambos fueron consecutivos.
Primero ante Danubio en Jardines del Hipódromo cuando fue titular y estuvo atento al saque de esquina rápido de Diego García para vencer a un Mauro Goicoechea que venía siendo figura en el arco franjeado.
Y luego en la pasada jornada, aunque esta vez ingresando desde el banco de suplentes. Lo hecho por la Liga AUF Uruguaya fue lo que le terminó dando motivos a Diego Aguirre de que fuera el primer cambio y no estuvo errado porque se encargó de poner el gol que abrió el marcador y que encaminó una necesaria victoria para el Mirasol.

El atacante de 30 años no anotaba goles consecutivos desde octubre de 2023 cuando defendiendo a Libertad de Paraguay le marcó un doblete a Guaireña por el torneo local guaraní.
Los festejos, tanto ante Danubio como frente a San Antonio, fueron con un grito desaforado. Un grito que en la pasada jornada no solo generó el festejo de los pocos presentes en el Campeón del Siglo, sino también un efusivo abrazo entre Leonardo Fernández y Diego Aguirre.
Trajo paz en el plantel y también confianza en Villalba que tras estos goles empieza a ganar terreno en el plantel aurinegro y le demostró al entrenador que puede tenerlo en cuenta para el recambio.
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