Redacción El País
Liverpool tuvo su noche soñada de Copa Libertadores en el Estadio Centenario. Derrotó a San Lorenzo de Almagro en la última jugada del partido y se ilusiona con la clasificación en tercer lugar del grupo F, mientras que el ciclón quedó último con apenas un punto.

Son horas donde predomina la tensión en Ciclón de Boedo, por un lado por la derrota sufrida con el negriazul que complica sus chances de clasificación a la siguiente fase de la Libertadores, y hasta el cupo para la Conmebol Sudamericana que otorga el tercer lugar de la fase de grupos.

Por otro lado porque hace seis partidos que no gana por todas las competencias y pasa por un momento deportivo adverso, en el plano local no clasificó a la siguiente ronda de la Copa de la Liga Argentina —donde consiguió apenas tres triunfos en los 14 partidos de la primera fase— y la semana pasada perdió a su técnico Rubén Insua a raíz de los malos resultados.

Su nuevo entrenador Leandro Romagnoli declaró luego del partido en Montevideo que sentía "tristeza" y que entendían "el enojo de la gente", que copó la tribuna Colombes del Centenario.

Desde allí mismo, una vez concluido el partido y consumada la derrota, comenzaron a llover silbidos y cánticos en contra del plantel de futbolistas. Entre ellos: "La camiseta del Cuervo se tiene que transpirar, si no, no se la pongan. Váyanse no roben más” ; y el popular: "¡Que se vayan todos, que no quede ni uno solo".