Al echar un vistazo al plantel de Nacional, el recorrido da cuenta de un total de 31 jugadores convocados en todo el año (al menos a un partido oficial) y un promedio de edad de 26,2 años entre todos ellos.

¿Qué dicen estos números? Que, en principio, Martín Lasarte conduce a un plantel maduro, fresco por una camada de juveniles con personalidad que lo componen y al mismo tiempo dotado de futbolistas de experiencia que hoy pueden ser catalogados como referentes.

A juzgar por la cantidad de presencias en la Primera División de Nacional, ese listado lo encabeza el capitán Diego Polenta, con 218 partidos en su haber; seguido de Diego Zabala (128), Leandro Lozano (115) y Mauricio Pereyra (103).

Hay, entonces, un total de cuatro futbolistas que superan el umbral de los 100 partidos en el club, y otro -Luis Mejía- que si bien también supera las tres cifras contando amistosos, registra 95 apariciones.

Estefania Leal/Archivo El Pais

Ahora, ¿todos ellos pueden, también, ser considerados “jugadores clásicos? Aunque en el fútbol ese concepto no deja de ser subjetivo, sí es posible hablar de antecedentes. Pereyra, por ejemplo, es el que mejor llega en ese apartado: jugó seis partidos oficiales contra Peñarol, ganó dos y empató cuatro. Polenta sabe de las dos: estuvo presente en 14, triunfó en tres, cayó derrotado en dos y empató en la mayoría (9).

En tanto, Zabala y Lozano registran cinco enfrentamientos clásicos por lado, con la diferencia de que el primero tiene racha negativa (perdió dos, empató dos y ganó uno) y el lateral suma igual cantidad de victorias y derrotas (1) y complementa con tres empates. Mejía, en tanto, jamás perdió (empató cinco y ganó dos).

Estefania Leal/Archivo El Pais

Consultado en conferencia por el mote de “jugadores clásicos” en la conferencia de previa al partido que se jugará mañana en el Gran Parque Central, Lasarte fue claro. Dijo que si bien importaba, no era lo único a considerar. “Hay una realidad: si solo te afiliaras a eso, habría jugadores que nunca jugarían, que siempre estarían esperando, y algún día tienen que ser. Más allá de jugador clásico, lo que hay son personalidades para afrontar una determinada clase de partidos. De repente hay chicos que no han jugado clásicos o lo han hecho con muy pocos minutos, pero que tienen la personalidad suficiente para asumir un reto de estas características”.